martes, 17 de noviembre de 2009

Lugo acusa a la "liberalización sin control" del aumento del hambre mundial

ROMA.- El presidente paraguayo, Fernando Lugo, acusó este martes en Roma a la "liberalización sin control" de haber convertido a países exportadores de alimentos en importadores, y pidió a la comunidad internacional que "actúe" porque el mundo ha retrocedido en su lucha contra el hambre.

"'Porque tuve hambre y me diste de comer', nos recuerda hace dos mil años el Maestro. Este es nuestro mandato actual e impostergable", dijo el ex obispo paraguayo, al iniciar con una citación bíblica su intervención en la segunda jornada de labores de la cumbre de la FAO.

Lugo, en el poder desde mediados del 2008, instó a la comunidad internacional a "actuar" porque "en estos dos años hemos retrocedido diez años de lucha contra este flagelo del hambre, la desnutrición y la muerte".

Según los datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el número de personas que padecen hambre en el mundo superó la fatídica barrera de los 1.000 millones, pasando de 850 millones en 2008 a 1.020 millones este año a raíz de la crisis económica.

Unos 60 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de Chile, Michelle Bachelet, junto al papa Benedicto XVI, asistieron el lunes a la jornada inaugural, marcada por la ausencia de los líderes de las mayores potencias industrializadas.

En su presentación, Lugo acusó a "las políticas agrícolas internacionales basadas en la liberalización sin control de la agricultura, que han convertido a países en desarrollo de exportadores en importadores de alimentos". Igualmente, calificó de "injustas" las políticas de Estados Unidos y de la Unión Europea, "donde grandes perceptores han lucrado, distorsionado los mercados y afectados a miles de explotaciones familiares del sur del mundo".

"Debemos ahondar esfuerzos para que el modelo de producción familiar conviva con las grandes empresas agrícolas comerciales. Debe haber una articulación clara e incluyente entre ambos modelos y, bajo ningún aspecto, la exclusión o destrucción de la economía campesina".

Lugo ilustró las políticas que ejecuta su gobierno para enfrentarse al hambre, entre ellas el apoyo a la agricultura familiar e indígena, ya que cerca del 70% de la población de su país depende de ese sector.

El mandatario paraguayo apoya una "nueva forma de gobernanza mundial", necesaria para cumplir con la obligación "moral, jurídica e histórica" de erradicar el hambre en el mundo. Tema que ha sido tratado por buena parte de los representantes latinoamericanos e incluso por Benedicto XVI.

Lugo, de 58 años, quien fue suspendido "a divinis" por el pontífice tras lanzarse a la política con una coalición de partidos de izquierda denominada Alianza Patriótica para el Cambio, no tiene previsto encuentros oficiales con la jerarquía de la Iglesia católica durante su corta estancia en Roma, pese a que un eventual encuentro entre el Papa y el ex obispo rebelde generaba expectativas en la comunidad católica.

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