domingo, 6 de septiembre de 2009

Ven riesgos permanentes en la crisis económica

ROMA.- Las perspectivas económicas europeas a largo plazo no son favorables y el pronosticado crecimiento "enclenque" no permitirá a los gobiernos mantener el modelo social europeo o reducir la deuda pública, vaticinó este fin de semana el primer ministro francés.

Los riesgos que amenazan el sistema financiero no han desaparecido aún, incluyendo las bonificaciones que fomentan la excesiva toma de riesgos, advirtió Francois Fillon.

Si bien han mejorado las perspectivas a corto plazo gracias a los planes de gastos extraordinarios adoptados por diversos gobiernos, el pronóstico a largo plazo no es favorable, agregó.

Esos pronósticos apuntan a un crecimiento del 1% en el Producto Interno Bruto en la zona del euro para el 2010, frente a un 2% en Estados Unidos y más de un 4% en Asia, agregó.

"Con este crecimiento enclenque no podemos mantener el modelo social europeo o reducir nuestra deuda pública", insistió el primer ministro en una conferencia en la que participaron políticos y empresarios en el balneario italiano de Lago Como.

Fillon dijo que la deuda pública de los 10 países más ricos del G-20 aumentó del 78% de su PIB en el 2008 a casi un 100% este año.

Aunque parte de esa cuantía será reducida automáticamente cuando comience de lleno la recuperación económica, Fillon pidió una mayor coordinación en Europa para evitar el riesgo de una "espiral de la deuda que pronto arrebatará nuestro destino de nuestras manos".

Recomendó continuar las gestiones para reducir el gasto público e insistió que ello debería ser una tendencia europea.

El primer ministro francés dijo que "los errores denunciados por todo el mundo hace seis meses han reaparecido, en particular el desconsiderado pago de compensaciones". Agregó que las regulaciones y supervisión que están siendo adoptados en Europa deberían ser extendidos a todos los países del G-20.

Los países europeos han presionados para que sean limitadas las bonificaciones pagadas a los banqueros, por considerar que favorecen la adopción de excesivos riesgos, como los que motivaron la presente crisis. Empero, la iniciativa ha sido recibida fríamente por Estados Unidos y en la reunión que efectúaron en Londres este fin de semana los ministros de Hacienda del G-20.

Los economistas y políticos asistentes al Foro Ambrosetti advirtieron que no debe ser festejado aún el fin de la crisis económica ante los indicios de una modesta recuperación.

El presidente italiano Giorgio Napolitano, que abrió la sesión con un discurso transmitido desde su oficina en Roma, dijo que la crisis "tendrá graves consecuencias en el mercado laboral durante los próximos meses".

Napolitano, que goza de gran influencia en Italia pese a que su cometido como presidente sea mayormente ceremonial, pidió a Europa que adopte una posición unida cuando el mundo intenta crear nuevas instituciones financieras.

Empresarios y economistas piden cautela ante la crisis

Un grupo de empresarios y economistas adoptaron el cauteloso pero generalizado optimismo de los políticos, al tiempo que advirtieron que es prematuro celebrar el fin de la recesión mundial.

Entre las preocupaciones mencionadas en el Foro Ambrosetti, efectuado a orillas del balneario italiano de Lago Como, están:

- La conclusión de los planes de gastos extraordinarios adoptados por los gobiernos quizá no genere la plena reanudación de la demanda consumidora, ocasionando una doble recesión.

- Un debilitamiento duradero de la demanda consumidora en Occidente quizá no sea compensado por la demanda de los mercados emergentes;

- Las presiones políticas y corporativas para ampliar el circulante monetario podrían disparar la inflación;

- La complacencia y el alivio quizá acaben con la posibilidad de endurecer las regulaciones financieras para evitar otro colapso.

Empero, los delegados asistentes a este encuentro anual coincidieron en que se evitó un desastre peor.

"Creo que ha concluido", dijo el Nobel de economía Gary Becker, profesor de economía y sociología de la Universidad de Chicago. "Los pronosticadores de una nueva Gran Depresión se equivocaron. Hubo una recesión grave, no una depresión".

Este foro es parte de un circuito que incluye el Foro Económico Mundial en el balneario suizo de Davos. Estos encuentros, aunque blanco de críticas, permiten conocer las opiniones de las personalidades de la industria, el mundo académico y la política.

Existe un acuerdo generalizado de que los abultados planes gubernamentales de gastos extraordinarios impidieron lo que podría haber sido un pánico más duradero al mantener a flote las industrias fundamentales y la banca durante un periodo de reajuste y limpieza de balances.

Empero, el influyente economista Martin Wolf, comentarista del diario Financial Times, advirtió que a medida que concluyen los planes de gastos extraordinarios, los consumidores tendrán que apuntalar la demanda de forma contundente y decisiva.

"Tenemos un problema verdaderamente sistémico a la hora de generar demanda a nivel mundial. Serán necesarios muchos años ... va a resultar extraordinariamente difícil elaborar un plan" para poner fin a los gastos extraordinarios de los gobiernos.

Un delegado chino insistió que su país -pese a contar con un quinto de la población mundial - posee solamente un vigésima parte de la economía mundial y por ello no puede "rescatar" a Estados Unidos ni a Europa.

Los mismos europeos opinaron negativamente sobre Europa.

El académico francés Jean Paul Fitoussi sostuvo que el plan europeo de gastos extraordinarios fue demasiado escaso y demasiado lento. Ello es especialmente importante, según Fitoussi, porque la zona del euro debería ser considerada como la mayor economía del mundo, no Estados Unidos.

El economista de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini, dijo que el sistema financiero y el sector corporativo siguen aquejados de debilidad.

Roubini -famoso por haber acertado en el pronóstico de la crisis de la vivienda en Estados Unidos- sigue siendo más pesimista que los demás: el repunte de las economías avanzadas tendrá "forma de U", insistió, es decir, será lento, en contraposición a una recuperación en "V".

Advirtió incluso la posibilidad de una doble recesión -en forma de "W"- a no ser que los gobiernos fijen acertadamente la conclusión de los gastos extraordinarios.

Unos 200 delegados (muchos de ellos capitanes de la industria y empresas financieras de toda Europa) votaron electrónicamente los pronósticos.

El 59% creyó que la recesión concluirá en el 2010, y solamente cuatro aventuraron que seguirá empeorando.

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