sábado, 5 de diciembre de 2009

El mercado de bonos resiste pero enfrenta una salida arriesgada de la crisis

PARÍS.- Las deudas de los Gobiernos y las estrategia de salida tras la crisis serán los grandes interrogantes en los mercados de bonos, que hasta el momento han resistido a los temores vinculados con los grandes déficits presupuestarios de muchos países.

Los analistas advirtieron durante mucho tiempo que los déficits públicos y la inflación producto de los enormes planes gubernamentales de reactivación contra la crisis podrían generar grandes tensiones en los mercados de bonos.

Lo peor no ha ocurrido, pero los mercados están al límite y quieren ver "estrategias de salida" de la crisis creíbles que frenen las deudas y los déficits y contengan las presiones inflacionistas el año próximo.

A pesar, o en algunos casos a raíz de, el extraordinario temor al riesgo en el momento más álgido de la crisis financiera, los mercados de bonos tuvieron un año sólido, creciendo con fuerza y luego sosteniéndose cuando la economía comenzó a recuperarse.

Los inversores todavía se sienten atraídos por los mercados emergentes, que en general están considerados como mejor posicionados ante la crisis mundial que los países desarrollados, según los analistas.

Pero la crisis de la deuda en Dubái ha revitalizado las preocupaciones sobre la situación de las finanzas públicas de Grecia, miembro de la Eurozona, y ha servido de llamada de atención al mercado de bonos por las cuestión de los déficits y las deudas.

"La 'estrategia de salida' es el gran tema de 2010", dijo el experto Nicolas Forest, de Dexia.

Los Gobiernos venden bonos con una ganancia fija garantizada para recibir dinero que permita cubrir sus déficits presupuestarios.

Estos bonos tienen una calificación financiera, de acuerdo a lo "seguro" que se los considera.

Pero si las tasas de interés para este tipo de producto suben, o si la percepción sobre el riesgo por la situación económica del país en cuestión o la inflación aumentan, quienes tienen los bonos pueden venderlos, empujando al alza las ganancias como un porcentaje del precio de venta.

Esto hace que las tasas de interés del país afectado suban y entonces la Bolsa baja por la caída de la actividad económica que acompaña este movimiento.

Los analistas recuerdan la lección de 1994, cuando la Reserva Federal norteamericana subió las tasas de interés provocando una caída en los mercados y una subida de los rendimientos de los bonos.

Los bancos centrales se han movido con cuidado este año, manteniendo políticas monetarias flexibles para impulsar las frágiles economías.

El jueves, el Banco Central Europeo (BCE) dejó sin cambios su principal tasa de interés, a su nivel histórico más bajo del 1%, y anunció que será menos generoso con los bancos en la medida que la economía vaya rumbo a la recuperación.

La decisión anunciada el jueves por el BCE es "consistente con una salida gradual de sus medidas no convencionales", señaló el analista Nicholas Kounis, de Fortis.

Después de haber inundado los mercados con liquidez para apoyar a la economía, el BCE quiere impedir que se forme con su ayuda una nueva burbuja especulativa que podría generar otra crisis.

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