sábado, 31 de octubre de 2009

Indígenas piden a Morales no entregar el litio a transnacionales

LA PAZ.- Parado en un inmenso desierto de sal donde yace una riqueza que puede sacar a Bolivia de la pobreza, Francisco Quisbert dice que los indígenas no permitirán que las multinacionales se apoderen del litio y están dispuestos a expulsarlas como ya lo hicieron con la estadounidense Lithco, hace 17 años.

Transnacionales coreanas, francesas y japonesas como Mitsubishi, Sumitomo y Bolloré tienen interés en el litio boliviano y plantearon al presidente Evo Morales una sociedad para explotar el metal liviano llamado a transportar a la humanidad con energía limpia, pero han tropezado con el nacionalismo del mandatario que ya no quiere en su país "patrones sino socios".

Casi la mitad de las reservas de litio del mundo se hallan en el salar de Uyuni de 10.000 kilómetros cuadrados de superficie en una las zonas más pobres y aisladas donde muchos indígenas aún usan mecheros para alumbrarse, no hay televisión, menos internet y tampoco telefonía celular.

Entre 10 y 12 horas toma llegar al lugar en autobús por un camino sinuoso, a unos 400 kilómetros al sur de La Paz.

Las baterías de litio son usadas hoy en celulares, Ipod, computadores personales y tienen gran proyección en la industria de los autos eléctricos o híbridos del futuro.

"Las transnacionales se llevan la riqueza, no reinvierten en el país y nos dejan la tierra muerta y sus desechos tóxicos", dice Francisco. "Siempre hemos peleado para que la explotación del litio sea cien por cien estatal y el presidente Morales lo ha entendido".

La mayor organización de campesinos que preside Quisbert planteó a Morales la explotación del litio sin transnacionales.

Por ahora el salar es uno de los mayores destinos turísticos por su belleza natural pero está rodeado de una geografía hostil y árida por encima de los 4.000 metros donde casi no llueve. Al mediodía el sol cae a plomo y en las noches las temperaturas descienden por debajo de cero.

Carmen García es otra indígena del lugar y actualmente postula a un escaño en el Senado por el partido de Morales. "Los comunarios queremos que nuestra riqueza salga industrializada desde aquí, ya no queremos producir sólo materia prima para que vengan las transnacionales y se apoderen", dijo.

La economía de sal ha estado en la vida de estos indígenas por miles de año desde los antiguos incas. Francisco y Carmen caminaban semanas en su adolescencia transportando bloques de sal a lomo de llama hasta los valles donde intercambiaban con maíz y otros productos hasta que los camioneros les quitaron el negocio, pero el trueque aún subsiste en comunidades tierra adentro.

Con una inversión de hasta 13 millones de dólares de fondos estatales, Morales ha dado los primeros pasos para producir carbonato de litio en una planta piloto a orillas del salar que será concluida a mediados de 2010 y cuyo avance vino a inspeccionar el jueves.

Morales llegó acompañado del embajador japonés pero su recargada agenda electoral le impidió visitar todas instalaciones a medio construir, pero ante medio millar de indígenas y pobladores del lugar les dijo lo que éstos quieren escuchar.

"Con el litio no se debe repetir el saqueo de la riqueza de Potosí (mina de plata) en que los explotadores se llevaron todo y no dejaron nada para Bolivia", dijo Morales.

"Todo el salar estaba en manos de transnacionales, con la nueva Constitución hemos hecho que vuelva al estado", agregó, al mencionar la carta constitucional que él impulsó y que reconoce más poder a los indígenas.

Pero Morales quiere ir más allá. No solo desea que futuros socios extranjeros fabriquen baterías de litio en la zona, también automóviles eléctricos.

"Tienen que saber, no porque quiere Evo Morales, sino porque quiere el pueblo boliviano, se tiene que llegar a fabricar automóviles eléctricos en Bolivia compañeros", dijo ante la multitud que lo ovacionaba.

A su ministro de Minería, Luis Alberto Echazú, no le parece disparatada la idea. "Por qué no, si producimos todos los minerales que se necesita, pero es a largo plazo", comentó.

El plan de Morales es invertir hasta 350 millones de dólares al 2013 para la producción industrial de carbonato de litio en manos íntegramente de Bolivia.

Para la fabricación de baterías de litio dijo que se necesitará entre 800 y 1.000 millones de dólares para lo cual buscará socios extranjeros. Los indígenas se muestran desconfiados con la idea.

Pero el hombre que más conoce del asunto es el belga Guillermo Roelants con 28 años de vida en esta zona y uno de los responsables de la planta piloto.

Roelants dice que el "oro blanco" puede ser una ilusión por los competidores que están surgiendo y asegura que el mayor negocio ahora es el cloruro de potasio que aquí tiene 95% de pureza. Se trata de un fertilizante con gran demanda en Brasil, Argentina y Venezuela que no lo producen.

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