viernes, 6 de noviembre de 2009

Los ministros del G-20 examinarán economía convaleciente y cambio climático

EDIMBURGO.- Los ministros de Finanzas del G-20 se reunieron este viernes por la noche en Escocia para hacer un diagnóstico de la economía mundial convaleciente y debatir sobre el cambio climático, cuestión que suscita grandes divergencias.

Los ministros y gobernadores de bancos centrales de las principales economías desarrolladas y emergentes del planeta se reúnen hasta el sábado en un lujoso hotel aislado en Saint Andrews, cuna del golf ubicada en el este de Escocia.

Es su tercera y última reunión bajo presidencia británica este año, sin contar la cumbre de Londres de abril.

Cuando algunos de sus miembros empiezan a salir de la recesión, el G20 se centrará en la construcción de un futuro seguro para prevenir una repetición de la crisis financiera y económica mundial.

Los debates girarán principalmente en torno a la aplicación del "marco de trabajo" decidido durante la cumbre de Pittsburgh (Estados Unidos) de septiembre, un modo de funcionamiento basado en la vigilancia multilateral, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el papel de árbitro.

En una entrevista publicada el viernes por cuatro diarios europeos, el ministro de Finanzas Alistair Darling, anfitrión de la reunión, estimó que hay que "actuar" porque sino "existe el riesgo de que nos enfrentemos a una década de bajo crecimiento y débil empleo".

Los grandes bancos centrales --la Reserva Federal estadounidense, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra-- subrayaron unánimemente esta semana que las señales de recuperación no estaban todavía suficientemente instaladas como para modificar su política de tasas de interés históricamente bajas.

Y este viernes, el presidente de Estados Unidos Barack Obama indicó que la tasa de desempleo en su país, que superó la cota del 10%, era "aleccionadora de los desafíos económicos que tenemos por delante".

A mes del comienzo de la conferencia de la ONU sobre el clima de Copenhague (7-18 de diciembre), el otro gran debate, más complicado, será el de la financiación del cambio climático para los países más pobres.

La semana pasada los europeos fijaron un objetivo mundial de 100.000 millones de euros (unos 150.000 millones de dólares) anuales de aquí a 2020.

Pero al mismo tiempo evitaron comprometerse sobre su propia contribución a esta suma en espera de conocer las aportaciones de otros países.

Los grandes países emergentes como China y Brasil, que ahora también son grandes emisores, estiman por su parte que son los países ricos los que deben comprometerse porque tienen mayor responsabilidad en el calentamiento global.

Darling, que esta mañana había escrito en su tribuna publicada en el diario The Independent que "o actuamos y detenemos ese problema o no hacemos nada y nos enfrentamos a todavía mayores costos en el futuro", reconoció unas horas después de había "obstáculos importantes" para un acuerdo.

Mientras, un puñado de manifestantes se reunieron en Saint Andrews, donde el sábado está convocada una manifestación y una contra-cumbre de organizaciones no gubernamentales.

Richard Dixons, director del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Escocia, dijo esperar que el G-20 aceptara inscribir en su comunicado la suma de 160.000 millones de dólares.

Los ministros y banqueros centrales, que fueron acogidos al son de las gaitas escocesas, tenían previsto iniciar los debates durante una cena de trabajo con un menú compuesto de vieiras, suflé de queso de cabra con sorbete de parmesano, caza, calabacines rellenos y tarta de ciruelas.

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