domingo, 13 de diciembre de 2009

La mitad de las emisiones de Brasil proceden de la ganadería

COPENHAGUE.- La mitad de la emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, de Brasil proceden del sector ganadero, según un estudio presentado el sábado en Copenhague al margen de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

"En vistas de las más recientes estimaciones respecto a la emisiones totales del país (...) se puede observar que el conjunto de emisiones originadas de esta actividad (la ganadería) corresponde aproximadamente a la mitad de las emisiones de Brasil", según el estudio realizado por once científicos brasileños y coordinado por Mercedes Bustamante, de la Universidad de Brasilia.

Los científicos descubrieron así que de las 2,2 gigatoneladas de equivalente de dióxido de carbono (CO2) emitidas oficialmente por Brasil en 2005, según datos del ministerio brasileño de Ciencia y Tecnología, aproximadamente 1.055 megatoneladas correspondieron al sector ganadero.

Las emisiones originadas por la ganadería son debidas a la deforestación de parte de la selva amazónica para los pastos, la quema de terrenos para renovar la vegetación de esos pasturajes y la fermentación intestinal bovina, que genera importantes cantidades metano, uno de los gases con mayor efecto sobre el calentamiento global, precisó Roberto Smeraldi, experto de la asociación Amigos da Terra-Amazonia Brasileira.

Reconociendo así que la gandería "es parte del problema del cambio climático", Smeraldi hizo hincapié en que "también tiene que ser tomada en cuenta como parte de la solución" en la negociación en Copenhague de nuevo acuerdo internacional de lucha contra el calentamiento global.

Para ello, precisó el científico, es necesario hacer evolucionar el sector, reglamentando la deforestación, acabando con la impunidad de los crímenes climáticos y aportando incentivos económicos a los ganaderos.

Brasil posee la mayor cantidad de cabezas de ganado en el mundo, con más de 190 millones.

Las emisiones brasileñas de gases con efecto invernadero aumentaron un 62% entre 1990 y 2005, de las cuales más de la mitad responden a cambios en el uso de tierra y formaciones vegetales.

Brasil ha decidido asumir en Copenhague un "compromiso voluntario" de reducir sus emisiones de CO2 entre un 36% y un 39% respecto a la previsión de lo que emitiría en 2020. Poco más de la mitad de este recorte corresponde a una disminución de la deforestación de la selva amazónica y el resto dependerá de acciones en los sectores agropecuario, industrial, energético y siderúrgico.

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