miércoles, 11 de noviembre de 2009

Fernández (BBK) lamenta que, previsiblemente, "superado el susto, los mismos golfos e incompetentes volverán a algo parecido a lo anterior"

SAN SEBASTIÁN.- El presidente de la BBK, Mario Fernández, afirmó hoy que tras la crisis económica la actividad financiera y empresarial debiera estar regida por unos "mínimos parámetros morales", de manera que "sea y parezca ética" y esté sometida a "una vigilancia exhaustiva por la propia sociedad con los medios de comunicación al frente", así como a una mayor "transparencia".

Sin embargo, se mostró "escéptico" y pronosticó que superado este "susto", los mismos "golfos e incompetentes" volveran a un 'status' parecido al anterior a la actual coyuntura.

Fernández se refirió en estos términos durante su intervención en el 'Foro Humanidades. Gipuzkoa XXI' organizado por la Universidad de Deusto en su campus de San Sebastián.

El presidente de la BBK, que no quiso contestar a preguntas de los periodistas referidas a cuestiones específicas de la Caja como su fallida compra de Caja Castilla, repasó los orígenes de la actual crisis económica y financiera, "global, compleja y la más importante desde el crack del 29", así como sus causas, "fallos en los sistemas macroeconómicos de los estados; políticas de extrema laxitud con respecto a los riesgos; y fallos de mercado".

Además, censuró la falta de control en el sistema financiero americano y destacó que ninguna entidad bancaria de EE.UU. "puede acercarse ni de lejos a la solvencia de los bancos españoles", de la cual hay que agradecer al BCE, el "único gestor que ha sacado nota" en esta coyuntura.

Fernández criticó la "innovación financiera" que ha dado lugar a "productos ininteligibles incluso para las entidades que los colocaban", así como los "fallos de regulación y supervisión" tanto de los poderes públicos como de las agencias de rating. A su juicio, la economía del futuro debería cumplir "con unos mínimos morales, parecer ética", lo mismo que la actividad empresarial, que deberían "reforzar sus políticas de responsabilidad social empresarial".

"Me gustaría pensar que crecerán los instrumentos de análisis sobre los riesgos de las compañías; que se revisarán y fortalecerán los índices bursátiles, de manera que se premie a las empresas sanas, responsables, sanas y sostenibles, y no meramente especuladoras" y que "crecerá la exigencia de transparencia y buen gobierno de los consejos de administración hacia accionistas y los demás 'stakeholders' de las empresas", así como la "exigencia de los gobiernos hacia algunas empresas, sobre todo las que han recibido ayudas públicas", afirmó.

No obstante, se mostró "escéptico" y previó que "en cuanto pase el susto, los mismos golfos e incompetentes volverán a algo parecido a lo anterior a esta crisis".

Por otro lado, consideró "absolutamente erróneo" que se dé la imagen de que "sólo las Cajas y no los bancos tienen problemas", y como ejemplo apuntó que las tres cajas vascas "están a la cabeza del sistema financiero español". Por ello, apuntó que el "debate sobre que las cajas se gestionan mal y los bancos no, es estúpido".

Preguntado sobre cómo éstos mantienen este año beneficios a pesar de la crisis, apuntó que los resultados se miden tomando como referencia el año anterior y, en este sentido, indicó que "habrá que ver que es lo que ocurre en el próximo ejercicio".

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