martes, 3 de noviembre de 2009

GINEBRA.- La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió hoy de que el crecimiento de los salarios reales se redujo de manera drástica en 2008 como resultado de la crisis económica, y augura que disminuirán "aún más este año" a pesar de las señales de una incipiente recuperación.

"El continuo deterioro de los salarios reales a nivel mundial plantea serias preguntas sobre la verdadera dimensión de una recuperación económica, sobre todo si los gobiernos ponen fin a las medidas de estímulo de manera anticipada" destacó la directora del porgrama sobre condiciones de trabajo y empleo de la OIT, Manuela Tomei.

"La deflación salarial priva a las economías de la demanda necesaria y afecta gravemente la confianza", advirtió Tomei en el informe mundial de los salarios de 2009, que será discutido durante la próxima reunión del consejo de administración de la OIT, que tendrá lugar en Ginebra entre el 5 y 20 de noviembre.

Además, el consejo discutirá la implementación del Pacto Mundial para el Empleo adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de este año, que hace un llamamiento a tomar medidas que mantengan el nivel de empleo y eviten los perjuicios causados por las espirales salariales deflacionistas y las malas condiciones de trabajo.

El informe asegura que "es probable que la situación salarial empeore en 2009", a pesar de otros indicadores económicos que sugieren el comienzo de una recuperación económica, y resalta que en la mitad de los 35 países para los cuales se cuenta con información, el salario real mensual se redujo en el primer trimestre de 2009 comparado con el promedio de 2008 debido a una disminución en la cantidad de horas trabajadas.

Además, en una muestra de 53 países con cifras de 2008, el crecimiento del salario real promedio bajó del 4,3 por ciento en 2007 al 1,4 por ciento en 2008. Entre los diez países del G20 sobre los que se cuenta con información, el crecimiento del salario real promedio bajó del 1,0 por ciento en 2007 al -0,2 por ciento en 2008.

El informe señala también que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo han reforzado sus salarios mínimos en los últimos años, lo cual refleja "la creciente preocupación sobre el aumento de la desigualdad y los bajos salarios".

De hecho, y a diferencia de lo que ocurrió en recesiones anteriores, cuando prevaleció la preocupación por el impacto que la aplicación de salarios mínimos podría tener en términos de costes laborales, en la crisis actual "muchos países reajustaron los salarios mínimos al alza".

"El salario mínimo, el diálogo social y la negociación colectiva son todas maneras de evitar las espirales salariales deflacionistas y su impacto en la sociedad", destacó Tomei, quien habló de restablecer el vínculo entre crecimiento de la productividad e incremento de los salarios.

"Las empresas deberían poder alcanzar la competitividad aumentando la productividad y no reduciendo el costo laboral, y los trabajadores deberían tener un poder de negociación lo suficientemente fuerte como para defender sus salarios", explicó.

Por último, el informe señala además que el pago de primas excesivas a altos ejecutivos sin relación a su desempeño ha contribuido al estallido de la crisis, ya que las mismas "distorsionaron" la estructura de incentivos en el sector financiero y fomentaron "la toma de riesgos y la búsqueda de beneficios a corto plazo".

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