lunes, 21 de diciembre de 2009

Según China: el "derecho al desarrollo" es clave para hablar del clima

PEKÍN.- China va a abordar las conversaciones sobre un pacto vinculante mundial sobre el cambio climático como una lucha sobre "el derecho al desarrollarse", dijo un responsable oficial chino, señalando que a la cumbre de Copenhague le seguirá una negociación mucho más dura.

La reunión terminó el sábado con un acuerdo de mínimos que impidió un acuerdo más amplio por el revés de última hora asestado por Estados Unidos y los grandes países en desarrollo, como China, India, Brasil y Sudáfrica.

China, el mayor emisor del mundo de gases de efecto invernadero causado por las actividades humanas y la principal economía emergente, estuvo en el centro de las conversaciones, y exhibió su determinación para echar abajo las sesiones nocturnas.

Las negociaciones sobre un tratado vinculante se van a extender a lo largo del próximo año.

Un responsable del ministerio chino del Ministerio de Exteriores, Yi Xianliang, indicó en comentarios publicados el lunes que su Gobierno anticipaba más disputas sobre cómo combinar el crecimiento económico y las emisiones de China con un pacto vinculante para recortar los niveles de gases de efecto invernadero.

"Las peleas diplomáticas y políticas sobre el cambio climático se centrarán en el derecho y espacio para desarrollarse", dijo Yi, en comentarios recogidos por el Diario del Pueblo.

Las negociaciones que culminaron en Copenhague mostraron que "los conflictos eran cada vez más agudos y que el punto crucial estaba afectando firmemente a los intereses clave de cada país", dijo Yi.

Los países ricos han fracasado a la hora de especificar sus compromisos para ayudar a los países pobres a afrontar el calentamiento mundial, dijo.

"Ante la mezcla de crisis económica con otros factores, los países desarrollados abandonaron sus posturas y luego intentaron echar la culpa a los países en vías de desarrollo, especialmente las grandes potencias emergentes", dijo Yi.

El contencioso se centra en el alcance de las promesas chinas para reducir el crecimiento de emisiones en un pacto internacional, y qué apoyo recibirá China a cambio de los países ricos.

China ha prometido recortar la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 40 y un 45 por ciento para 2020, frente a los niveles de 2005.

Dado que la economía china probablemente seguirá creciendo con fuerza, las emisiones totales también lo harán, aunque la media por persona siga bastante por debajo que las de las naciones ricas.

"El acuerdo alcanzado fue mejor que el fracaso total", dijo Wang Ke, experto en políticas de cambio climático en la universidad Renmin de Pekín, que estuvo en Copenhague como observador de las conversaciones.

"Pero China y otros países en vías de desarrollo pensarán que las negociaciones próximas serán igualmente difíciles a medida que nos adentremos en los detalles. Los compromisos de financiación de los países desarrollados son aún débiles, y los temas de transferencia de tecnologías apenas se mencionaron (en el acuerdo de Copenhague)".

El acuerdo prometió una ayuda anual de 100.000 millones de dólares a partir de 2020 para las naciones en vías de desarrollo, pero no especificó de dónde procederá el dinero. China ha dicho que debería tener el derecho formal a tales ayudas, aunque sean los países más vulnerables los primeros en recibirla.

El ministro británico de Medio Ambiente, Ed Miliband, en un artículo publicado el lunes, acusó a China y a otras naciones en vías de desarrollo de frustrar el acuerdo, incluido un acuerdo para recortar las emisiones mundiales de gases de invernadero a la mitad para 2050.

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