martes, 8 de septiembre de 2009

Surgen emprendedores entre millones de desempleados en EEUU

WASHINGTON.- Hasta este verano, el vendedor Jorge Ocampo había sido siempre lo que se llama un empleado exitoso. Prueba de ello era el auto Mercedes que compró con dinero en efectivo. Pero siempre deseó ser su propio jefe.

"Casi todos los días pensaba en ello", comentó Ocampo, de 54 años.

La oportunidad llegó el 2 de junio cuando fue despedido de una compañía de alta tecnología. A diferencia de las millones de personas que reciben un cheque por desempleo, él se inscribió en un programa poco conocido aprobado por el Congreso que da a los desempleados el beneficio del pago semanal en efectivo, pero también los capacita para que manejen su propio negocio.

Y el nuevo pequeño empresario también se queda las utilidades.

El programa está disponible únicamente en ocho estados, principalmente a lo largo de la costa oeste. En Oregon, la recesión trajo una de las tasas de desempleo más altas del país: aproximadamente 175.000 están recibiendo ayuda por desempleo. El interés en el programa, uno de los más grandes, ha repuntado cerca de 75%, elevando a casi 600 la cifra total anual de beneficiados.

"Ellos no pueden adquirir un empleo, así que tienen que forjarse uno", dice Pat Sanderlin, quien maneja el programa. "En este momento tenemos gente que se acerca a esto por supervivencia".

Maine y Washington, que agregaron su programa en el 2008, reportan un interés fuerte de la población.

El programa, sin embargo, ha languidecido en otras partes ante la oposición de negocios, la escasez de dinero para gastos del programa _como capacitación y asesoría_ y la falta de interés por parte de asalariados desempleados.

La oposición de las empresas se enfoca frecuentemente en los impuestos que pagan los empleadores para proporcionar seguro de desempleo.

"Ellos están pagando por el privilegio de financiar a alguien que se convertiría en su competidor", dijo David Clough, intercesor de la Federación Nacional de Negocios Independientes en Nueva Hampshire, donde una iniciativa de ley para establecer ayuda para autoempleo murió este año debido a temores sobre su impacto en el fideicomiso estatal para desempleo.

La legislación que ratificó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de 1993 permitió a los estados ofrecer tal ayuda, una idea utilizada ampliamente en Europa y Canadá.

Siete de los estados que ofrecen ayuda para autoempleo comenzaron sus programas en la década de 1990, y los programas siguen siendo pequeños, acercándose rara vez al límite federal de 5% de quienes reciben esos beneficios por desempleo en un estado.

California ofreció en una ocasión la ayuda, pero funcionarios estatales reportan que hubo poco interés y que el programa decayó en 1998. Pensilvania, Delaware y Nueva Jersey señalan que las cifras están disminuyendo.

"No podemos asegurarlo, (pero) es posible que la gente pueda ver como un riesgo mayor el iniciar un negocio en esta economía", respondió en un correo electrónico Marcela Ospina Maziarz, vocera del Departamento del Trabajo de Nueva Jersey.

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