miércoles, 23 de septiembre de 2009

La presidencia de la Unión Europea debería relanzar la marca España

MADRID.- España debería aprovechar su presidencia rotativa de la Unión Europea en el primer semestre de 2010 para relanzar su imagen de marca, según el economista José María Casado, presidente de Relaciones Internacionales del Consejo General de Colegios de Economistas.

"Es una ocasión única de proyectarse como país a nivel europeo y mundial. Es fundamental que en este momento mejoremos nuestra imagen de marca. Darle una mayor credibilidad", explicó Casado, decano del Colegio de Economistas de Córdoba.

En un encuentro para abordar los desafíos y las oportunidades de la próxima presidencia española, Casado incidió en que la economía española está muy centrada en el comercio con la Unión Europea y América Latina, y está dejando a un lado las posibilidades que plantean los países emergentes.

"España tiene que estar presente en otros foros, nuestras exportaciones están dirigidas a la UE y la importaciones provienen también de la UE y hemos dejado a un lado ese mundo emergente donde están los grandes mercados y las grandes ventajas competitivas. Además, lo que exportamos son productos de baja tecnología" agregó.

Un aspecto básico que marcará la presidencia será la crisis mundial, que en España cuenta con elementos compartidos y singulares que han hecho aflorar la debilidad estructural de la economía del país.

Casado habló de volver a los "valores reales" tras una década de especulación, y potenciar las políticas de oferta, dejando a un lado temporalmente las de la demanda, abordar políticas que mejoren el capital humano, la tecnología, estableciendo una visión de la economía a largo plazo.

Otra de las asignaturas pendientes de España será afrontar la reforma de un modelo productivo, que tenga incidencia en un cambio de modelo social, porque, según Casado, muchos españoles se han acostumbrado a depender más del Estado que de sí mismos.

En el apartado de asuntos pendientes con el resto de la UE, Casado citó la estrategia de Lisboa, que pretende hacer una Europa más competitiva que lleve a una sociedad del conocimiento y que sólo va a cumplir Finlandia.

El año europeo de lucha contra la exclusión social, la puesta en marcha del Tratado de Lisboa si todos los países lo ratifican y la seguridad energética y el cambio climático son otros de los asuntos que España deberá abordar como presidencia semestral europea.

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