Ambas entidades se encontraron con numerosas dificultades para encontrar financiación pocas semanas después de la quiebra de Lehman Brothers, entre el 6 y el 7 de octubre del pasado año, según relató King.
"Dos de nuestros mayores bancos que tenían dificultades en obtener financiación pudieron ampliar capital sólo para una semana", explicó King, quien no facilitó nombres para estos dos bancos, pero que han sido identificados por los medios de comunicación locales. "Luego para un día, y más tarde, en lunes y martes, fue imposible", aseguró el banquero.
Una crisis en estas dos entidades financieras hubiera tenido catastróficos efectos de 'shock' que habrían llegado a la economía británica "a un punto muerto". "Los clientes se habrían quedado sin acceso a su dinero en el banco. Sus depósitos se habrían congelado. Las cuentas no habrían estado disponibles para el pago de salarios", agregó King.
Se hubiera generado una escalada por la cual no se hubieran podido pagar las facturas a los negocios, que a su vez verían agotado su flujo de caja, aseveró el responsable, justificando así la intervención estatal lanzada para salvar a ambos bancos.
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