martes, 15 de diciembre de 2009

El precio real de la vivienda caerá en España un 7% en 2009 y un 8% adicional en 2010

MADRID.- El precio de la vivienda en España debe bajar un 30% desde su máximo para que pueda absorberse el 'stock' sin vender, es decir, dos tercios más que hasta ahora (10%). En esta senda, la caída en términos reales será de un 7% al cierre de 2009 y un 8% adicional en 2010 , según el informe 'Situación Inmobiliaria' elaborado por el Servicio de Estudios del BBVA.

La entidad financiera justifica la necesidad de estas bajadas de precios en que los tipos de interés, cuyas bajadas a lo largo de 2009 han estado detrás de una mejor accesibilidad a la viviendas, se mantendrán "muy bajos" en 2010, pero no darán nuevas treguas. En esta situación, "los niveles de accesibilidad son complicados", lo que hace prever un escenario de descensos hasta 2012.

Ahora bien, desde el BBVA se asegura que el grueso de este ajuste de precios no recae del lado de las entidades financieras, puesto que su peso relativo en el sector no es tan relevante como el de los promotores, pese a que han engordado sus carteras con viviendas en 'stock' y, por tanto, "no marca tanto la tendencia de los precios".

Hasta entonces, "el proceso de ajuste aún no ha tocado fondo", según indicaron la economista jefe de Escenarios Financieros y Económicos, Mayte Ledo, y la economista jefe de Análisis Sectorial del Servicio de Estadios de BBVA, Ana Rubio, durante la presentación del informe.

A su juicio, las causas se encuentran, en primer lugar, en que el sector aún presenta desequilibrios "en cantidades" pese a que "la oferta de vivienda nueva se ha adaptado con agilidad a este escenario situándose en mínimos".

Según cálculos de la entidad financiera, la 'bolsa' de viviendas sin vender podría superar el millón de inmuebles, con lo que la sobreoferta debería irse ajustando durante los próximos tres o cuatro años hasta retornar a niveles de principios de esta década.

Por otro lado, considera que la corrección de los precios "ha sido reducida tanto en términos de magnitud como de duración". Y en último término, la entidad explica que la mejora del esfuerzo familiar ha sido menor en España que en otros países de la UE.

Por otro lado, el informe apunta que es el sector no residencial aún no se han dado signos evidentes de contracción debido al apoyo de las políticas económicas del Gobierno y que, por tanto, "es probable que durante los próximos trimestres la actividad no residencial se contraiga, sobre todo una vez que los planes de apoyo del Gobierno se agoten".

De cara a la recuperación del sector, el BBVA estimas que el incremento de los visados para rehabilitación de viviendas, que aumentaron un 18% en septiembre, frente al desplome de los de nueva obra, da una medida de cual será el camino a corto y medio plazo para dar oxígeno al 'ladrillo'.

Según indica, esta evolución está directamente relacionada con el impulso dado por el Gobierno a esta actividad a través del Plan de Vivienda y Rehabilitación 2009-2012 y el anteproyecto de Ley de Economía Sostenible.

Además, precisa que, tras completarse el ajuste del sector, éste recuperará un tamaño más "sostenible", con una demanda potencial de vivienda alrededor de 400.000 unidades al año.

Concretamente, desde un promedio de casi 700.000 inmigrantes integrados en la demanda de vivienda entre 2001 y 2008, las nuevas previsiones del BBVA apuntan a un promedio de alrededor de los 360.000 entre 2009 y 2016, tendencia que se verá compensada parcialmente por la progresiva reducción del tamaño de los hogares, dando como resultado una creación promedio de unos 280.000, a la que se sumaría la demanda de segunda vivienda.

Por otro lado, la entidad financiera considera que, si bien no cabe esperar que el crédito se mantendrá en tasas "muy moderadas" durante algún tiempo, sí se observa ya una cierta relajación en los estándares de concesión de préstamos.

En el plano laboral, BBVA explica que "el deterioro que está registrando la actividad constructora en España se está materializando en una reducción significativa de la demanda de trabajo por parte de las empresas del sector, pero no es una moderación salarial".

La razón es que la existencia de "rigideces salariales" a la baja y el despido de los empleados de menor cualificación, también peor remunerados, ha supuesto que no se haya producido esta moderación salarial en el sector.

En línea, se ha producido una reducción en la tasa de temporalidad en el sector más intensa que en otros y "un gran salto" en la productividad aparente dentro de esta rama de actividad.

Como conclusión, el informe subraya que si el mercado laboral fuese perfectamente competitivo, la contracción de la demanda se traduciría en un ajuste salarial a la baja y en una disminución del nivel de empleo, tanto mayor cuanto más elástica sea la oferta de trabajo ante cambios en el salario.

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