sábado, 7 de noviembre de 2009

La lucha contra el cambio climático queda en manos de los líderes mundiales

EDIMBURGO.- El futuro de un nuevo acuerdo climático multilateral está ahora en manos de los líderes mundiales, que en la conferencia de Copenhague en diciembre tendrán la clave de un acuerdo político para salvar una negociación lastrada por su enorme complejidad.

La última ronda de negociación técnica previa a la cita de Copenhague (del 7 al 18 de diciembre) terminó el viernes en Barcelona (España) con el convencimiento de que la cita danesa no desembocará en un tratado internacional, sino en una declaración política con la promesa de lograr un acuerdo completo en 2010.

"Lo que hace falta es una voluntad política de los líderes mundiales, no aceptamos que nos digan que no queda tiempo", afirma Mar Asunción, responsable de cambio climático de la ONG ecologista WWF España.

Unos 40 jefes de Estado y de Gobierno han expresado su intención de ir a Copenhague, pero ninguno ha confirmado su presencia, supeditándola a la participación de los demás.

Entre ellos está el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, quien el mismo día que se cerraba la reunión de Barcelona llamó a sus pares a acudir a la cita de diciembre y anunció que hablaría con el presidente estadounidense Barack Obama.

Además de Obama, el mandatario brasileño consideró esencial la participación de los líderes de China e India, los gigantes asiáticos que junto a Brasil y Rusia componen el grupo BRIC, enormes emisores de gases de efecto invernadero.

"El presidente Obama ha reconocido una y otra vez que los más pobres son los que están sufriendo de manera más dura el cambio climático. Si alguna vez ha sido el tiempo de la audacia y la esperanza, es ahora", consideró David Waskow, director del programa de Cambio Climático de Oxfam América tras la conclusión de la reunión de Barcelona.

Durante el mes que falta hasta Copenhague, "hay un número de lugares en los que los líderes mundiales se van a encontrar en las próximas semanas y el tema del cambio climático tiene que formar parte de la agenda", subrayó por su parte Alden Meyer, responsable de la ONG Union of Concerned Scientiests.

La primera de estas citas, el 14 y 15 de noviembre en Singapur, es la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que además de Estados Unidos y China incluye a Perú, Chile y México. Sus líderes, entre ellos Obama, harán hincapié en que el calentamiento global es "uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el mundo".

Obama viajará inmediatamente después a Pekín, en su primera visita como presidente a China, que dará ocasión a contactos bilaterales que según algunos observadores pueden encerrar la clave para superar las divergencias entre los dos mayores contaminadores respecto a sus niveles de compromiso en reducción de emisiones.

Le seguirá, el 24 de noviembre, una visita del primer ministro indio, Manmohan Singh, a Washington.

Y, una semana antes de la cita de Copenhague, la cumbre de Estoril (Portugal) debería permitir concretar una "posición común" de los países iberoamericanos en materia climática.

Según los observadores, sólo un impulso fuerte de los jefes de Estado y de Gobierno puede salvar ahora la negociación, que en los dos años desde la conferencia de 2007 en Bali (Indonesia) ha avanzado muy poco debido a su complejidad.

"La razón por la que esto está resultando tan difícil es el magnitud y la naturaleza de la transformación que tenemos que realizar", explicó Meyer.

"Básicamente estamos hablando de reinventar la sociedad industrial en los próximos 30 o 40 años", para limitar el aumento de la temperatura media a menos de dos grados centígrados y frenar el auge de catástrofes naturales, como ciclones, inundaciones y sequías, que amenazan la supervivencia de cientos de millones de personas.

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