"Esta crisis es sin precedentes", declaró Diouf en la ceremonia de apertura de la reunión en Roma, sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El funcionario precisó que las dificultades materiales redujeron fuertemente el acceso de los más pobres a la comida.
"Puesto que los países en desarrollo están ahora más integrados en la economía mundial en el plano financiero y comercial, una baja de la demanda o de la oferta mundial, así como de los créditos disponibles, tiene repercusiones inmediatas para ellos", agregó.
Diouf invitó a los Gobiernos a aumentar a un 17% la parte de la agricultura en la ayuda al desarrollo, o sea a su nivel de 1980, frente al 5% en la actualidad.
Por su parte, en su mensaje con motivo de esta Jornada Mundial de la Alimentación, el papa Benedicto XVI subrayó "la urgencia y la necesidad de actuar a favor quienes están privados del pan cotidiano".
Añadió que es necesario "proteger los métodos del cultivo de la tierra propios a cada región y evitar el uso exagerado de los recursos naturales".
El número de personas desnutridas en el mundo aumentó desde hace 10 años y se ha avanzado poco para alcanzar el objetivo de reducir a la mitad las personas desnutridas entre 1990 y 2015, a 420 millones de personas.
La FAO anunció que el hambre avanzó en el mundo por la crisis económica mundial en 2008-2009 y afecta en la actualidad a mil millones de personas, o sea la sexta parte de la población del planeta.
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