El inicio de una investigación por parte de las autoridades estadounidenses condujo a una revisión interna de ciertos pagos en dólares, realizados entre 2002 y abril de 2007, que implican a países, personas o entidades que pueden ser objeto de sanciones económicas por parte de Estados Unidos.
En concreto, la entidad reconoce que está en "conversaciones avanzadas" con la Oficina del Fiscal del distrito de Nueva York, el Departamento de Justicia de Estados de Estados Unidos, el Consejo de Gobernadores de la Reserva Federal, la Reserva Federal de Nueva York y la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC).
En un comunicado, Credit Suisse asegura que, en diciembre de 2005 decidió abandonar el negocio investigado y que, posteriormente, llevó a cabo una extensa investigación en las actividades de pago desde la sede de Zurich y en otras prácticas, trabajando estrechamente con los reguladores y las autoridades estadounidenses.
Asimismo, la entidad defiende su compromiso con "los más altos niveles de integridad y la normativa regulatoria" en todos sus negocios y asegura que se toma "todo este asunto muy en serio". Para ello, Credit Suisse recalca que ha mejorado sus procedimientos para prevenir prácticas de este tipo en el futuro.
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