En la conferencia inaugural de la Jornada de los Economistas 2009, organizada por el Colegio de Economistas de Catalunya, Quintás repasó las causas de la crisis y se mostró partidario de controlar el tamaño de los bancos para evitar los casos de 'demasiado grande para caer' y 'demasiado grande para rescatar'.
Sobre este punto, abogó por la opción de que los reguladores fijen mayores exigencias de capital, apalancamiento y liquidez a partir de cierto tamaño, para que estos bancos estén mejor preparados para la crisis y para desincentivar que sean tan grandes, sino que fragmenten sus líneas de negocio.
Así, disminuirían las probabilidades de necesitar asistencia estatal, se minimizaría el coste de la intervención y se rebajarían los incentivos para crecer. Además, consideró un buen complemento que las grandes entidades internacionales deban elaborar periódicamente un Plan de Contingencia especificando un conjunto completo de instrucciones sobre cómo se podría desmantelar rápidamente la institución si surge la necesidad.
Quintás consideró que la base del nuevo sistema financiero debe ser que no se repita que "si hay beneficio se lo lleva el banco, y si hay pérdidas lo paga el contribuyente", como ha pasado "en los últimos 150 años".
Añadió que "los bancos globales son nacionales cuando quiebran", y que ello en la práctica hace su rescate "imposible" (como en el caso islandés) o "extremadamente costoso" (como en los casos de Estados Unidos y Gran Bretaña).
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