En el segundo trimestre del año, la economía estadounidense retrocedió un 0,7% y acumulaba ya un año de tasas negativas. Con el dato del tercer trimestre se pone fin por tanto a la recesión más grave desde la Gran Depresión.
El incremento del PIB en el tercer trimestre refleja las contribuciones positivas de los gastos de consumo personal, las exportaciones, la inversión en inventario privado, el gasto del Gobierno federal y las inversiones en residencia fija. Estos datos compensaron la contribución negativa de la inversión fija no residencial.
También fue una décima inferior de lo previsto el índice de la inflación subyacente, (que excluye los precios de la energía los alimentos), que creció un 0,3%, frente al descenso del 0,8% del segundo trimestre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario