martes, 27 de octubre de 2009

Crece la tensión comercial entre Brasil y Argentina

BUENOS AIRES.- Las trabas comerciales impuestas por Brasil a importaciones de Argentina, en represalia por medidas similares del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, elevaron la tensión bilateral, a tal punto que el embajador brasileño fue citado a presentarse este martes en la Cancillería.

El embajador de Brasil, Mauro Vieira, fue convocado por el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana, quién se manifestó "preocupado por la interrupción del flujo comercial con Brasil", en un comunicado emitido por el ministerio de Relaciones Exteriores.

Taiana señaló en ese texto que "varios camiones con productos perecederos argentinos están siendo demorados en las diferentes fronteras con el país vecino (Brasil) sin aviso previo", en alusión a las licencias no automáticas que impuso el socio mayor del Mercosur.

Pero el ministro argentino de Economía, Amado Boudou, minimizó este martes el desacuerdo y destacó que existen conversaciones entre ambos países para resolverlo. "Nos dimos cuenta que sólo el 6% del total del comercio bilateral presentaba algún nivel de conflicto, que son los temas que hoy salen a la luz porque son los que debemos resolver", dijo Boudou en rueda de prensa.

El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva frenó importaciones argentinas de harina de trigo, aceites, ajo, vino, frutas, raciones para animales y camiones fabricados en Argentina, entre otros productos. La medida es una represalia de las licencias no automáticas que colocó Argentina con el argumento de que necesita proteger el empleo, la industria y la producción de los efectos de la crisis mundial.

La Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) informó de que unos 400 camiones con frutas estaban demorados en la frontera con Brasil a la espera de ingresar los productos a ese país.

En tanto, la Federación Argentina de la Industria Molinera denunció que las medidas de protección comercial habían afectado unas 20.000 toneladas de harina de trigo que ya habían sido despachadas cuando se conocieron las restricciones, por lo que quedaron varadas en puertos y en la frontera.

Kirchner había reclamado en octubre el levantamiento de restricciones al ingreso a Brasil de camiones argentinos, durante una visita a la planta de Iveco, filial de vehículos pesados de la italiana Fiat, en la provincia de Córdoba (centro).

A su vez, Brasil se siente perjudicado por las trabas a importaciones de textiles, calzados, cocinas, lavadoras y heladeras, con las que Argentina pretende desalentar la caída de la demanda y la amenaza al empleo por impacto de la crisis económica internacional.

En el sector de calzados, Argentina mantiene frenados pedidos para importar unos siete millones de unas tradicionales sandalias brasileñas, según una información de prensa.

Las quejas contra la política comercial argentina también se hicieron sentir en la cumbre de Mercosur de julio pasado, con protestas de los socios menores Uruguay y Paraguay.

Brasil había expresado honda preocupación en ese cónclave por la caída del 42% de sus exportaciones a Argentina en el primer semestre, tras haber disfrutado un superávit comercial bilateral de 4.344 millones de dólares en 2008.

Exportadores brasileños habían denunciado en julio que el mercado que pierden en Argentina es ocupado por China, e incluso solicitaron a Lula que denuncie las licencias no automáticas argentinas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que fue desalentado por autoridades del país vecino.

Argentina y Brasil mantienen una política de vigilancia continua de su comercio bilateral para ajustar eventuales desequilibrios, de la que participan empresarios de ambos países.

No hay comentarios:

Publicar un comentario