jueves, 19 de noviembre de 2009

Dos políticos desconocidos y novatos representarán a la Unión Europea a partir de enero

BRUSELAS.- Dos desconocidos en la escena europea, y mucho más internacional, sin apenas experiencia en Política Exterior y novatos de la Unión Europea, llevarán la representación de los Veintisiete en el Mundo a partir del 1 de enero de 2010.

Eel premier belga, Herman Van Rompuy, ha sido designado hoy presidente permanente del Consejo Europeo mientras la comisaria europea de Comercio, Catherine Ashton, lo ha sido como Alta Representante de Política Exterior.

El premier británico, Gordon Brown, decidió dejar su cruzada para convertir a Tony Blair en el primer presidente del Consejo y cambió su candidatura por la de Ashton, que no tiene ninguna experiencia exterior previa y no ha dejado huella en sus 13 meses de comisaria europea de Comercio.

De hecho, fue elegida como segunda opción para sustituir a Peter Mandelson, que volvió a Londres para intentar echarle una mano a Brown.

Diplomáticos y políticos reconocen, en privado, que lo que más ha pesado de Ashton es su género, dada la presión por incluir a una mujer entre los grandes puestos. "Era el peor candidato que tenían los británicos, pero es mujer", reconoce un diplomático europeo, en referencia a David Miliband, ministro de Exteriores, y al propio Mandelson.

Los periodistas británicos aún seguían incrédulos, incluso después de que el portavoz de Brown confirmara que Ashton era la escogida por los Gobiernos socialistas para un puesto que, por el equilibrio ideológico entre instituciones, debía ir a la familia socialdemócrata.

Los socialistas lograron vender sus virtudes a Francia y Alemania, aunque varias fuentes indican que estaban abiertos a aceptarla, sobre todo para que Reino Unido aprobara al hombre propuesto por Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, Van Rompuy, que lleva sólo 10 meses y medio de premier, es casi igual de desconocido que Ashton y ni siquiera quería liderar Bélgica.

La Unión Europea lleva casi una década luchando por su gran reforma institucional, que aspiraba a hacer el club europeo más transparente y democrático y a unificar su Política Exterior. Tras un oscuro proceso en que los líderes han hecho caso omiso de tres "noes" en referéndum al Tratado, los Veintisiete eligen a dos políticos de los que poco se ha oído hablar más allá de Bruselas.

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