jueves, 12 de noviembre de 2009

La sequía y la restricción colombiana hunden a Ecuador en una crisis energética

QUITO.- Una prolongada sequía y la reducción de la venta de electricidad por parte de Colombia mantienen a Ecuador en una crisis energética que derivó en apagones, la declaratoria de emergencia ante una posible conmoción interna y en importación de combustible.

El ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, dijo que Colombia se había comprometido a suministrar hasta 5.000 megavatios hora (MWh) por día, pero "por situaciones que atraviesa (también de sequía) nos bajó drásticamente a 1.000 y se produjo un desequilibrio".

Albornoz agregó que Colombia, que aporta 1.160 MWh (3% del suministro), aplicó la medida el 4 de noviembre, cuando el estiaje llevó a que el nivel del embalse de la principal hidroeléctrica ecuatoriana descendiera de los 1.970 metros sobre el nivel del mar, el mínimo técnico para operar.

El viceministro de Electricidad, Juan Espinoza, manifestó que esa situación y la sequía más grave de las últimas cuatro décadas "son las dos causas principales" de la crisis, que provoca millonarias pérdidas.

Albornoz previó que el estiaje se extendería hasta febrero próximo y que la crisis será paliada con el aumento de la venta de Colombia a 3.000 MWh por día y la compra a Perú de 1.200 MW/h diarios.

Bogotá garantizó que mantendrá las exportaciones de energía a Ecuador "en las cantidades que la situación actual de baja hidrología lo permitan, sin poner en riesgo el suministro" interno.

La demanda de energía de Ecuador es de unos 2.800 MWh, de los cuales se están cubriendo alrededor de 2.100 MWh principalmente con la generación de plantas térmicas (65%), que requieren una cuota adicional de hasta 15 millones de galones de combustible importado al mes.

La estatal Petroecuador informó que importará unos 700.000 barriles de diesel desde el Golfo de México para asegurar el suministro a las térmicas.

El panorama es sombrío cuando el río Paute, que abastece a la hidroeléctrica del mismo nombre, muestra un caudal mínimo, obligando a realizar cortes de energía de hasta cinco horas diarias en Quito.

"Con 20 ó 30 metros cúbicos por segundo de agua no se puede operar más que con dos o en el mejor de los casos con tres de las diez turbinas (de 100 MW de potencia cada una) que tiene Paute", según Espinoza.

Ese complejo está ubicado en la zona de Peñas Coloradas, en el austro andino, y recibe las corrientes húmedas desde la Amazonia.

Además el consumo aumenta con las festividades de diciembre como admitió el gerente de la Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec), Antonio Borrero, quien anotó que para los próximos días "no se ve realmente un aporte importante de lluvias".

El déficit de agua ha puesto en peligro a la central de Paute, que opera desde hace 25 años y en principio suministraba un 65% de la demanda.

La cota del embalse, cuyo techo es de 1991 metros, está en unos 1.968 cuando la básica para evitar la paralización de las turbinas es entre 1.960 y 1965 metros, según los técnicos.

"Tiene que estar por encima de los 1.980 metros para una operación óptima, con un caudal de 120 metros cúbicos por segundo", explicó Espinoza.

Empero las autoridades prevén que los racionamientos descenderán desde la próxima semana hasta en 50%, indicó Albornoz.

El gobierno declaró el pasado viernes el estado de emergencia en el sector eléctrico por 60 días para garantizar la importación de combustibles y el desembolso de recursos, y ofreció incentivos a los industriales para que usen sus plantas.

La situación se podría mitigar con la operación desde marzo próximo de la hidroeléctrica Mazar, construida aguas arriba de Paute y con una potencia de 160 MW, pero la falta de aguaceros no ha permitido empezar a llenar su represa.

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