lunes, 30 de noviembre de 2009

Los riesgos de deuda aumentarán los controles fiscales

LONDRES.- Los vigilantes del mercado de bonos están nuevamente en estado de alerta.

Un primer momento de ansiedad por los riesgos para la deuda soberana en los países periféricos de la zona euro, a comienzos de la crisis financiera, se desvaneció después de que Alemania dejara claro que cualquier estado que se encontrara en serias dificultades para cumplir sus pagos podría contar con alguna ayuda.

Ahora surge una nueva preocupación en Europa por la amplitud de los déficit fiscales y de la deuda de algunos países, en particular Grecia.

"Existen indicios de que los mercados financieros son cada vez más sensibles a las preocupaciones sobre la solvencia de países individuales", dijeron Silvia Sgherri y Edda Soli, economistas del Fondo Monetario Internacional en un artículo para el sitio web Vox.

Las economistas identificaron cuatro factores en la prima de riesgo que cobran los inversores por tener deuda de los estados de la zona euro: la solvencia del sector financiero de cada país; la proyección de aumento de la deuda nacional; las perspectivas económicas y las expectativas de liquidez, y el nivel de aversión al riesgo de los mercados globales.

Los operadores de deuda comenzaron a especular este año sobre el impago de la deuda soberana o la disolución de la zona euro y apostaron en contra de la deuda de un grupo de países: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España (PIGS).

Peer Steinbrueck, ministro de finanzas de Alemania en aquel momento, tranquilizó a los mercados en febrero cuando declaró: "Si llegara a ser una situación seria, todos los países de la zona euro tendrían que ayudar".

Sus comentarios fueron considerados una oferta de ayuda a Irlanda, que en ese momento sufría una crisis bancaria e inmobiliaria.

La garantía implícita de la mayor economía de Europa convenció a los mercados de bonos de que no era necesario temer un impago de la deuda soberana en la zona euro, aunque cualquier rescate iría acompañado de unas condiciones draconianas.

La gran liquidez proporcionada por el Banco Central Europeo eliminó cualquier duda al conceder a los bancos un incentivo para comprar deuda soberana de la zona euro.

Los bancos utilizaron los bonos del Estado como garantía para obtener fondos del BCE a un año al 1,0 por ciento, que después utilizaron para comprar deuda pública con rentabilidad de al menos el 3,25 por ciento anual.

El diferencial del bund alemán a 10 años y la deuda de los países PIGS cayó a niveles cercanos a los anteriores a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.

Austria también ha visto un aumento de su 'spread' por temor a su exposición a los bancos de Europa oriental, pero ese miedo remitió después de que las instituciones financieras internacionales y la Unión Europea proporcionaran una "red de seguridad" para la región.

Las expectativas ahora de una retirada de las cuantiosas ayudas de liquidez hacen a los mercados más selectivos y han elevado el coste del endeudamiento para algunos gobiernos.

Los bonos griegos cotizaron brevemente a 215 puntos básicos sobre el bund el 27 de noviembre, ante una huída del riesgo por el sorprendente anuncio de Dubai de una moratoria en sus compromisos de deuda.

El récord para el diferencial fue de 305 puntos básicos el 18 de febrero.

El coste de asegurar la deuda griega contra el impago también subió.

El nuevo gobierno socialista de Grecia reveló el mes pasado que el déficit del sector público en 2009 ascendería al 12,5 por ciento del PIB, más del doble de los que anunció la anterior administración de centroderecha.

La deuda nacional está previsto que llegue al 135,4 por ciento del PIB en 2011, la más alta de la UE, desde el 112,6 por ciento de este año, salvo que Grecia adopte medidas para remediar esa situación.

Los analistas señalan que el mercado no está convencido de que el gobierno de George Papandreou esté listo para imponer unas dolorosas medidas de austeridad para frenar el crecimiento de la deuda.

Fitch Ratings recortó la calificación crediticia de Grecia a A- el mes pasado, con perspectiva negativa, mientras que Moody's puso a Grecia en revisión con implicaciones bajistas.

La Comisión Europea ha propuesto otorgar plazos para que los países con déficit excesivos los sitúen por debajo del límite del Pacto de Estabilidad de la UE del 3 por ciento del PIB y los ministros de finanzas se han comprometido a iniciar una reducción de los desequilibrios presupuestarios en 2011.

Sin embargo, ante la cantidad de países de la zona euro por encima de ese techo, la credibilidad de ese compromiso con el Pacto de Estabilidad está en duda.

Esto podría provocar un nuevo debate sobre una mutualización de la deuda de la zona euro, quizás mediante la emisión de bonos conjuntos. Alemania y Francia descartaron esa idea cuando el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, la planteó en el peor momento de la crisis.

Si se intensifica la presión del mercado de bonos, creando tensión en la cohesión de la zona euro, podría volver a plantearse una mayor repartición del riesgo en materia de deuda y una supervisión europea más rigurosa de la política fiscal.

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