domingo, 11 de octubre de 2009

Comerciantes de la frontera colombo-ecuatoriana celebran la distensión

QUITO.- Comerciantes de la frontera entre Colombia y Ecuador reivindican como un triunfo la distensión diplomática bilateral y afirman que si bien Álvaro Uribe y Rafael Correa tienen derecho a no tenerse simpatía, "por encima de sus decisiones está la fuerza del comercio".

"Celebramos que la situación esté llegando a la normalidad, pero los comerciantes de la frontera esperamos que el tema del comercio bilateral quede de una vez por todas ajeno a los vaivenes de las decisiones políticas de los presidentes de turno", dijo José Tates, presidente de la Cámara de Comercio de la población ecuatoriana de Tulcán.

Según el portavoz de los comerciantes ecuatorianos en la frontera, la distensión política entre Bogotá y Quito obedece a que el presidente Correa comprendió que las economías de ambos países "son complementarias e interdependientes", indicó.

"Es duro decirlo, pero por encima de las decisiones políticas del poder central está la fuerza del comercio fronterizo y creo que todo mandatario nuestro debe facilitar la vida de los comerciantes de su país, en lugar de buscar trabas. Cada traba impuesta representa miles de votos menos", añadió.

Del lado colombiano, José Matta, también portavoz de pequeños y medianos productores y comerciantes del departamento de Nariño, se declaró "encantado" de los pasos dados por Correa y Uribe. "Cada estrechón (saludo) de mano entre nuestros presidentes o nuestros cancilleres representan dólares para esta parte del mundo", comentó.

De manera coincidente con los portavoces gremiales, analistas consultados en Bogotá y Quito estiman que consideraciones políticas llevaron a los gobiernos a buscar la normalización de sus relaciones.

"Para el gobierno de Colombia, el restablecimiento de relaciones significa salir del aislamiento internacional en que cayó en los últimos años; y de paso erosionar el frente común que se ha establecido entre Ecuador y Venezuela frente a Uribe", dijo el ecuatoriano Carlos Espinosa.

"En el caso del Ecuador, en cambio, existe una preocupación por el comercio binacional, y porque la imagen internacional del gobierno estaba sufriendo por la campaña mediática colombiana en su contra", añadió Espinosa, de la privada universidad San Francisco, de Quito.

Fernando Cano, politólogo de la universidad colombiana del Rosario, estima que al momento de pensar en su futuro político interno, tanto Uribe como Correa vaticinaron que los votos a su favor serán más si tienen en su país vecino a un aliado en lugar de un contradictor".

"Las encuestas en Ecuador, donde la opinión castiga a Correa su beligerancia hacia Colombia, y la aprobación de un referendo reeleccionista en Colombia, le hicieron caer en la cuenta de para tener la casa en orden es mejor no transarse en discusiones tontas con los vecinos", agregó.

El viernes, mientras los ministros de Relaciones Exteriores de los dos países se reunían, medio centenar de comerciantes de ambas naciones protestaron en el puente común de Rumichaca por las trabas a las importaciones y exigir mejores condiciones comerciales.

Ecuador rompió las relaciones el 3 de marzo de 2008, dos días después del bombardeo del Ejército colombiano a un campamento de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) descubierto en ese país.

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