Estos fondos serán puestos en el mercado bajo forma de préstamos cuya tasa será fijada a través de un sistema de subastas entre las instituciones financieras en busca de liquidez. El banco central nipón cederá esos créditos a cambio de bonos del tesoro o de obligación de empresas depositadas como garantía.
Esta operación es distinta de los préstamos de un monto de diez billones de yenes (unos 75.700 millones de euros) anunciados el martes por el banco en beneficio de las instituciones financieras a través de la compra de activos, para calmar los mercados y respaldar a la segunda economía mundial, amenazada por la deflación y el alza del yen.
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