martes, 15 de septiembre de 2009

Los inspectores españoles de Hacienda advierten de que subir el IVA puede incrementar el fraude fiscal

MADRID.- La Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado advirtió este martes de que la intención del Gobierno de incrementar en 15.000 millones de euros los impuestos, entre otros los especiales y el IVA, podría suponer un incremento del fraude fiscal.

Los inspectores de Hacienda consideran que un incremento de los tipos del IVA complicará las labores de la Administración Tributaria. Por ello, consideran que si no se toman medidas adicionales y no se dota con mayores medios materiales y humanos a la Agencia Tributaria, no es probable que el aumento del IVA se vaya a traducir en mayor recaudación, "sino en más fraude y en una mayor competencia desleal a las empresas honradas, por parte de los defraudadores".

Además, indican que todos estos mayores medios de control deberían ir necesariamente acompañados de una reforma de algunos sistemas de defraudación, como la utilización abusiva del régimen de módulos, o contra la utilización de tramas de defraudación intracomunitarias.

En este sentido, los inspectores aseguran que llevan observando desde hace meses un "importante incremento" de la defraudación del IVA (y también del Impuesto de Sociedades), a través de facturas falsas, en muchas ocasiones originadas por la utilización abusiva del régimen de módulos, lo que denota que el IVA es uno de los impuestos cuya recaudación es "más sensible a la defraudación".

También critican que en el último año se ha tomado la decisión de no implantar con carácter obligatorio el envío de los libros registro de IVA por internet, lo que hubiese supuesto una gran herramienta en la lucha contra el fraude. Sin embargo, sí se ha implantado el régimen de devolución mensual, que impone unas obligaciones adicionales de control a la Agencia Tributaria para conseguir que no se paguen indebidamente fondos públicos.

Para la Organización, cualquier subida de impuestos sólo puede estar justificada si se consigue el objetivo primordial de incrementar los ingresos públicos, generando el mínimo de distorsiones en el mercado. Sin embargo, para los inspectores de Hacienda y en las actuales circunstancias, no está claro que esto vaya a ser así, de no tomarse otras medidas adicionales.

Así, explican que el IVA es un impuesto que recae sobre el consumo. Sin embargo, con este impuesto se exige a las empresas que vendan sus productos y servicios y se lo repercutan a los consumidores, pero para ello, una condición básica es que las empresas puedan repercutir este incremento en el consumidor final.

Si ante la ausencia de demanda, las empresas no pueden repercutir este incremento en los consumidores, el impuesto --de ingresarse-- supondrá un recorte del margen de la empresa, con independencia de que tenga beneficios o pérdidas.

Asimismo, señalan que muchas empresas se han visto obligadas a reducir los precios y márgenes, por ejemplo, la alimentación. En estas condiciones, un incremento del IVA puede suponer un coste mayor para las empresas, más que un aumento del precio a pagar por el consumidor final.

En estas condiciones, añaden los inspectores, las posibilidades de que el IVA no se llegue a ingresar efectivamente en la Hacienda Pública por defraudación o quiebra de la empresa, aumentan de forma importante.

En este sentido, recuerdan que en España, la última subida del IVA (del 15% al 16%) tuvo lugar en plena crisis de 1993 (entrada en vigor 1-1-1995) y ello no se tradujo en un incremento de la recaudación, sino en un "incremento exponencial" del fraude fiscal, que llevó a una menor recaudación.

"Aunque es cierto, como indican algunos expertos, que la Administración Tributaria funciona con más eficacia que en 1993, desafortunadamente también los defraudadores han sofisticado sus métodos y procedimientos desde entonces, con lo que el riesgo de fraude no ha disminuido", subrayan.

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