La inflación anual en la Eurozona, integrada por 16 países, se había establecido en un -0,2% en agosto, un -0,7% en julio, y un -0,1% en junio.
Tras la subida histórica de los precios registrada en julio de 2008, del 4%, la inflación no cesó de desacelerarse, hasta caer en terreno negativo, arrastrada en primer lugar por la caída de los precios del crudo y después por la recesión vivida en la zona euro, la peor desde 1945.
En septiembre, los precios de los carburantes para transportes, los combustibles líquidos y el gas acusaron las mayores caídas, según Eurostat.
Los economistas prevén no obstante que los precios al consumo se recuperen en los próximos meses en la región.
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