domingo, 31 de mayo de 2009

Mayo florido en la bolsa española / Carmen Tomás

Los expertos siguen sin ponerse de acuerdo sobre la evolución de la bolsa en los próximos meses. De momento, sin embargo, los inversores celebraron algunos datos macroeconómicos y el IBEX se anotó una subida en el mes de casi el 4,3 por ciento. De hecho, en algún momento de la sesión del viernes llegó a los 9.500 puntos, una referencia que parece crucial para seguir avanzando.

En lo que va de año, no obstante, el selectivo español apenas avanza un 2,5 por ciento. Y otro dato, mayo ha sido bastante peor que abril. Hasta aquí los fríos datos. Otra cosa son las expectativas y las previsiones. Muchos analistas creen que los inversores, deseosos de salir de este ir y venir, han valorado en exceso algunas referencias.

La economía mundial sigue mostrando signos débiles por más que se puedan sacar algunas conclusiones positivas, por ejemplo, del desempleo en Alemania o algún otro procedente de Estados Unidos. Los famosos brotes verdes no están ahí al alcance de la mano y a pesar de que verdaderamente algunas caídas brutales del pasado se han moderado aún queda mucho camino por recorrer. En España, desde luego.

Claro que puede que veamos en mayo o junio algún indicador menos negativo, pero el tejido sigue gangrenado y el Gobierno inactivo. Precisamente, hemos conocido el IPC adelantado de mayo, de nuevo negativo o las cifras del comercio minorista o la concesión de créditos. Y hemos sabido que el jueves el Congreso no pudo celebrar el pleno previsto porque el ejecutivo no había enviado ningún proyecto, ninguna iniciativa para debatir.

Muchos piensan que casi es mejor que no prepare nada, porque casi todo lo que elabora es contraproducente. Pero, queda reflejado que no sabe para dónde tirar ni qué hacer. Tan sólo se les ocurren medidas de gasto como las becas o sueldos a estudiantes como medida estrella para mejorar la educación, una de las grandes asignaturas pendientes de este país. Nada sobre el mercado de trabajo y nada sobre el sistema público de pensiones.

Esperaremos a los días posteriores al 7 de junio, aunque las esperanzas de que aborden los problemas reales son débiles.

En cuanto a los mercados, hay que esperar y ver si esa referencia de 9.500 puntos de IBEX se sobrepasa. Hay, por supuesto, valores por los que apostar, pero con mucho, mucho cuidado. Vamos a ver más correcciones. Que no les pille.

El Papa advierte de la contaminación que hay en el corazón y en el espíritu

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI dijo hoy, festividad de Pentecostés, que en el mundo existe "una contaminación del corazón y del espíritu, que mortifica y envenena la existencia espiritual".

El Pontífice hizo esta advertencia durante la celebración de la misa de Pentecostés, celebrada en la Basílica de San Pedro, del Vaticano.

"Del mismo modo que es necesario no acostumbrarse al veneno del aire -por eso el compromiso ecológico representa una prioridad- debería hacerse lo mismo con aquello que corrompe el espíritu", señaló el Papa.

Asimismo, agregó que la sociedad parece acostumbrarse "sin dificultad" a "los productos contaminantes de la mente y el corazón" como, por ejemplo, "el convertir en espectáculo el placer, la violencia o el desprecio por el hombre y la mujer".

Benedicto XVI precisó que "el hombre no quiere ser más la imagen de Dios, sino de sí mismo; se declara autónomo, libre y adulto".

"Tal comportamiento revela una relación no auténtica con Dios, a consecuencia de una falsa imagen que de él mismo se ha construido, como hijo pródigo de la parábola evangélica que cree realizar alejándose de la casa del padre", añadió.

"En manos de un hombre así el fuego y sus enormes potencialidades se convierten en algo peligroso: pueden volverse en contra de la vida y de la misma Humanidad, como desgraciadamente demuestra la historia", dijo el Papa

A este respecto Benedicto XVI recordó las tragedias de Hiroshima y Nagasaki, en las que "la energía atómica, utilizada con objetivos bélicos, finalizó por sembrar la muerte en proporciones inauditas".

Las quiebras que necesitamos / Robert J. Samuelson *

Cuando los administradores de la seguridad social y el programa de protección por enfermedad Medicare dieron parte de la solvencia de estos programas, la cobertura informativa fue universalmente sombría. La recesión lo había empeorado todo. «Seguridad social y Medicare en situación de insolvencia antes de lo esperado», titulaba Wall Street Journal. Realmente estas informaciones eran buenas noticias. Mejor habría sido: «Seguridad social y Medicare en riesgo de quiebra en 2010».

Es cada vez más evidente que el Congreso y el presidente (al margen del partido en el poder) sólo abordarán la bomba fétida política de una sociedad que envejece si no tienen más remedio. Y la forma más plausible de forzar la situación sería que la seguridad social y Medicare se declarasen insolventes; que los fondos fiduciarios se agotaran; que las prestaciones prometidas superaran las retenciones de la nómina que las financian. Cuanto más pronto suceda, mejor.

Que los programas terminarán quebrando en última instancia queda claro en los propios informes de los administradores. En las páginas 201 y 202 del informe de la situación financiera del seguro por enfermedad Medicare aparece la concluyente aritmética: a lo largo de los próximos 75 años, la seguridad social y Medicare van a costar alrededor de 103,2 billones de dólares, al tiempo que las retenciones fiscales y los ingresos extraordinarios sumarán en total sólo 57,4 billones de dólares. La diferencia es de 45,8 billones de dólares (todas las cifras están ajustadas a la inflación actual).

Los actuarios de Medicare observan a continuación lo que sucederá una vez se agote el fondo de la seguridad social y el programa de baja hospitalaria de Medicare: «No existe ninguna disposición en la ley actual que aborde el desequilibrio financiero proyectado (en Medicare y en la seguridad social). Una vez que las reservas se agoten no será posible incurrir en más gastos de los cubiertos por la recaudación del ejercicio». Traducción: las prestaciones se desplomarán.

Las pensiones de la seguridad social se encogerán; parte de las facturas del seguro por enfermedad dejarán de estar pagadas -y los recortes empeorarán progresivamente-. Los jubilados las pasarán canutas. Los hospitales podrían cerrar. Ningún presidente ni Congreso escapará a las protestas. Incluso la amenaza de quiebra inminente les empujará a actuar. Pero restaurar la solvencia de los programas abocará al Congreso y a la Casa Blanca a afrontar cuestiones fundamentales.

En 1940, la esperanza de vida en el momento de nacer era de 61,4 años en el caso de los varones y de 65,7 en el caso de las mujeres; hacia el año 2008, las cifras comparables son 75,4 y 80 años. De manera que, conforme mejora el estado de salud y se eleva la longevidad, ¿en qué momento debe dejar de trabajar la gente y tener derecho a percibir pensiones por jubilación? Privados de eufemismos políticamente agradables («protección social», «prestaciones sociales»), eso es lo que son principalmente la seguridad social y Medicare. Si es así, ¿hasta qué punto deben estar subvencionados los jubilados más acomodados?

O ¿hasta qué punto las obligaciones para con la tercera edad deben desplazar a las demás necesidades nacionales? -digamos, la defensa, la educación, la investigación, las infraestructuras o, más en general, la renta familiar digna-. En el año 1990, la seguridad social y Medicare englobaban el 28% del gasto federal; en el año 2019, su porcentaje rozará el 40%, según proyecta la administración Obama. Al crecer este gasto, las presiones para subir los impuestos, elevar el déficit presupuestario o recortar los demás programas crecerán. ¿Cuál es el equilibrio correcto entre el pasado y el futuro?

¿De qué forma se puede reorganizar el sistema médico para mejorar la atención y limitar el gasto? Según algunas estimaciones, la tercera parte del gasto sanitario puede ser innecesario o ineficaz.

Desafortunadamente, los fondos fiduciarios de la seguridad social y Medicare no se agotarán hasta el año 2017 y 2037 respectivamente, según las proyecciones más recientes. Aunque estas fechas para la quiebra se adelantan a las estimaciones del año pasado (2019 en el caso del seguro por enfermedad y 2041 en el de la seguridad social), siguen estando bastante distantes. Entre el ahora y el entonces, la sequía en el resto del Gobierno tendrá lugar invisiblemente. Los fondos insuficientes se agotarán progresivamente. Los títulos del Estado invertidos en estas cuentas de fideicomiso se remitirán al Tesoro para el pago. Ese débito sólo se puede financiar de tres formas: mayor déficit, impuestos más altos o recortes del gasto.

Pero sin un suceso que obligue de verdad -algo que exija una respuesta-, presidentes y congresistas eludirán las elecciones subyacentes. Profesan preocupación, pero sus propuestas son cosméticas, ineficaces o ambas cosas. «Tenemos que salvar la seguridad social para el siglo XXI», proclamaba Bill Clinton. «El sistema, de seguir su trayectoria actual, está abocado a la quiebra», advertía George W. Bush. Ahora, Barack Obama parece estar volviendo a esta costumbre. «Lo que hemos hecho es ir posponiendo la cuestión», decía al Washington Post. «Ahora llegamos al final del plazo». Estupenda retórica, pero eso es todo.

Aunque nadie espere que Obama haga una gran contribución tras apenas cuatro meses en el poder, aún está por dar señales de un apoyo general por lo menos a las políticas que se necesitan: incremento gradual de la edad de jubilación; reducciones paulatinas de las prestaciones en el caso de los jubilados más acomodados; reforma radical de Medicare. De hecho, los planes de Obama de ampliar la cobertura sanitaria pagada por el Estado podrían incrementar el gasto en Medicare agravando así la inflación médica.

Al igual que General Motors, seguimos con los malos hábitos porque we can temporalmente. La dilación es una mala política. Contra más pospongamos los cambios, más radicales tendrán que ser. El daño a jubilados y contribuyentes sólo va a crecer a lo largo del tiempo. La seguridad social se enfrentó por última vez a un problema insalvable en 1983, cuando un fondo cada vez más encogido obligó al Congreso a hacer cambios. La lección: una crisis es justo lo que necesitamos.

(*) Robert J. Samuelson es columnista del diario The Washington Post

¿Es posible cambiar el modelo productivo? / Luis de Guindos

Los últimos datos de crecimiento de la economía española del primer trimestre, conocidos muy recientemente dicen que, en términos interanuales, el Producto Interior Bruto (PIB) español se contrajo un 3%, el peor registro desde que existen estadísticas de este tipo. Además, si nos fijamos en la tasa intertrimestral anualizada, que adelanta la interanual y que es como se mide la evolución del PIB en otros países, la caída es mucho más profunda y se coloca en el 7,5%.

Y, de cualquier modo, habrá que esperar a las sucesivas correcciones que el INE vaya realizando, ya que los indicadores de actividad que se han conocido durante el trimestre ponen de manifiesto caídas mucho más profundas en España que en el resto de la zona euro, que no se reflejan, sin embargo, en los datos comparados de Contabilidad Nacional.

Independientemente de cuáles sean las cifras finales, los datos ya conocidos permiten realizar una serie de consideraciones sobre lo que nos está pasando. Primero, tenemos el derrumbe de la demanda doméstica, tanto en su componente de consumo como de inversión. Además, dentro de la caída generalizada destaca, por su profundidad, la contracción de la inversión en equipo, más de un 18%, que incluso supera al sector que tenía que ser a priori el más afectado, que es la construcción.

Los únicos componentes de demanda que aportan oxígeno al crecimiento son el gasto público y el sector exterior, no como consecuencia de la recuperación de la exportación, que cae el 19%, sino del hundimiento de las importaciones.

La contracción del consumo de las familias es consecuencia de la caída de la renta de los hogares, que muestra tasas negativas, y del efecto de la pérdida de riqueza derivada del ajuste inmobiliario y bursátil. A ello seguramente habrá que adicionar la restricción crediticia existente, que es especialmente evidente en la financiación del consumo. Por último, el peor dato de la crisis lo tenemos en el mercado laboral. En términos de contabilidad nacional, se ha destruido empleo a una tasa del 6%, lo que supone más de 1,1 millones de empleos perdidos en un año.

Todos estos factores subrayan que España vive el mayor ajuste cíclico de la economía en décadas. La caída de la demanda doméstica ha permitido reducir nuestra necesidad de financiación externa en más de dos puntos y medio del PIB respecto al trimestre anterior, aunque todavía sigue siendo muy elevada -el 8,5%-, lo que avanza que el crecimiento de la demanda doméstica seguirá siendo bastante negativo en los próximos trimestres.

Con estos datos, es posible proyectar que la caída del PIB será este año próxima al cuatro por ciento, y que el ejercicio que viene nos moveremos todavía en tasas negativas, aunque seguramente la aceleración del deterioro se moderará por primera vez en tasas intertrimestrales en el segundo o tercer trimestre de este año.

Y en este entorno es donde el Gobierno ha lanzado el mensaje de que va a replantear su política económica con el objetivo de modificar el modelo de crecimiento para hacerlo más «sostenible». Ello surge, fundamentalmente, al hilo de las propuestas del Debate del estado de la Nación, dirigidas a eliminar la deducción a la vivienda en el IRPF, la reducción del impuesto de sociedades para pymes, y el planteamiento de establecer ayudas directas a la compra de automóvil.

La idea es reducir el peso de la construcción en el futuro, y rellenar este vacío con sectores más centrados en las energías limpias y en el conocimiento.

La primera parte de la propuesta parece que ya se está dando sin necesidad de medidas adicionales, puesto que la construcción está cayendo a tasas próximas al 10%, con una contracción del empleo de más del 25%.

Además, parece curioso que los efectos teóricamente positivos que se pretenden sean por la vía de eliminar la deducción de vivienda dentro de dos años. Da la impresión de que, más que cambiar los incentivos fiscales de forma permanente, lo que el Gobierno busca es generar la urgencia de la compra de la vivienda en los próximos meses para intentar aliviar el enorme stock existente en este momento.

Sin embargo, lo más preocupante del mensaje no es tanto las medidas en sí mismas, que no creo, ni pienso, que el propio Gobierno baraje que vayan a ser determinantes por su impacto. Lo más preocupante es la pretensión subyacente de que el modelo de crecimiento económico de un país desarrollado como España se puede cambiar a golpe de BOE.

El debate de los sectores ganadores elegidos por los gobiernos es bastante antiguo y sobrepasado en la actualidad. Además, supone una especie de arrogancia fatal pensar que los gobiernos son los que determinan las actividades de éxito de una economía moderna en el futuro.

El modelo de crecimiento de un país como España viene dado por su dotación de recursos relativa, incluida la calidad de su capital humano; por nuestras ventajas comparativas, por nuestras instituciones, y por la pertenencia a la Unión Europea y Monetaria. Resulta difícil plantear un cambio hacia un modelo basado en el conocimiento, con un sistema educativo mediocre y la tasa de fracaso escolar más elevada de la OCDE.

Algo parecido ocurre con el I+D. En un país como España, la construcción y el turismo deberán, además, jugar siempre un papel relevante, ya que resultará imposible crecer a tasas elevadas sin su contribución positiva, independientemente de que haya que evitar la aparición de burbujas cuya explosión posterior deja siempre un rastro de paro y depresión.

Por todo ello, si el Gobierno quiere cambiar nuestro modelo de crecimiento, es necesario que plantee una reforma seria de la educación, y acciones tendentes a eliminar las barreras a la competencia existentes en muchos sectores, lo que permitiría un aumento permanente de la productividad. Sin embargo, este debate, que es muy importante para España, no debería enmascarar el prioritario hoy por hoy; esto es, qué tenemos que hacer para acabar con la sangría económica actual y para poner las bases de una recuperación futura.

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El crudo responde con subidas a nuevos estímulos de demanda

MADRID.- Las distintas instituciones económicas que llevan casi dos años inundando el mercado de previsiones negativas para el ritmo económico mundial han cambiado oficialmente su discurso. Los brotes verdes empiezan a asomar con más robustez en las grandes economías -España es otro caso- y eso tiene un efecto contundente en el mercado de renta variable, a juicio de 'El Mundo'.

Esta semana el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, aseguró que se está saliendo de la recesión y que la caída libre de la economía está siendo más controlada. Son palabras que van en línea con las de otros organismos oficiales -BCE, Fed, OCDE y FMI, por ejemplo- y que se refuerzan con buenos datos de clima empresarial y confianza en la zona euro y Estados Unidos.

Con todo ello, las Bolsas pueden permitirse algunos lujos casi impensables hace sólo unos meses. Por ejemplo, mantenerse en positivo en 2009, fijar un sólido suelo que parece difícil de romper y seguir dando alegrías a los inversores en forma de leves pero continuas revalorizaciones. Así, el Ibex culminó una semana más en positivo, en los 9.424 puntos que le acercan a los máximos del año logrados en enero.

Sin embargo, la semana deja también espacio a la incertidumbre: la que genera la evolución al alza del crudo y, sobre todo, el Euribor, que el viernes cerró en el 1,631%. Ambos casos son consecuencia de una mejora de las perspectivas macroeconómicas y suponen, teóricamente, una nueva noticia positiva para el mercado.

El encarecimiento del precio del petróleo puede tener un efecto perverso en el consumo, sobre todo en España, donde la recuperación está más lejos que en la media europea y cuya dependencia energética la hace especialmente vulnerable a las oscilaciones del petróleo.


Además, desde la propia OPEP reconocen que el encarecimiento del oro negro se está debiendo especialmente a la especulación, con lo que aumenta el riesgo de crear una nueva burbuja que sería contraproducente para la reactivación de la economía. ¿Por qué?


Porque el crudo tiene un fuerte peso en la inflación, y en el caso de que ésta subiera con creces (algo para lo que todavía hay mucho margen), podría obligar al BCE a elevar el precio del dinero. Hay que recordar que la institución que preside Jean-Claude Trichet tiene como principal objetivo mantener la estabilidad de precios.

Respecto a la subida puntual del Euribor, el indicador está respondiendo al aumento del tipo a un día que sirve de referencia para los prestamos entre los bancos (Eonia), que en apenas dos semanas ha pasado del 0,5% al 1,1%. Esto se debe en parte a la menor capacidad de los bancos de obtener financiación en el BCE presentando colaterales, sobre los que ahora se les aplica un haircut (la parte que guarda la institución como garantía y que no se convierte en liquidez) más elevado.

En cualquier caso, la tendencia del Euribor seguirá siendo bajista para situarse definitivamente en torno al 1,4%. El cierre del mes de mayo (1,644%) significa el octavo mes consecutivo de descensos y un nuevo mínimo histórico en su tasa mensual.

California roza la suspensión de pagos

WASHINGTON.- El Banco Mundial tiene una unidad especial denominada FIAS (las siglas en ingles del Servicio Asesor de Inversiones Extranjeras) entre cuyas principales misiones está la reforma de las regulaciones. Es un sistema un poco mecánico, simbolizado por su macabro nombre, el «enfoque guillotina», que propugna eliminar los permisos, tasas y otras regulaciones que los países en vías de desarrollo imponen a sus miembros.

Es un arma de doble filo porque muchos de esos Estados obtienen los ingresos que necesitan para funcionar a través de tasas, ya que no tienen un sistema de recolección del IRPF ni del Impuesto de Sociedades, revela hoy 'El Mundo'.

Ahora, Estados Unidos está cayendo en esa situación. No porque no haya IRPF (aunque la Hacienda Pública estadounidense estima que el fraude se lleva un 20% de la recaudación), sino porque la crisis económica ha sepultado los ingresos fiscales. Y los Estados están teniendo que aceptar bien la idea de llevar a cabo recortes del gasto brutales, bien aumentar las tasas y regulaciones, lo que tampoco es una buena fórmula para salir de una crisis.

La situación ha alcanzado un nivel insostenible precisamente en el Estado más poblado y rico de EEUU: California. La deuda pública de ese territorio, que si fuera un país independiente formaría parte del G-8 por el tamaño de su PIB, está apenas dos niveles por encima de la calificación de bono basura. De los 50 Estados que forman EEUU, es el número 45 en cuanto a presión fiscal, pero el 12 en gasto público. Los gastos pueden ser este año un 33% superiores a los ingresos fiscales.

Para empeorar las cosas, los californianos decidieron el 19 de mayo rechazar un aumento de la presión fiscal para combatir la crisis, en una medida que, sin duda, habría generado el aplauso de los directivos de FIAS. A eso se suma que en el Congreso de California es necesario que el presupuesto se apruebe con dos tercios de los votos, con lo que los republicanos del Estado -herederos en buena medida de la filosofía antiimpositiva de Ronald Reagan- pueden bloquear cualquier medida que incremente la presión fiscal, a pesar de estar en minoría en el Legislativo.

El efecto del referéndum y de las normas del Congreso abocan al Estado a unos números rojos de 17.500 millones de euros.

Es una situación recurrente en California, donde Arnold Schwarzenegger llegó al cargo de gobernador del Estado precisamente como consecuencia de uno de esos bloqueos épicos del Congreso. Pero ahora el gobernador no ha tenido más remedio que afrontar la situación. Y las medidas que va a poner en práctica tienen la profundidad que solamente da la desesperación.

En apenas cuatro días, Schwarzenegger ha anunciado recortes de gastos por 5.900 millones de euros.

Entre ellos, están una serie de reducciones de sueldo que acabaran suponiendo un escalofriante recorte del 15% de los salarios de la mayor parte de los funcionarios del Estado, la eliminación de la cobertura sanitaria pública para un millón de niños de familias de ingresos bajos y la clausura de otro programa que ayuda a medio millón de madres solteras a buscar un puesto de trabajo.

De todas formas, con un paro del 11% -una estadística engañosa, ya que excluye a los parados que llevan más de seis meses sin encontrar empleo-, no parece que la desaparición de esa última iniciativa vaya a marcar mucho la diferencia.

En todo caso, ésas son sólo una parte de las medidas. Todavía quedan otras más espectaculares. Por ejemplo, Schwarzenegger quiere transferir miles de presos que dependen del Estado al Gobierno federal, que es el equivalente de la Administración central española.

Si Washington no lo acepta, los dejará en la calle.En todo caso, quien puede acabar en la calle es él: la crisis presupuestaria californiana puede suponer el final de la carrera política del actor.

Los casos

California: En este Estado, el 30% de los maestros del sistema de educación pública podrían perder su puesto de trabajo.

Pennsylvania: En esta zona, sus responsables estudian reducir en un 93,8% el número de niños de familias de ingresos bajos que reciben asistencia médica por parte del Estado.

Florida: La ciudad de Winter Haven cobra cuando envía policías o bomberos a lugares donde se han producido accidentes.

Wisconsin: El gobernador ha planteado un impuesto a los mataderos por cada res muerta.

Deslocalización agrícola: ¿un nuevo colonialismo?

SHANGHAI.- La revitalización del campo chino ocupa un lugar destacado en el paquete de estímulo de 430 millones de euros que Pekín ha ofrecido para sortear la crisis. El objetivo es triple: mantener el crecimiento económico, repartirlo hacia el interior más pobre y, de paso, acelerar una necesaria revolución agraria, se escribe hoy en 'El Mundo'.

Uno de los escollos a solucionar es cómo dar de comer a la quinta parte de la población mundial con sólo el 7% de la tierra cultivable, mientras el deterioro medioambiental y la urbanización van mermando los cultivos en el mapa de China. Pero el plan B, no oficial, parece consistir en hacer acopio fuera de la tierra que falta en casa.

«Los africanos necesitan modernizar su agricultura desesperadamente y para China, que precisa hacer frente a su demanda de alimentos, África representa la solución», resume el historiador de la Universidad de Pekín Li Anshan, experto en las relaciones entre su país y el continente más pobre.

Aunque buena parte de la búsqueda ha llevado a Pekín o sus empresas al sudeste asiático -Laos, Myanmar o Filipinas, donde se espera la aprobación de Manila para alquilar 1,24 millones de hectáreas para el cultivo de arroz-, varios inversores chinos tratan de reservarse dos millones de hectáreas en Zambia y ya han logrado 2,8 millones en la República Democrática del Congo, todo para producir biocombustibles.

El país asiático ha desplegado ya en África una batería de intereses energéticos y mineros, acompañados de ayuda al desarrollo y modernización de infraestructuras. Pero sería injusto señalar sólo al apetito chino, porque capital privado inglés, alemán, sueco y danés también se han apuntado a la moda. Animada por la rapidez con la que cristalizan los acuerdos, hasta la banca de inversión ha visto un potencial nicho especulativo.

Con todo, en el lado de la demanda destacan varios países del golfo pérsico y la península arábiga -sobrados de petrodólares pero faltos de tierra y agua-, además de grandes importadores de alimentos como Corea del Sur. Detrás de muchos de los acuerdos están los gobiernos, sea directamente o a través de sus vehículos de inversión (fondos soberanos).

Y como dos no bailan si uno no quiere, los países pobres se han prestado de lleno al juego: en África, por ejemplo, la debilidad negociadora está llevando a regalar la tierra a cambio de promesas vagas de empleo, tecnología e infraestructuras, según un estudio encargado por Naciones Unidas, que destaca cómo sus pobladores se arriesgan a ser desposeídos de fincas que han utilizado siempre aun sin títulos de propiedad, y que pueden perder el acceso al agua y otros recursos sin poder beneficiarse de los acuerdos.

Hasta 20 millones de hectáreas de estos países -equivalente a la superficie cultivable de toda Francia- han sido ocupadas por extranjeros durante los últimos tres años según los cálculos del Instituto de Investigación de Políticas de Alimentos, un think tank con base en Washington.

La tendencia adquirió músculo animada por la espiral inflacionaria que desde hace dos años ha disparado el precio de algunos cereales. Aunque la crisis financiera ha aliviado la presión, algunos gobiernos se vieron obligados a cerrar sus fronteras a las exportaciones para asegurar el suministro interno y los grandes importadores dejaron de confiar en la lonja mundial de alimentos para reaccionar saliendo fuera a buscarse el pan.

Así, tras las manufacturas (en los años 80) y la tecnología de la información (en los 90), la adquisición de tierra cultivable en el extranjero se va configurando como la «tercera gran oleada de deslocalización», tal y como ha quedado definida por un analista. Pero las fricciones son notables. El gobierno chino ha ofrecido 800 millones de dólares al de Mozambique para multiplicar por cinco la producción de arroz en el país. China se llevará su parte pero creará, a su vez, institutos de investigación agrícola y puestos de trabajo, cosa que no ha evitado fuertes críticas de la oposición al gobierno de Maputo.

En Madagascar, el intento de compra de la mitad de la superficie agraria de la isla por una sola compañía surcoreana, la Daewoo Logistics, contribuyó a derrocar el Gobierno. Y el grupo saudí Bin Laden -vinculado a la familia del prófugo terrorista-, también naufragó con un plan para cultivar medio millón de hectáreas de arroz en Indonesia.

Críticas al proceso

Entre los críticos, comunidades locales y algunas ONG se oponen a la práctica, que el propio responsable de la FAO, la agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y los Alimentos, ha calificado de «neocolonialista» en algunos casos. Lo grave, si se quiere, es que coloca puerta con puerta algunas de las incongruencias más crueles en el reparto mundial de riqueza:

Sudán deja a sus inversores -Emiratos Árabes, Arabia Saudí y Corea del Sur, entre otros- que se lleven el 70% de las cosechas mientras se convierte en el mayor receptor mundial de ayuda alimentaria. Pero Jartum confía en que los acuerdos en el sector agrícola ocupen casi la mitad de toda la inversión extranjera para 2010, una entrada de capital irrenunciable para un país en guerra y azotado por la hambruna.

«No podemos condenar el fenómeno de forma global», advierte James Keeley, investigador del Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo, que ha efectuado el estudio ¿Toma de tierras u oportunidad para el desarrollo? para dos agencias de la ONU. «Los países pueden beneficiarse de esta inversión si está bien diseñada para aprovechar las oportunidades», explica Keeley.

Un buen punto de partida, dice, sería aumentar la transparencia de los acuerdos. Las partes implicadas deben «consensuar un código de conducta internacional», concluye, para transformar los temores de una nueva ola de colonialismo sutil en una revolución verde para África.

Buenas prácticas

Son varias las agencias y organismos internacionales que se han puesto a trabajar en el diseño de conductas que guíen la compra o arrendamiento de cultivos en países pobres. Japón lidera el debate en el seno del G8, con una propuesta que presentará en la próxima cumbre de países ricos en Italia.

La Unión Africana también podría ratificar el primer código en julio, aunque algunos de sus miembros son reacios a autolimitarse por temor a perder inversores. Además de ser transparentes, los acuerdos deben beneficiar a ambas partes mientras crean empleo, favorecen la producción y dejan infraestructuras en el país receptor, dicen los expertos.

Sólo así se evitarán situaciones como la que se da en Etiopía, donde una iniciativa avalada por el monarca saudí saca del país costales de arroz y cebada ante los ojos de 4,6 millones de etíopes que viven al borde de la hambruna.

EEUU dice buscar acercamiento económico con China

PEKÍN.- Después de años de relaciones económicas ásperas con China, Estados Unidos insistió el domingo en que desea iniciar un capítulo nuevo y desarrollar relaciones estrechas con la tercera economía más grande del mundo.

Luego de llegar a Pekín para un viaje de dos días en el que se reunirá con los líderes del gobierno chino, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dijo que deseaba forjar el mismo tipo de cooperación con China que Estados Unidos ha gozado desde hace décadas con las potencias económicas europeas.

En su primera visita oficial a China, Geithner dijo que el gobierno del presidente Barack Obama está comprometido a forjar una relación nueva con China después de disputas comerciales entre ambas naciones durante la década pasada.

Esas pugnas se han visto reflejadas durante años en el peor déficit de la balanza comercial de Estados Unidos con China. Los detractores estadounidenses de la política de China dijeron que ésta ha contribuido a la pérdida de millones de empleos en la industria manufacturera estadounidense.

Sin embargo, China es el principal acreedor de Estados Unidos, con 768.000 millones de dólares en bonos del Departamento del Tesoro. Estados Unidos también espera que China tenga un papel positivo en la solución de una disputa tensa con Corea del Norte sobre su programa de armas atómicas.

Antes de sus reuniones, Geithner minimizó la gravedad de los prolongados desacuerdos en áreas como la devaluada moneda de China, que abarata artificialmente las exportaciones chinas y hace menos competitivas las exportaciones estadounidenses a la nación asiática.

"Nos gustaría construir con China el mismo tipo de relación que edificamos con el Grupo de los Siete en décadas más recientes", dijo Geithner a los periodistas que viajaron con él hacia Pekín.

El G-7 incluye a las tradicionales potencia económicas, Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Canadá.

Mañana, un lunes definitorio para la industria del automóvil en EEUU

WASHINGTON.- El mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, General Motors (GM), se prepara para acogerse mañana lunes a la protección de la ley de quiebras en busca de una recuperación que su competidor Chrysler parece haber logrado a un mes de declararse en bancarrota.

El lunes será el día D para el sector. El presidente de GM, Fritz Henderson, anunció una conferencia de prensa a media jornada en Nueva York, ciudad sede del tribunal de quiebras.

"Las palabras 'GM en bancarrota' dejan a muchos estadounidenses de mi generación en estado de conmoción económica", aseguró el domingo en el diario Wall Street Journal el escritor P.J. O'Rourke. "Es tan perturbador como escuchar hablar de 'fotos de mamá desnuda'", agregó.

Este domingo, los acreedores en poder del 54% de la deuda obligatoria del grupo aprobaron el plan del Departamento del Tesoro para la reestructura de GM, informó el domingo un portavoz.

Ese 54% involucra a 975 instituciones, dijo el portavoz de la comisión ad hoc de acreedores, Elliot Sloane.

El ex número uno mundial del automóvil, que apuesta a la vía judicial para su posterior recuperación, ha visto desplomarse 33% su acción, que el viernes se situó en menos de 1 dólar en la bolsa de Nueva York, por primera vez desde 1933.

El Departamento estadounidense del Tesoro se dedicó el fin de semana a poner a punto la reestructura de GM, cuando su competidor Chrysler, que se declaró en bancarrota hace un mes, parecía el sábado a punto de salir de ella, al término de un rapidísimo proceso de reestructuración de su deuda, sus accionistas y su aparato industrial.

El número tres estadounidense, que el 30 de abril se había declarado bajo la protección de la ley de quiebras, espera el fallo judicial sobre su plan para la creación de un nuevo consorcio, "New CarCo", que sólo conservará los activos más saneados.

La suerte de los fabricantes de autos centraba la atención en medios políticos y económicos el domingo, día de debates en la televisión estadounidense.

"Es un momento verdaderamente muy triste para nuestro país", dijo Mitt Romney, ex aspirante a la candidatura presidencial 2008 del Partido Republicano. "Adoro los autos estadounidenses. Mi corazón sangra por la gente de Michigan y Detroit, por todos esos obreros del automóvil", aseguró Romney a la cadena Fox en referencia al estado y la ciudad cuna de esa industria, en el norte del país.

A fines del año pasado, GM sumaba 244.000 empleados en todo el mundo, la mitad de los cuales en Estados Unidos.

El jefe de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, calificó el rescate de las automotrices como "grueso error", tras considerar que los poderes públicos esperaron demasiado para exigir a GM y Chrysler que se declararan en quiebra.

Consultado por la CNN, McConnell puso como ejemplo al segundo fabricante de autos en Estados Unidos, Ford, "que sigue produciendo vehículos sin ayuda del Estado".

En el país de la libre competencia, las grandes compañías llamaban al gobierno a intervenir lo menos posible en la gestión de GM.

"Todos comprendemos que el Estado necesite intervenir como lo hizo", dijo a la NBC Anne Mulcahy, propietaria del fabricante de fotocopiadoras Xerox. "Pero se necesita también un plan de salida", enfatizó.

Las petroleras invertirán más de 1.000 millones de dólares en Bolivia

LA PAZ.- Las empresas petroleras privadas y la estatal boliviana invertirán más de 1.000 millones de dólares para exploración y explotación de los hidrocarburos en Bolivia, informó el domingo el diario La Razón.

Un reporte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) menciona que "la inversión programada para la presente gestión 2009 supera los 1.000 millones de dólares en toda la cadena productiva, en el objetivo de incrementar la producción de hidrocarburos y la capacidad de transporte de gas natural", según publica el diario.

No hubo confirmación oficial de inmediato en relación con el informe periodístico.

Según la información, la millonaria inversión también incluye "el abastecimiento del mercado interno de combustibles líquidos y gas licuado de petróleo, así como el desarrollo de la infraestructura de separación de gas natural y refinación de crudo".

El reporte afirma que YPFB ejecutará más de 567 millones de dólares "a través de su casa matriz, subsidiarias y otras empresas emergentes del proceso (de nacionalización de los hidrocarburos)".

Mientras que la inversión privada por parte de las transnacionales Petrobras Bolivia SA, Repsol YPF, BG-Bolivia, Petrobras Energía, Vintage, Pluspetrol SA, Matpetrol SA, Total E&P Bolivie, Dongwon y Canadian Energy, será de 625,5 millones de dólares, programada para el 2009 en materia de exploración y explotación de hidrocarburos.

Y la empresa YPFB-Petroandina SAM de capitales de la estatal boliviana y de Petróleos de Venezuela (PDVSA) tiene una inversión programada de 96 millones de dólares en tareas de exploración petrolera en el norte de La Paz. Por otro lado, las nacionalizadas YPFB Chaco y YPFB Andina invertirán $us 55,2 millones y $us 89,2 millones, respectivamente.

A su vez se informó que en el resto de la cadena de hidrocarburos prevé invertir 327 millones de dólares. Anunció que dará prioridad a la ejecución de proyectos de refinación, separación de los componentes de gas natural y al transporte de gas.

Una nueva línea aérea conectará a partir de mañana Gibraltar con Barcelona

GIBRALTAR.- Andalus Líneas Aéreas conectará a partir de mañana lunes Gibraltar con Barcelona y desde el jueves, Málaga con Lisboa, en dos nuevas rutas aéreas que se suman a las ya existentes con diversos puntos de España y Marruecos.

Desde el Peñón y hasta la Ciudad Condal los viajeros podrán volar desde 169 euros. En este mes de junio están todos los vuelos completos y en julio gran parte de ellos tienen sus plazas cubiertas.

Igualmente, para la capital lisboeta los vuelos, desde 79 euros, que serán jueves y domingo, están igualmente llenos en su primer mes de puesta en marcha.

Según indicaron fuentes de la línea aérea andaluza, estas nuevas conexiones forman parte de la estrategia de expansión de la compañía, que comenzó a operar a finales del pasado mes de enero con un vuelo a Nador dado el interés existente por establecer nuevas vías de transporte de viajeros hacia el norte de África.

Las conexiones con la capital lusa son, además, "muy interesantes", según las mismas fuentes, que precisaron que hay muchos vuelos que parten desde la ciudad lisboeta hacia Sudamérica, lo que es un atractivo más para que puedan llegar a Málaga.

Andalus opera ya rutas entre Madrid y Gibraltar, con 24 vuelos semanales, de lunes a domingo; además de conectar las ciudades de Málaga y Sevilla con Marrakech, y la capital de la Costa del Sol también con Casablanca y Nador.

La compañía, con sede en Málaga, cuenta con dos aviones reactores Embraer 145 de 50 plazas, aunque en un breve espacio de tiempo dispondrá de otra aeronave.

Andalus, con base en el aeropuerto de Málaga, realizó más de 200 vuelos en los que transportó a más de 7.000 viajeros en el primer trimestre del año, con una puntualidad media del 98 por ciento y una ocupación media del 81,2 por ciento.

(Aeropuerto de Gibraltar)

Banca a la deriva en Portugal

LISBOA.- Los clientes del Banco Privado Portugués (BPP) están que trinan. "Es el único banco de la UE con las cuentas congeladas", "es la primera vez que la gente ocupa la sede de un banco en Portugal", "esto parece el corralito, cuando el Gobierno argentino bloqueó en 2001 todos los depósitos", "directivos del banco dicen que no pueden hacer nada porque no hay dinero, y en el Ministerio de Finanzas nos dan largas"...

Las quejas son interminables y los ánimos se calientan día a día ante lo que consideran un fraude de grandes proporciones. Dos mil cuentas, individuales y de empresa, tienen sus fondos atrapados (1.200 millones de euros) desde que el banco entró en barrena en noviembre, con un agujero de 700 millones, y el Gobierno acudió en su ayuda con un aval de un préstamo de 450 millones concedido por seis bancos. El BPP tiene unos 400 clientes en España, gallegos y valencianos la mayoría, según 'El País'.

Una situación similar atraviesa el Banco Portugués de Negocios (BPN), si bien con consecuencias distintas para el cliente, al menos por ahora. En noviembre, mes maldito, el Gobierno intervino al salir a la luz un agujero del BPN de 900 millones de euros, que ahora supera los 2.000 millones. En aquel caso, a diferencia del BPP, el Ejecutivo optó por nacionalizarlo y hasta ahora ninguna cuenta ha sido congelada.

Podría decirse que los dos bancos libran una pugna por lograr mayor eco mediático. Esta semana, el protagonista principal ha sido José Oliveira e Costa, 73 años, presidente del BPN entre 1998 y 2008 (dimitió tras alegar razones de salud) y en prisión preventiva desde el 21 de noviembre.

En su comparecencia ante la comisión de investigación parlamentaria abrió la caja de los truenos. Traje impecable, el primer banquero luso encarcelado aguantó estoicamente las ocho horas de sesión sin denotar cansancio, con breves descansos para levantarse de la silla. Ha tardado seis meses en hablar, pero ha tirado con bala.

Habló de un grupo de diez accionistas y de un subgrupo de cuatro que "manipularon conscientemente los hechos para abortar las sucesivas hipótesis de venta del grupo Sociedad Lusa de Negocios (SLN)-BPN a entidades extranjeras que reunían las mejores condiciones". Compradores potenciales saudíes, jordanos, sirios, libios, de EE UU (grupo

Carlyle), kuwaitíes (KIO), angoleños, españoles (Caixa de Galicia)... Habló también de un acuerdo secreto entre los referidos accionistas para vender el banco con sobreprecio. Y dio nombres. Los consejeros Joaquim Coimbra; Joaquim Nunes, el anterior presidente del banco; Miguel Cadilhe, que no salió bien parado en la larguísima declaración de Oliveira e Costa.

Hasta que pronunció el nombre más esperado: Manuel Joaquim Dias Loureiro, ex administrador de la SLN, ex ministro, miembro del Consejo de Estado y con buenos contactos con la familia real marroquí, entre otros. Oliveira no se anduvo por las ramas. Le trató de mentiroso, desleal y egocéntrico. Y concluyó con una frase demoledora: "El papel del doctor Dias Loureiro en el Grupo SLN acabó como comenzó, es decir, creando problemas, aunque siempre negó estar envuelto en el origen de los mismos".

Acusado de delitos como fraude, lavado de dinero, evasión fiscal y falsificación de documentos, Oliveira e Costa negó solemnemente cualquier acto fraudulento. "Por muchos errores que haya podido cometer", dijo, "nadie puede acusarme, con la verdad de todo el proceso, de haber perdido un solo céntimo, ya que ofrecí soluciones que aportarían al país miles de millones de euros".

El Banco de Portugal, como entidad supervisora, está en mala posición por no tomar cartas en el caso BPN. El diputado Nuno Melo, del Centro Democrático Social, leyó un documento oficial que demostraba que el regulador estaba al tanto de sus problemas desde 2002, año de la primera inspección. Oliveira no hurgó en esta herida, pero la posición del gobernador del Banco de Portugal, Vítor Constâncio, es cada día más débil.

El Partido Comunista ha pedido su dimisión y fuentes del Partido Socialista, en el Gobierno, no ocultan su malestar por la evidencia de que la supervisión falló.

Aunque tiró muchos balones fuera o se refugió en el silencio, la comparecencia de Oliveira e Costa deja abiertos muchos interrogantes sobre las actuaciones irregulares del BPN y su relación con el

Banco Insular de Cabo Verde y otras entidades en paraísos fiscales. El SLN es un conglomerado gigantesco cuyos tentáculos se extienden por la banca, los seguros, tecnología, automóvil, turismo, salud, industria y transportes, agroalimentación e inmobiliario. Tiene 140 empresas, 98 en plazas off-shore, y 4.600 empleados.

El otro banco a la deriva es protagonista en Oporto. Clientes del BPP con sus cuentas congeladas han ocupado la sede allí. Paulo Jorge, portavoz de una de las tres asociaciones de afectados, explica que el problema está en los activos de inversión llamados de "retorno absoluto".

"El banco los comercializaba como si fueran depósitos a plazo, con capital e interés garantizados, y luego colocaba este dinero en el mercado de capitales puro a través de una cartera discrecional, al margen de los clientes, que tenían un contrato que les garantizaba retorno a tres meses, seis meses o un año". Con la crisis financiera, los activos de la cartera se devaluaron el 50%, como la participación en Bolsa del banco Millennium BCP, del que el BPP llegó a tener el 24%.

Los clientes afectados han tocado muchas puertas, pero sólo han sido escuchados en la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM), según detalla Durval Padrao, del Movimiento Retorno Absoluto, que agrupa a unos 450 clientes. "El Gobierno dijo el año pasado que los ahorros de todos los portugueses estaban garantizados, independientemente de cualquier valor. En Portugal, el Gobierno salva al BPN a través de la nacionalización. Queremos el mismo trato", añade.

La congelación de los depósitos acaba formalmente el 1 de junio, pero el Banco de Portugal ha dicho que prorrogará el plazo. Lo que sí se acaba es la paciencia de los clientes. -

Una dimisión con interrogantes

La comparecencia del ex presidente del BPN José Oliveira e Costa en el Parlamento tuvo un efecto inmediato. Al día siguiente, Manuel Dias Loureiro dimitió como miembro del Consejo de Estado, órgano político de consulta del presidente de la República. Los consejeros gozan de inmunidad, que sólo pierden cuando dejan de pertenecer al organismo. Dias Loureiro comunicó su decisión al presidente Aníbal Cavaco Silva, quien declaró que el consejero dimitió para poder ser escuchado por la Procuradoria General de la República (PGR) "lo antes posible".

Más tarde acudió a un canal de televisión y declaró que renunciaba a su puesto en el Consejo de Estado para que nadie creyera que se refugiaba en la inmunidad del cargo. Asimismo, negó cualquier relación entre la dimisión y las declaraciones de Oliveira e Costa del día anterior. Es probable que esta decisión ayude a la investigación del caso BPN, pero está por ver si Dias Loureiro la tomó libremente, sin presión de ningún tipo, o fue aconsejado desde las más altas instancias.

El ex administrador ejecutivo de la Sociedad Lusa de Negocios fue ministro de Asuntos Parlamentarios y de Administración Interna (Interior) en los tiempos de Cavaco Silva como primer ministro, y fue nombrado por el hoy presidente de la República como uno de los cinco miembros del Consejo de Estado de designación directa. A medida que avanza la investigación, este cavaquista consumado corría el riesgo de convertirse en una pieza cada vez más incómoda para el presidente de la República.

La recesión golpea con dureza a la clase media

MADRID.- Principal sustento de las Haciendas públicas y garante del Estado de bienestar, la clase media es el verdadero rostro de la sociedad occidental. En un mundo globalizado, en el que hasta en el más mísero país siempre se puede encontrar a alguien con suficientes medios para darse un paseo espacial, sólo la preeminencia de la clase media distingue los Estados llamados desarrollados del resto. Los países dejan de ser pobres no por el puesto que ocupan sus millonarios en el ranking de los más ricos -de ser así, México o la India estarían a la cabeza del mundo dada la fortuna de sus potentados-, sino por la extensión de su clase media, según relata hoy 'El País'.

Pero parece que la clase media está en peligro o, al menos, en franca decadencia. Eso piensan muchos sociólogos, economistas, periodistas y, lo que es más grave, cada vez más estadísticos. Como los dinosaurios, esta "clase social de tenderos" -como la calificaban despectivamente los aristócratas de principios de siglo XX- aún domina la sociedad, pero la actual recesión puede ser el meteorito que la borre de la faz de la Tierra.

Siguiendo con la metáfora, el proceso no será instantáneo sino prolongado en el tiempo, pero inevitable. La nueva clase dominante que la sustituya bien pudieran ser los pujantes mileuristas, los que ganan mil euros al mes. Tal y como sucedió cuando los mamíferos sustituyeron a sus gigantes antecesores, los mileuristas tienen una mayor capacidad de adaptación a circunstancias difíciles. También se adaptan los pobres, pero no dejan de ser excluidos, mientras que los mileuristas son integradores de la masa social. Por eso se están extendiendo por todas las sociedades desarrolladas.

El mileurismo -un término inventando por la estudiante Carolina Alguacil, que escribió una carta al director de El País en agosto de 2005 para quejarse de su situación laboral- ha dejado de ser un terreno exclusivo para jóvenes universitarios recién licenciados que tienen que aceptar bajos salarios para hacerse con un currículo laboral.

En los últimos años ha incorporado a obreros cualificados, parados de larga duración, inmigrantes, empleados, cuarentones expulsados del mercado laboral y hasta prejubilados. Se estima que en España pueden alcanzar en torno a los doce millones de personas.

Su popularidad es tan creciente que ya hay varios libros dedicados exclusivamente a los mileuristas, tienen web propia y hasta película. Se llama Generazione 1.000 euro, una producción italiana que se acaba de estrenar. Cuenta la historia de un joven licenciado en matemáticas que malvive en una empresa de mercadotecnia y se enamora de otra mileurista. Basa su argumento en el libro con el mismo título que triunfó gracias a las descargas gratuitas de Internet (la gratuidad de la Red es una de las pocas válvulas de escape de los mileuristas).

Hasta los políticos comienzan a mirar hacia ellos. Las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el debate del estado de la nación, aunque luego descafeinadas, parecen ser las primeras especialmente diseñadas para mileuristas: equiparar las ayudas al alquiler, eliminar para las rentas medias la desgravación de la vivienda (¡el pisito, icono de la clase media española!), bonos de transportes desgravables y, sobre todo, máster gratis sin límite para graduados en paro.

Másteres, estudios de posgrado, doctorados, idiomas..., el signo de identidad de esta generación Peter Pan, dicen que la mejor preparada de la historia pero cuya edad media de emancipación del hogar familiar está a punto de alcanzar los 30 años.

La estadística da cuenta cada vez de forma más fehaciente de la pujanza del mileurismo frente a la bendita clase media. Uno de los datos más reveladores se encuentra en la Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE), un informe cuatrienal pero que desnuda la realidad sociolaboral como ninguna otra.

Según la misma, el sueldo medio en España en 2006 (última vez que se realizó) era de 19.680 euros al año. Cuatro años antes, en 2002, era de 19.802 euros. Es decir, que en el periodo de mayor bonanza de la economía española, los sueldos no sólo no crecieron, sino que cayeron, más aún si se tiene en cuenta la inflación.

Si nos remontamos a 1995, la primera vez que se llevó a cabo la encuesta, la comparación es aún más desoladora. El salario medio en 1995 era de 16.762 euros, por lo que para adecuarse a la subida de precios experimentada en la última década, ahora tendría que situarse en torno a los 24.000 euros. Se trata del sueldo medio, que incluye el de los que más ganan. Por eso convendría tener en cuenta otro dato más esclarecedor: la mitad de los españoles gana menos de 15.760 euros al año, es decir, son mileuristas.

Los sueldos se han desplomado pese a la prosperidad económica e independientemente del signo político del partido en el poder en los últimos años (desde 1995 han gobernado sucesivamente PSOE, PP y nuevamente PSOE). La riqueza creada en todos esos años ha ido a incrementar principalmente las llamadas rentas del capital.

Algunos dan definitivamente por muerta la clase media. Es el caso del periodista Massimo Gaggi y del economista Eduardo Narduzzi, que en su libro El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste (Lengua de Trapo) vaticinaban la aparición de un nuevo sistema social polarizado, con una clase tecnócrata reducida y crecientemente más rica en un extremo, y en el otro un "magma social" desclasado en que se confunden las antiguas clases media y baja, definidas por una capacidad de consumo muy limitado, a imagen y semejanza de los productos y servicios que les ofrecen las compañías low cost (bajo coste) como Ikea, Ryanair, Mc Donald's, Zara o Skype.

"Nosotros hablábamos de la aparición de una clase de la masa, es decir, de una dimensión social sin clasificación que de hecho contiene todas las categorías, con excepción de los pobres, que están excluidos, y de los nuevos aristócratas. La clase media era la accionista de financiación del Estado de bienestar, y su desaparición implica la crisis del welfare state, porque la clase de la masa ya no tiene interés en permitir impuestos elevados como contrapartida política que hay que conceder a la clase obrera, que también se ha visto en buena parte absorbida por la clase de la masa. La sociedad que surge es menos estable y, como denunciábamos, potencialmente más atraída por las alarmas políticas reaccionarias capaces de intercambiar mayor bienestar por menos democracia. También es una sociedad sin una clara identidad de valores compartidos, por lo tanto, es oportunista, consumista y sin proyectos a largo plazo", señalan los autores a El País.

El declive de la clase media se extiende por todo el mundo desarrollado. En Alemania, por ejemplo, un informe de McKinsey publicado en mayo del año pasado, cuando lo peor de la crisis estaba aún por llegar, revelaba que la clase media -definida por todos aquellos que ganan entre el 70% y el 150% de la media de ingresos del país- había pasado de representar el 62% de la población en 2000 al 54%, y estimaba que para 2020 estaría muy por debajo del 50%.

En Francia, donde los mileuristas se denominan babylosers (bebés perdedores), el paro entre los licenciados universitarios ha pasado del 6% en 1973 al 30% actual. Y les separa un abismo salarial respecto a la generación de Mayo del 68, la que hizo la revolución: los jóvenes trabajadores que tiraban adoquines y contaban entonces con 30 años o menos sólo ganaban un 14% menos que sus compañeros de 50 años; ahora, la diferencia es del 40%. En Grecia, los mileuristas están aún peor, ya que su poder adquisitivo sólo alcanza para que les llamen "la generación de los 700 euros".

En Estados Unidos, el fenómeno se asocia metafóricamente a Wal-Mart, la mayor cadena de distribución comercial del mundo, que da empleo a 1,3 millones de personas, aplicando una política de bajos precios a costa de salarios ínfimos -la hora se paga un 65% por debajo de la media del país-, sin apenas beneficios sociales y con importaciones masivas de productos extranjeros baratos procedentes de mercados emergentes, que están hundiendo la industria nacional.

La walmartización de Estados Unidos ha sido denunciada en la anterior campaña presidencial tanto por los demócratas como por los republicanos. El presidente Barak Obama creó por decreto la Middle Class Task Force, el grupo de trabajo de la clase media, que integra a varias agencias federales con el objeto de aliviar la situación de un grupo social al que dicen pertenecer el 78% de los estadounidenses. El grupo tiene su propia página web y su lema: "Una clase media fuerte es una América fuerte".

Hacen falta más que lemas para salir de la espiral que ha creado la recesión y que arrastra en su vórtice a una clase media debilitada hacia el mileurismo o tal vez más abajo. En Nueva York, 1,3 millones de personas se apuntaron a la sopa boba de los comedores sociales en 2007. Apenas un año después, tres millones de neoyorquinos eran oficialmente pobres.

Los pobres limpios, como se denomina a los que han descendido desde la clase media, también comienzan a saturar los servicios sociales en España. Las peticiones de ayuda en Cáritas han aumentado un 40%, y el perfil social del demandante empieza a cambiar: padre de familia, varón, en paro, 40 años, con hipoteca, que vive al día y que ha agotado las prestaciones familiares.

Con el propósito de tranquilizar a la población, los dirigentes han comenzado a hablar de "brotes verdes" para designar los primeros signos de recuperación. Pero ésta no es una crisis cualquiera. Howard Davidowitz, economista y presidente de una exitosa consultora, se ha convertido en una estrella mediática en Estados Unidos al fustigar sin piedad el optimismo de la Administración de Obama.

"Estamos hechos un lío y el consumidor es lo suficientemente listo para saberlo. Con este panorama económico, el consumidor que no se haya petrificado es que es un maldito idiota. Esta crisis hará retroceder al país al menos diez años y la calidad de la vida nunca volverá a ser la misma".

La marcada frontera que separaba la clase media de la exclusión y de los pobres se está derrumbando a golpes de pica como lo hizo el muro de Berlín, y algunos se preguntan si tal vez la caída del telón de acero no haya marcado el inicio del fin de conquistas sociales y laborales que costaron siglos (y tanta sangre), una vez que el capitalismo se encontró de repente sin enemigo.

Al margen de especulaciones históricas, lo cierto es que la desigualdad crece. En España, la Encuesta de Condiciones de Vida, realizada en 2007 por el INE, señalaba que casi 20 de cada 100 personas estaban por debajo del umbral de la pobreza.

El último informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en España, de Cáritas, resaltaba que hay un 12,2% de hogares "pobres integrados", esto es, sectores integrados socialmente pero con ingresos insuficientes y con alto riesgo de engrosar las listas de la exclusión. Su futuro es más incierto que nunca, y muchos hablan de un lento proceso de desintegración del actual Estado de bienestar.

Otros expertos son mucho más optimistas y descartan que se pueda hablar del fin de clase media.

"Es una afirmación excesivamente simplista que obvia algunos de los grandes avances que ha registrado la sociedad española en el largo plazo. Las crisis comienzan perjudicando a los hogares con menores ingresos y menor nivel formativo, para extender posteriormente sus efectos al resto de grupos. Y aunque mantenemos niveles de desigualdad considerablemente elevados en el contexto europeo estamos todavía lejos de ser una sociedad dual", señala Luis Ayala, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos y uno de los autores del informe FOESSA.

El catedrático de Estructura Económica Santiago Niño Becerra ha saltado a la fama editorial por su libro El crash de 2010 (Los Libros del Lince), en el que afirma que la crisis no ha hecho más que empezar y que será larga y dura.

A la pregunta de cómo va a afectar esta debacle a la clase media, contesta: "El modelo de protección social que hemos conocido tiende a menos-menos porque ya ha dejado de ser necesario, al igual que lo ha dejado de ser la clase media: ambos han cumplido su función. La clase media actual fue inventada tras la II Guerra Mundial en un entorno posbélico, con la memoria aún muy fresca de la miseria vivida durante la Gran Depresión y con una Europa deshecha y con 50 millones de desplazados, y lo más importante: con un modelo prometiendo el paraíso desde la otra orilla del Elba. La respuesta del capitalismo fue muy inteligente (en realidad fue la única posible, como suele suceder): el Estado se metió en la economía, se propició el pleno empleo de los factores productivos, la población se puso a consumir, a ahorrar y, ¡tachín!, apareció la clase media, que empezó a votar lo correcto: una socialdemocracia light y una democracia cristiana conveniente; para acabar de completar la jugada, esa gente tenía que sentirse segura, de modo que no desease más de lo que se le diese pero de forma que eso fuese mucho en comparación con lo que había tenido: sanidad, pensiones, enseñanza, gasto social... que financiaban con sus impuestos y con la pequeña parte que pagaban los ricos (para ellos se inventaron los paraísos fiscales). Todo eso ya no es necesario: ni nadie promete nada desde la otra orilla del Elba, ni hay que convencer a nadie de nada, ni hay que proteger a la población de nada: hay lo que hay y habrá lo que habrá, y punto. Por eso tampoco son ya necesarios los paraísos fiscales: ¿qué impuestos directos van a tener que dejar de pagar los ricos si muchos de ellos van a desaparecer y si la mayoría de los impuestos de los que quieren escapar van a ser sustituidos por gravámenes indirectos?".

Y es que frente a la extendida idea de que la mejor forma de favorecer el bienestar es conseguir altas tasas de crecimiento y de creación de empleo, en los momentos de máxima creación de empleo la desigualdad no disminuyó. Al contrario, desde el primer tercio de los años noventa la pobreza no ha decrecido. Los salarios crecen menos que el PIB per cápita. El último informe mundial de salarios de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) destaca que entre 2001 y 2007 crecieron menos del 1,9% en la mitad de los países. En España, el aumento real fue casi cero, como en Japón y Estados Unidos. Para 2009, la OIT pronostica que los salarios crecerán sólo un 0,5%.

En España hay un dato aún más revelador del vértigo que siente la clase media cuando se asoma al abismo de inseguridad que le ofrece esta nueva etapa del capitalismo. El número de familias que tiene a todos sus miembros en paro ha sobrepasado el millón. Y peor aún, la tasa de paro de la persona de referencia del hogar -la que aporta más fondos y tiene el trabajo más estable- está ya en el 14,5%, muy similar a la del cónyuge o pareja (14,4%), cuyo sueldo se toma como un ingreso extra, mientras que la de los hijos se ha disparado cinco puntos en el primer trimestre y está en el 26,8%.

Luis Ayala constata que, por primera vez desde mediados de los años noventa, al inicio de esta crisis hemos asistido a tres cambios claramente diferenciales respecto al modelo distributivo en vigor en las tres décadas anteriores: la desigualdad y la pobreza dejaron de reducirse (aunque no aumentaron) por primera vez desde los años sesenta; por primera vez en muchos años la desigualdad no disminuyó en un contexto de crecimiento económico, y a diferencia de lo que sucedió con la mayoría de los indicadores macroeconómicos (PIB per cápita, déficit público, desempleo, etcétera), durante este periodo se amplió el diferencial con la UE desde el punto de vista de desigualad.

"Si en un tiempo de mareas altas no disminuyó la desigualdad, cabe contemplar con certeza su posible aumento en un periodo de mareas bajas. La evidencia que muestran varios estudios de cierta conexión entre determinadas manifestaciones del desempleo y la desigualdad y la pobreza obligan, inevitablemente, a pensar en un rápido aumento de la desigualdad y de las necesidades sociales.

Así, tanto el número de hogares en los que todos los activos están en paro como la tasa de paro de la persona principal del hogar son variables más relacionadas con la desigualdad que los cambios en las cifras agregadas de empleo. La información más reciente que ofrece la EPA deja pocas dudas: en ninguno de los episodios recesivos anteriores crecieron tan rápido ambos indicadores, por lo que cabe pensar en aumentos de la desigualdad y de la pobreza monetaria muy superiores a los de cualquier otro momento del periodo democrático", afirma Ayala.

En efecto, estos datos demolen en parte el viejo bastión español frente a la crisis: el colchón familiar. ¿Cómo van a ayudar los padres a los hijos si comienzan a ser los grandes protagonistas del drama del desempleo? El profesor Josep Pijoan-Mas, del Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI), en el artículo Recesión y crisis (El País, 15 de marzo), observaba una preocupante similitud entre esta recesión y la de 1991-1994, cuando el paro trepó hasta el 24%.

"Los datos muestran que el aumento de la desigualdad en el ámbito individual se amplifica cuando agrupamos los datos por hogares. Esto sugiere que, contrariamente a la creencia popular, la familia no es un buen mecanismo de seguro en España: cuando un miembro del hogar experimenta descensos de renta, lo mismo sucede al resto de miembros del hogar", indica.

Afirmar a simple vista que, por primera vez desde la II Guerra Mundial (la Guerra Civil en España), las nuevas generaciones vivirán peor que la de sus padres puede parecer osado. Nunca tantos jóvenes estudiaron en el extranjero (gracias a las becas Erasmus), viajaron tanto (gracias a las aerolíneas low cost) o prolongaron tanto su formación. Pero se trata de una sensación de riqueza ilusoria, apegada al parasitismo familiar.

El número de jóvenes españoles que dispone de una independencia económica plena disminuyó desde el 24% en 2004 al 21% en 2008, según el último informe del Instituto de la Juventud (Injuve). El proceso es general en toda Europa. El número de "viejos estudiantes" ha crecido a un ritmo vertiginoso en los últimos años. Así, el 15% del total de estudiantes de la Unión Europea (entendiendo por tales los que dedican todo su tiempo a la formación) tiene ya más de 30 años, según el Informe de la Juventud de la Comisión Europea de abril pasado.

Cuando esos maduros estudiantes se incorporan al mercado laboral les esperan contratos temporales, tal vez para siempre. Y es que según el informe de la UE, el porcentaje de personas que tenía un contrato temporal y no podía encontrar uno fijo se incrementa con la edad. Del 37%, entre los 15 a los 24 años, hasta el 65%, entre los 25 los 29. Atrapados en la temporalidad de por vida, van desengañándose de encontrar algo mejor a medida que envejecen. Muchos cuando rondan la treintena ya están resignados a su suerte.

"Desde luego es la generación que menos periodos de adultez va a tener. Pueden entrar en el mercado laboral a los 33 años y encontrarse con un ERE a los 50 o directamente con la prejubilación. El problema es que ofertamos puestos de trabajo que puede hacer cualquiera. Por eso, curiosamente, los jóvenes van a responder a la crisis dependiendo de las posibilidades que tengan de esperar y formarse adecuadamente. Y en eso es decisivo el poder adquisitivo de los padres y su nivel educativo", señala el sociólogo Andreu López, uno de los autores del último informe de Injuve.

El drama laboral no sólo lo sufren los jóvenes. Puede que los miles de trabajadores que están perdiendo su empleo vuelvan al mercado laboral cuando la crisis escampe, pero no con las mismas condiciones. Por ejemplo, la ingente masa laboral de la construcción que ha sostenido la economía española deberá ocuparse en otros sectores.

"Todo lo que aprendieron a hacer trabajando en los últimos años les valdrá de poco o nada. Por tanto, no es de esperar que sus salarios sean muy altos cuando encuentren nuevos empleos. De hecho, la evidencia empírica disponible para Estados Unidos muestra que los desempleados ganan menos cuando salen de un periodo de desempleo y que dicha pérdida salarial es mayor cuanto más largo ha sido el periodo de desempleo", indicaba el profesor Pijoan-Mas.

Los gobernantes han encontrado un bálsamo de Fierabrás contra el paro y la precariedad laboral: innovación y ecología. Los empleos que nos sacarán de la crisis estarán basados en el I+D+i. Es lo que Zapatero ha llamado el nuevo modelo productivo. Sin contar con que los sectores tecnológicos no son muy intensivos en mano de obra, la premisa parte en cierta forma de una falacia: la de pensar que los países emergentes se quedaran parados mientras convertimos los cortijos andaluces en factorías de chips ultraconductores y laboratorios genéticos.

La globalización también ha llegado al I+D+i. La India, por ejemplo, produce 350.000 ingenieros al año (los mejores en software de todo el mundo), anglófonos y con un salario medio de 15.000 dólares al año, frente a los 90.000 que ganan en Estados Unidos.

Por su parte, China está a punto de convertirse en el segundo inversor mundial en I+D. "Cuando despertemos de la crisis en Europa, descubriremos que en la India y en China producen muchas más cosas que antes", avisa Michele Boldrin, catedrático de la Washington University.

Ante este clima de inseguridad y falta de perspectivas, no es de extrañar que el 45,8% de los parados esté considerando opositar y el 14,6% ya esté preparando los exámenes, según una encuesta de Adecco. Ser funcionario se ha convertido en el sueño laboral de cualquier español, y puede ser el último reducto de la clase media.

El único peligro es que su factura es crecientemente alta para un país en el que se desploman los ingresos por cotizaciones sociales y por impuestos ligados a la actividad y a la renta. La última EPA refleja que los asalariados públicos han crecido en un año en 116.200 personas, sobrepasando por primera vez la cifra de tres millones.

El coste total de sus salarios alcanzará este año los 103.285 millones de euros, según datos del Ministerio de Política Territorial. Cada funcionario le cuesta a cada habitante 2.400 euros, el doble si consideramos sólo a los asalariados. ¿Puede permitirse una economía tan maltrecha una nómina pública que consume el equivalente al 10% de la riqueza nacional en un año?

Un panorama tan sombrío para amplias capas de la población puede sugerir que pronto se vivirán enormes convulsiones sociales. Algunos advierten de un resurgimiento de movimientos radicales, como el neofascismo. Por el momento, nada de eso se ha producido. Las huelgas generales convocadas por los sindicatos tradicionales en países como Francia o Italia no han tenido consecuencia alguna, porque los más damnificados -parados y mileuristas- no se sienten representados por ellos.

En España, ni siquiera se han convocado paros. Y los llamados sindicatos de clase van de la mano del Gobierno al Primero de Mayo e invitan al líder de la oposición a sus congresos. Un marco demasiado amigable con el poder político teniendo detrás cuatro millones de parados y casi un tercio de los asalariados con contrato temporal.

Puede que no sea muy romántico advertir de que, tampoco esta vez, seremos testigos de una revolución, pero es muy probable que la caída del bienestar se acepte con resignación, sin grandes algaradas, ante la indiferencia del poder político, que llevará sus pasos hacia la política-espectáculo, muy en la línea de algunas apariciones de Silvio Berlusconi o Nicolas Sarkozy, cuya vida social tiene más protagonismo en los medios de comunicación que las medidas que adoptan como responsables de Gobierno.

En esa línea, Santiago Niño Becerra considera que hoy por hoy "la ideología prácticamente ha muerto", y gradualmente, evolucionaremos hacia un sistema político en el que un grupo de técnicos tomará las decisiones y "la gente, la población, cada vez tendrá menos protagonismo.

"Conceptos como funcionarios, jubilados, desempleados, subempleados, mileuristas, undermileuristas irán perdiendo significado.

Con bastante aceleración se irá formando un grupo de personas necesarias que contribuirán a la generación de un PIB cuyo volumen total decrecerá en relación al momento actual, personas con una muy alta productividad y una elevada remuneración (razón por la cual su PIB per cápita será mucho más elevado que el actual), y el resto, un resto bastante homogéneo, con empleos temporales cuando sean necesarios, dotados de un subsidio de subsistencia (el nombre poco importa) que cubra sus necesidades mínimas a fin de complementar sus ingresos laborales.

La recuperación vendrá por el lado de la productividad, de la eficiencia, de la tecnología necesaria; pero en ese trinomio muy poco factor trabajo es preciso. Pienso que la sociedad post crash será una sociedad de insiders y outsiders: de quienes son necesarios para generar PIB y de quienes son complementarios o innecesarios".

Una impresión bastante similar a la de los italianos Gaggi y Narduzzi que, en su último libro, El pleno desempleo (Lengua de Trapo, 2009), dibujan un marco sociolaboral sin beneficios contractuales, baby boomers (la generación que ahora tiene entre 40 y 60 años) resistiéndose a jubilarse, contratos temporales de servicios y autónomos sin seguridad. Y pese a todo, una masa social amorfa y resignada.

"La masa del siglo XXI es una forma social figurada no material en el sentido de que no es fácil ver las concretas manifestaciones políticas o sociales en la calle, mientras que es normal identificar conductas o comportamientos masificados como la utilización de Google o la pasión por el iPhone. Esto significa que cuatro millones de desempleados son hoy menos peligrosos de lo que lo eran en 1929, porque no hay una ideología política que contextualmente cohesione y aglutine el malestar y la disensión. Y también los sindicatos se han debilitado.

La crisis actual rechaza amablemente lo que decíamos en nuestro ensayo del año pasado: el mercado de trabajo se desestructura y se flexibiliza hasta el punto de que aparecen como desocupados de hecho la mayoría de los trabajadores. Es el triunfo del factor de la producción capital, que aparentemente está en crisis, pero que en realidad se aprovecha de la crisis para dar el empujón final a las últimas, y pocas, certezas de los trabajadores", señalan.

Hace cuatro años, Carolina Alguacil hizo una definición precisa y certera cuando acuñó el término de mileurista. "Es aquel joven licenciado, con idiomas, posgrados, másteres y cursillos (...) que no gana más de mil euros. Gasta más de un tercio de su sueldo en alquiler, porque le gusta la ciudad. No ahorra, no tiene casa, no tiene coche, no tiene hijos, vive al día...

A veces es divertido, pero ya cansa". Si hubiera que reescribir ahora esa definición sólo habría que añadir: "El mileurista ha dejado de tener edad. Gana mil euros, no ahorra, vive al día de trabajos esporádicos o de subsidios y, pese a todo, no se rebela".

Objetivo: la 'generación tapón'

Internacionalmente se les conoce como baby boomers. En España, le llaman generación tapón y abarca a los nacidos en las décadas de los cincuenta y sesenta, coincidiendo con un boom de la natalidad. Acaparan casi todos los puestos de responsabilidad en la política, los negocios e, incluso, la vida cultural, taponando el acceso a las nuevas generaciones, se supone que mejor formadas.

En el plano laboral, ocupan los trabajos fijos, mejor pagados, protegidos por derechos laborales y sindicatos poderosos, mientras los mileuristas sufren la precariedad y la temporalidad. Los trabajadores con un contrato temporal tuvieron un salario medio anual inferior en un 32,6% al de los indefinidos (Encuesta Estructura Salarial 2006).

Pero no todos los cuarentones son triunfadores o acomodados padres de familia. También ellos sufren su propia dualidad. Los salarios entre ejecutivos y empleados se han agrandado en los últimos años. El salario anual de los directores de empresas de más de diez trabajadores fue superior en un 206,6% al salario medio en 2006.

En tiempos de recesión, los ojos se vuelven hacia ellos. Además de ser el objetivo de los ERE, bajadas de salarios o el recorte de prestaciones, los baby boomers serán los principales paganos con sus impuestos del creciente endeudamiento que están acometiendo los Estados para sortear la crisis.

Y eso sin contar la amenaza de la inviabilidad de sus pensiones cuando lleguen a la edad de jubilación, de la que no paran de advertir los malos augures como el FMI. Pero además de una carga laboral son también el principal sostén del consumo. Así que cuidado con quitar el tapón, no vaya a ser que se vaya el gas.

En Ecuador anuncian repatriación de fondos de la banca privada

QUITO.- La banca ecuatoriana deberá "repatriar" más de 1.000 millones de dólares que mantenía en bancos del extranjero, anunció el propio presidente Rafael Correa.

La decisión la adoptó la víspera el directorio del Banco Central del Ecuador, al decidir la conformación de un denominado "coeficiente de liquidez doméstico", indicó el mandatario en un programa radial.

Explicó que la medida implica que los bancos deberán tener "una proporción de sus activos en el país" equivalente al 45%.

"Se les acabó la fiesta a ciertos banqueros", dijo el jefe de Estado, y aseguró que ya no podrán tener 4.000 millones de dólares en el extranjero y deberán "repatriar 1.200 millones de dólares".

"No vamos a permitir que nos sigan sacando la plata", agregó.

Correa señaló que el Banco Central deberá ser el primero en dar el ejemplo, por lo que tendrá que invertir la reserva monetaria en el país, al tiempo que desestimó versiones de que en Ecuador no se puede invertir y mencionó que es obligación de la banca buscar "proyectos rentables" para financiar.

El gobernante instó, además, al superintendente de Compañías a trabajar en una ley de mercado de valores para Ecuador y así poder "movilizar eficientemente" los recursos hacia la inversión.

"La plata de los ecuatorianos, al servicio de los ecuatorianos", afirmó, y calificó de una "estupidez económica" el envío de fondos al extranjero.

El ministro coordinador de Política Económica, Diego Borja, había instado anteriormente a la banca a retornar los fondos que mantienen en sucursales internacionales para inyectar liquidez al país.

"La banca tiene una liquidez importante en sus sucursales, especialmente de Panamá. Les estamos diciendo que metan esos recursos en el país, que es el mejor negocio para ellos", dijo Borja en declaraciones a la prensa.

Borja había cuestionado, además, la disminución del crédito otorgado por las instituciones financieras, mientras representantes de ese gremio adjudicaron el hecho a la disminución de depósitos en los últimos meses.

La Hacienda española percibió obras de arte valoradas en 200 millones como pago de deudas tributarias entre 1997 y 2008

MADRID.- La Hacienda Pública española percibió entre 1997 y 2008 un conjunto de obras de arte de autores españoles e internacionales valoradas en 200 millones de euros como pago de deudas tributarias, según datos del Gobierno.

Obras de Picasso, Miró, Dalí, Tapiés, Berruguete o El Greco sirvieron a algunos contribuyentes para saldar sus deudas con el fisco, que ha visto cómo en una década obras de arte de gran valor artístico e histórico pasaban a formar parte del patrimonio nacional en manos del Estado.

Según el reglamento general de Recaudación de los tributos, los bienes entregados en pago de impuestos de titularidad estatal deben ser adquiridos por el Estado y, por definición, deben ser bienes que forman parte del Patrimonio Histórico Español inscritos en el Registro General de Bienes de Interés Cultural o en el Inventario General de Bienes Muebles, cuyo destino y gestión es competencia del Ministerio de Cultura.

En virtud de esta norma, el valor de los bienes adquiridos por el Estado español como pago de deudas tributarias ascendió, entre 1997 y 2008, a 199,01 millones de euros. De este total, prácticamente dos tercios (el 71,3%) se correspondieron con obras de arte compradas a contribuyentes residentes en la Comunidad de Madrid por un valor de 141,98 millones de euros.

Después de Madrid, los contribuyentes de Asturias fueron los que más emplearon este recurso para sufragar sus deudas con Hacienda, por un importe de 21,9 millones de euros, el 11% del total. A continuación, figuran los declarantes del País Vasco, con 14,1 millones de euros, el 7%. De esta forma, el 90% de todos las cuadros, esculturas, dibujos o grabados adquiridos por la Hacienda Pública procedían de contribuyentes de estas tres comunidades.

Entre las obras de arte que han pasado estos doce años a engrosar el patrimonio artístico español, destacan por su valor tres obras firmadas por el malagueño Pablo Ruiz Picasso, que fueron adquiridas por el Estado en 1999 por 8,61 millones de euros (1.434 millones de pesetas).

También de Picasso, la Hacienda Pública compró en 2001 a cambio del pago de impuestos el óleo sobre lienzo 'Le Compotier' por 8,08 millones de euros (1.344 millones de pesetas). En el mismo año, un óleo del catalán Joan Miró ('Painting') y una escultura en bronce de Picasso ('Tete de femme') costó al Estado 12 millones de euros (2.000 millones de pesetas).

Un año antes, en 2000, el fisco se cobró con un óleo del holandés Rubens ('Diana y sus ninfas cazando') y seis obras de Joan Miró una deuda tributaria que ascendía a 23,2 millones de euros (3.872 millones de pesetas).

Con la llegada del euro, en 2002, el Estado siguió adquiriendo obras de arte para hacer frente a los impagos tributarios. Entre las más importantes por su valor económico, destaca un cuadro de El Greco, titulado 'Apostolado del Marqués de San Feliz', por importe de 18,7 millones de euros.

La adquisición más reciente y con un valor más elevado, comprada en 2006 y que puede contemplarse en el Museo del Prado, es una colección de bodegones españoles de los siglos XVII y XIX formada por 40 pinturas, con un valor de 26 millones de euros.

Dos cuadros del español Joaquín Sorolla ('Retrato del pintor Don José Jiménez Aranda' y 'Los guitarristas') y otro más de Francisco de Goya ('San Juan Bautista'), junto con dos obras de Tarsila de Amaral y Rothko, fueron adquiridos por el Estado en 2003 por 10,8 millones de euros también como pago de impuestos.

Muchas de estas obras de arte se pueden contemplar en museos como el Prado, el Reina Sofía, Sorolla, o el de Artes Decorativas en Madrid; el Teatro de Almagro (Ciudad Real), el Museo Nacional de Escultura de Valladolid o los museos de Bellas Artes de Murcia y Oviedo, entre otros.

La crisis en EEUU obliga a realizar todo tipo de oficios en casa

NUEVA YORK.- En todo el país, la gente está comenzado a hacer por su cuenta tareas por las que apenas el año pasado pagaban a otras personas. Se están tiñendo el pelo, paleando la nieve, lavando sus propios autos y pintando las paredes de sus viviendas.

Esa tendencia está perjudicando a algunos negocios y creando oportunidades para otros. Aunque cada camisa planchada en casa es una menos para los lavanderos locales, la familia está comprando más detergente y suavizante.

Si se multiplican las tareas que realizan en casa por los millones de estadounidenses que también están cambiando sus hábitos, el futuro parece brillante para el mercado de "hágalo usted mismo".

Los expertos dicen que esa área estará entre las primeras en recuperarse una vez que el mercado inmobiliario de Estados Unidos gane fuerza.

La firma de investigaciones Mintel International, que sigue de cerca un estrecho sector del mercado, desde alquiler de herramientas hasta suministros de construcción y decoración, predice que el sector va a tener ganancias estables durante los próximos dos años, creciendo al final a un mercado de 15.100 millones de dólares en 2013, lo que equivale a un alza de 50% durante un decenio.

Las cadenas de tiendas con productos para la mejora del hogar y reparaciones caseras como Lowe's Cos. Inc. y The Home Depot Inc. reportaron un alza en las ventas de quitanieves, pues muchas personas decidieron no contratar a otros por el servicio.

Ambas firmas esperan que los productos de jardinería y limpieza del hogar estén entre los más vendidos en estos meses hasta el tercer trimestre: una temporada en la que las ventas generales de esas tiendas son tan sólidas que son consideradas las Navidades del sector.

"Sentimos que la gente quiere subirse las mangas de la camisa", dijo la directora financiera de Home Depot, Carol Tome. "Hay algo atractivo en realizar tareas manuales ahora, cuando uno se siente tan pesimista acerca de todo lo demás".

Tome agregó que ella misma pudiera cancelar el servicio de jardinería de su familia para eliminar los costos extra.

Lowe's dice que sus sondeos del mercado dicen que en los últimos seis meses más consumidores dijeron estar dispuestos a tratar de hacer más reparaciones caseras por su cuenta en lugar de contratar a alguien.

Procter & Gamble Co., que produce plumeros y líquidos de limpieza, espera un incremento en las ventas, pero la compañía no considera eso una evidencia de que las empleadas domésticas estén siendo despedidas.

En lugar de ello, dijo, es señal de que la gente se está pasando más tiempo en casa y notando la suciedad, dijo Marie-Laure Salvado, portavoz de la compañía.

La empresa de fertilizantes Scotts Miracle-Gro Co. espera que haya más gente ocupándose de sus céspedes este año, al grado incluso de crear sus propios jardines y huertos de verduras, dijo el vocero Jim King.

Daniel Rothermel, vicepresidente del servicio de jardinería Green Giant Lawn and Tree Care en Fleetwood, Pennsylvania, dijo que planea continuar su negocio como de costumbre una vez que suban las temperaturas. Dijo esperar que sus clientes se darán cuenta de que sembrar sus propios céspedes y jardines es demasiado trabajo.

Sin embargo, admitió que servicios de lujo como el suyo pudieran ser los primeros en sufrir cuando los presupuestos de los hogares son limitados.

"Ciertamente no es una necesidad", dijo. "Si la opción es entre tener comida en la mesa o pagar para que le fertilicen su césped, la decisión es clara".

Aún así, los proyectos de "hágalo usted mismo" pueden terminar costando sumas considerables si salen mal.

Rich Escallier, un experto reparador hogareño en Chicago, dijo que durante tres décadas en el sector ha recibido numerosas llamadas para arreglar trabajos iniciados por dueños de casas bien intencionados: desde agujeros en el techo demasiado grandes para altavoces hasta cemento mal mezclado que se desmorona.

Su negocio anda en baja ahora, pero dijo esperar que se recupere a medida en que la gente recupera la confianza para pagar por ayuda profesional o se sienta agobiada por la magnitud de reparaciones.

"La crisis económica no va a impedir que el fregadero gotee", dijo. "Usted ciertamente no debe, si es novato, tratar de reinstalar los cables de electricidad".