viernes, 4 de diciembre de 2009

Tensión entre Francia y Gran Bretaña por la regulación financiera en la Unión Europea

BRUSELAS.- El "triunfo" de Francia por el nombramiento de su candidato Michel Barnier para ocupar la cartera de servicios financieros en la Comisión Europea ha desatado esta semana fuertes tensiones con Gran Bretaña y podría saldarse con una victoria pírrica para los impulsores de una mayor regulación del sector.

En realidad, el conflicto se debe más a los comentarios formulados del lado francés tras el nombramiento de Barnier que a la elección misma del ex ministro de Agricultura galo como comisario europeo de Mercado Interior, una primicia para Francia desde la creación de las instituciones europeas.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, habló de un "triunfo" de las ideas de su país sobre la regulación en Europa y, citado por el diario Le Monde, juzgó que "los ingleses son los grandes perdedores".

"Es un error lamentable presentar esto en ese modo, llevándolo a un choque entre dos países sobre un tema tan importante para Europa", indicó la eurodiputada liberal francesa Sylvie Goulard, especialista en cuestiones económicas. "Sobre todo va a ser contraproducente porque lo que Barnier hubiera podido haber hecho de forma moderada sobre la necesaria regulación financiera va a ser mucho más difícil ahora", agregó.

El Reino Unido, que había actuado hasta el final para intentar impedir que las cuestiones financieras cayesen en manos francesas, aprovechó esta semana para hacer campaña contra los riesgos de una regulación demasiado grande en las finanzas.

El miércoles, la Asociación de Banqueros Británicos (BBA) criticó a Sarkozy por sus eufóricos comentarios, al considerar que dañan la confianza en la Unión Europea.

"Los comentarios hostiles del presidente francés Sarkozy han dañado la confianza pública en las nuevas instituciones de la Unión Eurpea y suscitado serias preguntas sobre la imparcialidad de la persona francesa nombrada en la Comisión Europea", declaró la BBA en un comunicado colgado en su página de internet.

Barnier, que ya aceptó estar acompañado en la Comisión Europea por un alto funcionario británico para tranquilizar a Londres, se encuentra de este modo a la defensiva incluso antes de asumir sus funciones, en febrero de 2010. Antes, el ex ministro francés deberá ser confirmado por el Parlamento Europeo, a mediados de enero, en una audiencia que promete ser animada.

En medio de la polémica desatada, Barnier afirmó este viernes al diario La Tribune que quiere servir "el interés general europeo, en el que naturalmente las ideas francesas tienen un valor agregado".

Tras la crisis financiera, los partidarios de una vigilancia más estrecha del sector financiero tienen viento a favor, conforme a los compromisos asumidos por los países del G-20 de países desarrollados y emergentes.

La designación de un francés al frente de los servicios financieros en Bruselas es además una señal de los tiempos que corren, ya que Barnier sucederá al irlandés Charlie McCreevy, un liberal convencido que durante años defendió la autorregulación de los mercados, incluso cuando tuvo lugar la crisis.

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