jueves, 17 de diciembre de 2009

El consumo de cemento en España cae a la mitad en dos años por el parón de la construcción

MADRID.- Las grandes cementeras radicadas en España, muchas de ellas filiales de grandes multinacionales como Cemex, Holcim, Lafarge o Cimpor, advirtieron hoy del riesgo de deslocalización de sus plantas en caso de que el Gobierno no garantice un marco energético estable a largo plazo.

"Afrontar demasiados excesos en forma de subidas del precio de la energía superiores al 30% o de falta de control de las importaciones conlleva un riesgo, que es la deslocalización, que nos vayamos a otros países en que se den mejores condiciones", aseguró el presidente de la patronal Oficemen, Jean Martín-Saint-León.

Las cementeras denuncian los incrementos que registra su factura de la luz y la incertidumbre sobre la definición a largo plazo de la política energética española.

"No nos gustan los cambios, las idas y las venidas. Estamos comprometidos con el país a largo plazo, pero necesitamos visibilidad y credibilidad", indicó uno de los vicepresidente de la patronal y director general de Cemex España, Joaquín Estrada, tras criticar el hecho de que el Gobierno primero cargue las tarifas eléctricas con primas a las energías renovables y ahora pretenda cargarlas por el apoyo al carbón. Según apuntó, ello afecta a la "competitividad de España con otros países de su entorno".

"No entendemos la política energética del país y difícilmente se realizarán inversiones altas si algo tan básico no está claro", añadió Estrada.

"El sector realiza inversiones a largo plazo, a unos veinte años, y para invertir es preciso contar con un marco estable también a largo plazo, conocer cuál es el precio futuro de la energía", apuntó en rueda de prensa el también director de Lafarge España, Jean Martín-Sant-León, quien no obstante trasladó el deseo de su compañía de mantener su presencia en el país.

La factura de la luz constituye un 33% del coste total de explotación de una cementera. Su encarecimiento coincide además con el compromiso de mantenimiento de la inversión en seguridad y mejoras medioambientales que las empresas ejecutan y con la actual coyuntura de crisis que en dos años ha reducido a la mitad el negocio cementero en España.

Con todo, las cementeras aseguran estar haciendo "grandísimos esfuerzos, juegos malabares", para mantener operativas todas sus plantas y garantizar así el empleo. "Es una situación muy complicada que se puede mantener durante un par de años, pero que será difícil seguir manteniendo si el negocio no remonta", advirtió el alto ejecutivo de Cemex.

En este sentido, la patronal avanzó que el consumo de cemento en España acumula un desplome del 50% desde el inicio de la crisis a comienzos de 2008. En 2009 cerrará con una caída histórica del 32%, dado que esperan vender unos 29 millones de toneladas de este material de construcción, cifra con la que el sector volverá a niveles similares a los de 1997, previos a los del 'boom' del 'ladrillo'.

Además, la patronal cuenta con sumar en 2010 un tercer ejercicio de caídas, si bien más moderadas, de entre el 5% y el 10%, aunque confía en que en la segunda mitad del próximo año pueda empezar a repuntar la actividad residencial.

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