jueves, 5 de noviembre de 2009

Los ministros de Finanzas del G-20 se reúnen este fin de semana en Escocia

EDIMBURGO.- Los ministros de Finanzas y los responsables de los bancos centrales de los Estados miembros del G20 analizarán la salida de la crisis económica y tratarán de sentar las bases de un acuerdo sobre el cambio climático el viernes y el sábado en Escocia, en la última cita del bloque bajo presidencia británica.

La reunión se llevará a cabo en un lujoso hotel de Saint Andrews, la cuna histórica del golf, en el este de Escocia.

Los ministros y banqueros centrales de las mayores economías desarrolladas y emergentes del planeta abordarán en primer lugar el "marco de trabajo" macroeconómico común decidido en septiembre durante la cumbre de Pittsburgh (Estados Unidos), concebido para "generar juntos un crecimiento mundial fuerte, duradero y equilibrado".

Las discusiones girarán en torno a la vigilancia multilateral y la forma de aplicar este mecanismo destinado a comprobar que en principio nadie toma decisiones económicas que puedan favorecer un regreso de la crisis. Pero todo está todavía por definirse en cuanto a la manera de trabajar juntos, bajo la atenta mirada del Fondo Monetario Internacional (FMI). La reunión permitirá empezar a despejar el terreno.

Se trata de sacar partido del impulso del G-20. El grupo tomó durante la crisis decisiones concertadas extremas (bajada de las tasas de interés a mínimos históricos e inyección de 5 billones de dólares en la economía mundial antes del fin de 2010) que seguramente evitaron una catástrofe.

La financiación del cambio climático para los países pobres también se debatirá a un mes de la apertura de la conferencia de Copenhague. La semana pasada, los europeos fijaron un objetivo mundial de 100.000 millones de euros anuales de aquí a 2020, pero rechazaron confirmar la cantidad de su contribución a la espera del compromiso de otras naciones.

Saint Andrews podría permitir como máximo desbloquear las posiciones. El diagnóstico macroeconómico, por su parte, no debería plantear problemas, ya que los participantes constatarán la tendencia general de mejoría.

Australia y Noruega, países ricos en materias primas, acaban de subir sus tasas de interés. Todos los otros Gobiernos y bancos centrales preparan "estrategias de salida" para utilizarlas cuando sea útil a fin de no disparar la inflación si no son suficientemente reactivos.

Pero muchos empresarios sienten todavía "la incertidumbre" y condiciones de mercado "difíciles", que compensan con ahorros, por lo que el paro sigue progresando.

El miércoles, la Reserva Federal estadounidense (Fed) subrayó que la situación económica incitaba a mantener las tasas "a un nivel sumamente bajo (...) durante un largo período".

El mismo tono prudente adoptaron este jueves el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo. El primero mencionó una "recuperación económica progresiva en 2010", estimando que la predicción iba acompañada de "altas" incertidumbres.

La reunión del sábado debería retomar por tanto tal cual los términos de Pittsburgh a favor de una retirada de las medidas de reactivación sólo "a su debido tiempo" y de una manera "cooperativa y coordinada".

En resumen, el G-20 de Ministros de Finanzas de Saint Andrews será "una gran reunión seria", resumió lacónicamente una fuente británica para advertir que no había que esperar avances considerables.

Pero Francia podría animar de nuevo el debate sobre la regulación financiera y las primas, puesto que su ministra de Economía, Christine Lagarde, aseguró este jueves que pediría a sus homólogos que "rindieran cuentas de la forma en la que los principios de remuneración están aplicados en su legislación".

Por su parte Argentina, representada por su ministro de Economía Amado Boudou, informará a sus homólogos sobre la marcha del proyecto de reabrir el canje de deuda en mora por unos 20.000 millones de dólares, con la que el Gobierno pretende volver al mercado voluntario de deuda.

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