lunes, 21 de septiembre de 2009

La desigualdad en Brasil cae un 9,2% en 10 años, pero sigue siendo muy elevada

BRASILIA.- El índice de desigualdad en Brasil se redujo cerca del 9,2% en diez años en Brasil, pese a que el 10% de los trabajadores con los mejores ingresos concentra hasta el 42,7% del total de la renta del país, informó el propio Gobierno.

El índice de desigualdad, uno de los mayores problemas de Brasil, se ubicó el año pasado en su menor nivel histórico gracias a que el desempleo y la informalidad cayeron igualmente a sus mínimos, según un informe divulgado por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

La Investigación Nacional por Muestras de Domicilio, un retrato de Brasil que el Instituto realiza anualmente con base en encuestas a cerca de 392.000 personas, mostró varios avances en 2008 y una sociedad más igual, según el organismo.

El estudio fue elaborado antes de que Brasil sufriese los efectos de la crisis económica global, pero entidades como el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA) consideran que sigue actual debido a que varios de los indicadores ya volvieron al nivel en que estaban antes de la crisis.

Según el Instituto, el índice de Gini, usado mundialmente para medir la desigualdad, se ubicó el año pasado en 0,515 puntos, por debajo de los 0,521 puntos de 2007 y fue en un 9,2% inferior a los 0,567 de 1998, cuando se comenzó a elaborar.

Este índice, que varía entre 0 y 1, mide la distribución de la renta y muestra países más justos entre más se aproxima a 0 y más desiguales cuando se acerca a 1.

Pese a esa mejoría, los demás indicadores aún reflejan una grave desigualdad de ingresos en Brasil, hasta el punto de que más de la mitad de las familias (52%) tenían el año pasado una renta mensual por persona de hasta un salario mínimo legal (465 reales o 258,3 dólares).

Además, 5,9 millones de familias carecía de rendimiento o ganaba hasta una cuarta parte del salario mínimo por persona.

El 10% de los brasileños con los menores ingresos apenas se quedaba con el 1,2% de la renta total del país en 2008, apenas por encima del 1,1% medido en 2007, en tanto que el 10% con los mayores rendimientos acaparaba el 42,7% de la renta, un poco menos del 43,3% de 2007.

La lenta reducción de la desigualdad fue posible gracias a que el índice promedio de desempleo el año pasado cayó al 7,2% de la población económicamente activa, su menor nivel histórico y 2,5 puntos porcentuales por debajo del récord de 9,7% medido en 2003.

Eso significa que Brasil tenía el año pasado 7,1 millones de desempleados, frente a 8 millones en 2007 (8,2% de la población activa).

De la misma forma cayó el empleo informal. De acuerdo con el IBGE, el 52% de los 92,4 millones de brasileños ocupados en 2008 pagaba sus respectivas cuotas al Instituto de Seguros Sociales y gozaba de garantías laborales.

Por primera vez el número de trabajadores con empleo formal superó a los que estaban en la informalidad.

Pese al aumento del empleo, cerca de 4,5 millones de niños y adolescentes entre 5 y 17 años, es decir, el 10,2% de la población con esa edad, trabajaba en 2008 para ayudar al sustento de sus familias.

Fue un avance frente a los 4,9 millones de menores que trabajaban en 2007 (10,9% del total).

Según los datos de la encuesta, de los cerca de 188 millones de habitantes del país el año pasado, un 43,8% se declaraba mulato (frente a un 42,5% en 2007), un 48,4% blanco (por debajo del 44,6% un año antes) y un 6,8% negro (menos que el 7,5% anterior).

Del total de la población, 51,3% era de sexo femenino y 48,7% de sexo masculino.

La población con más de 60 años subió desde 19,7 millones en 2007 hasta 21 millones en 2008, es decir, el 11,1% de la población.

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