La economía española se contraerá este año un 4,1% y el paro llegará al 20,8% en 2010

BRUSELAS.- La economía española se hundirá este año un 4,1% del producto interior bruto (PIB) y se contraerá un 0,9% adicional en 2010, lo que hará que el paro suba hasta el 18,7% de la población activa en 2009 y alcance el 20,8% el año que viene, el doble que la media comunitaria, según las previsiones económicas de otoño publicadas hoy por la patronal europea BUSINESSEUROPE.

La inflación se mantendrá en negativo este año (-0,1%), pero los precios volverán a remontar un 2% en 2010.

Las previsiones de la patronal europea son mucho más negativas que las que maneja el Gobierno, que cree que la economía española se contraerá un 3,6% este año y un 0,3% el que viene y que el paro se situará en el 17,9% y en el 18,9%, respectivamente.

La contracción de la economía española en 2009 será superior a la media de la UE (que decrecerá un 3,9%) y se situará al mismo nivel que la de la zona euro (-4,1%). Entre los grandes países de la UE, peores datos que España sólo se registran en Alemania y Suecia (-5%) y Países Bajos (-4,8%).

Sin embargo, en 2010 la economía española ya sí será la peor situada, mientras que volverán al crecimiento Alemania (1%), Francia (1,5%) e incluso Reino Unido (0,7%), según BUSINESSEUROPE.

Frente a la contracción que se prevé en España, en el conjunto de la UE, la economía crecerá un 0,7% y en la eurozona un 0,5%. La inflación se situará en el 0,8% este año y subirá al 1,6% en 2010 (0,3% y 1,3% en la eurozona) y el paro alcanzará el 9,4% y el 10,8%, respectivamente (9,8% y 11,3% en la eurozona).

La patronal europea considera que los últimos datos económicos e indicadores de confianza muestran que la actividad económica en la UE se está estabilizando y que "la recesión puede estar acercándose a su fin".

Pero avisa de que todavía no se dan las condiciones para un crecimiento sostenido y de que la crisis tendrá "efectos duraderos" sobre el empleo, la inversión y las finanzas públicas.

Los empresarios reclaman a los Gobiernos que continúen apoyando al sector financiero, preparen la consolidación de las finanzas públicas e impulsen las reformas que faciliten la inversión y la innovación.