domingo, 20 de septiembre de 2009

Obama desea que la cumbre del G-20 fortalezca las medidas de protección contra la crisis

WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró este fin de semana que la próxima cumbre del G-20 en Pittsburgh se centrará en los pasos a seguir para "salvaguardar el sistema financiero internacional" y "rellenar los vacíos en la regulación" que originaron, hace un año, la crisis financiera.

En su discurso semanal, el presidente Obama dio por terminada la caída en picado experimentada por la economía estadounidense, pero insistió en adoptar las medidas pertinentes para evitar que se repita esta situación en un futuro.

Entre ellas, Obama insistió una vez más en la creación de la Agencia de Protección al Consumidor Financiero, la cual manejaría los asuntos de protección al consumidor y cubriría tarjetas de crédito, hipotecas y otras áreas, responsabilidad que ahora recae sobre diferentes agencias.

En la inminente reunión de Pittsburgh, que comienza el próximo 24 de septiembre, los líderes del G-20 examinarán la evolución de la economía internacional durante los últimos cinco meses, en los que han entrado en acción las medidas adoptadas en la pasada cumbre del pasado mes de abril en Londres.

En este sentido, Obama consideró que "se han realizado verdaderos progresos desde ese último encuentro, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo". El presidente estadounidense, sin embargo, recordó que "todavía queda mucho trabajo por hacer" para "fortalecer las reglas que guían a los mercados financieros".

"Hay que asegurarse de que jamás volveremos a encontrarnos en la precaria situación en la que nos hallamos hace justo un año", advirtió el presidente. "En la próxima cumbre del G-20 discutiremos algunas de las medidas necesarias para salvaguardar el sistema financiero y para rellenar los vacíos en la regulación que permitieron la clase de comportamiento irresponsable y temerario que comenzó esta crisis", manifestó.

Por lo que se refiere a la economía estadounidense, Obama consideró prioritaria la creación de la Agencia de Protección al Consumidor Financiero, porque "los consumidores no deberían tener que preocuparse por los confusos contratos de préstamos, por las tarifas ocultas asociadas a sus hipotecas, o por las multas financieras que reciben sin aviso previo", declaró Obama, elaborando algunas de las negligencias que la nueva Agencia, cuyo proyecto ha sido presentado esta semana en la Cámara de Representantes estadounidense, tiene previsto abordar.

Obama terminó su comparecencia dirigiéndose a "los grupos de presión a sueldo de Wall Street que quieren mantener el actual estado de las cosas", advirtiéndoles de que "no vamos a permitir que las estrechas miras de unos pocos se antepongan a los intereses de la mayoría, y no vamos a olvidar que lo cerca que estuvimos del abismo, ni dejaremos que se perpetúe el fallido sistema y la falta de responsabilidades que casi nos llevan allí".

El presidente del Comité Bancario del Senado propondrá la creación de un único organismo regulador en EE UU

WASHINGTON.- El presidente del Comité Bancario en el Senado de Estados Unidos, Christopher Dodd, va a presentar una propuesta para la creación de un único organismo regulador que integre a los cuatro existentes actualmente y acabar así con los mecanismos de control sobre la banca que fueron incapaces de impedir la crisis económica, informó este domingo el diario 'The New York Times'.

En una entrevista al rotativo neoyorquino, Dodd anunció que tiene previsto presentar una nueva legislación en este sentido, algo que difiere significativamente de lo previsto por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ya que también disminuiría la autoridad de la Reserva Federal como institución encargada de supervisar el sistema financiero.

Obama ya había estudiado la posibilidad de integrar en una "superagencia" a la Reserva Federal (Fed), el Fondo de Garantías de Depósitos (FDIC), la Oficina de Supervisión de Fondos de Ahorro, y la Oficina de Control de Activos en Divisas (OFAC). Sin embargo, la idea fue desechada en mayo y la Administración norteamericana decidió dar un mayor peso a la Fed.

Los legisladores consultados por el 'New York Times' aseguran que la propuesta de Dodd es más ambiciosa y políticamente arriesgada que la decisión de la Casa Blanca de dejar los organismos reguladores con su estructura actual. El objetivo del Senador es modificar el sistema de control sobre la banca para acabar con unos mecanismos de control que fueron incapaces de impedir la crisis.

Las provisiones de la banca española crecen un 30% hasta julio

MADRID.- Las provisiones totales que tenía la banca hasta julio ascendían a 51.710 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 30,1% respecto al mismo periodo del 2008 y pone de manifiesto el esfuerzo que las entidades han realizado en el último año para hacer frente al incremento de la morosidad, a costa de mermar su cuenta de resultados, según datos del Banco de España.

Este dato incluye tanto las provisiones genéricas, aquellas que que sirven para afrontar posibles impagos y que dependen de las dotaciones que hace cada entidad según el volumen de créditos que conceda, y las específicas, aquellas que varían en función de los créditos fallidos.

La banca ha incrementado ambas partidas en previsión del aumento que registra la morosidad por la continúa escalada del paro, pero muy especialmente las específicas, ya que la morosidad de los créditos concedidos por las entidades se situó en julio en el 4,73%, frente al 2,25% del crédito que representaba un año atrás.

De hecho, al cierre de junio las provisiones específicas --los datos que ofrece el Banco de España son trimestrales-- representaban el 53% de las totales y se elevaban hasta los 27.178 millones de euros, un 44,1% más respecto al cierre de 2008, y más del doble que en la misma fecha del ejercicio anterior.

Del total, el mayor volumen de provisiones correspondía a las cajas de ahorros, entidades que presentan la mayor morosidad del sector (5,18%) después de los establecimientos financieros de crédito, que en julio situaron su tasa de mora en el 9,26%.

Estas entidades tenían unas provisiones de 24.548 millones de euros hasta julio, un 32,46% más que un año atrás. A continuación, se situaron los bancos, que tenían 21.343 millones en provisiones, un 27,% más, mientras que su ratio de morosidad se situaba en julio en el 4,14%.

Zapatero insta a las "empresas sobreendeudadas" a no criticar los impuestos

MADRID.- El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, arremetió este fin de semana contra las empresas que están criticando la anunciada subida de impuestos porque el sector privado está "sobreendeudado" y, además, avisó de que parte del tejido empresarial que se ha destruido con la crisis era "de cartón piedra", informaron fuentes socialistas.

Zapatero recordó que la crisis actual es consecuencia de la desregulación del sistema financiero y de la "alegría" en el endeudamiento privado, de manera que antes de la crisis la deuda de las empresas era del 120% del PIB y la de las familias del 80%, frente al 30% de la deuda pública.

"Lo que está haciendo el Estado es asumir una parte pequeña de ese endeudamiento que a toda velocidad se ha estado produciendo en el sector privado. Ahora salimos al rescate de ese sector privado sobreendeudado y empresas que tienen deudas de millones de euros nos dicen que tenemos que bajar los impuestos y nos critican que los subamos", manifestó el secretario general.

La crisis, insistió, la ha provocado la economía de mercado sin control y, en España en concreto, el hecho de que "el suelo ha sido petróleo" y no ha sido posible poner "límite a un ayuntamiento cuando se plantea una recalificación".

"Si lo pones, injerencia intolerable", subrayó Zapatero.

Para Zapatero, "el discurso capitalista es el de la hipocresía, el de que el Gobierno no debe intervenir en nada pero todo depende del Gobierno" y ahora está claro que el rumbo seguido por el Ejecutivo es un rumbo "ganador" porque, de no haber sido por el apoyo público, "esto nadie sabe como hubiera acabado".

Además, opinó que hay que abordar algo "de lo que nadie habla", que es la reforma empresarial. En primer lugar, señaló que "parte del tejido empresarial que se ha destruido (con la crisis) era un tejido empresarial de cartón piedra", especialmente en el sector inmobiliario. Pero fue más allá y opinó que en España hay un "problema de tamaño empresarial".

"Tenemos pocas medianas y grandes empresas, un tejido tan atomizado como el que tenemos no va a ser un tejido competitivo", argumentó y opinó además que faltan proyectos empresariales innovadores.

En cuanto al empleo, admitió que hay que hacer un análisis muy a fondo del mercado laboral porque "todavía no están bien identificadas que actividades van a ser las que generen más empleo" y a eso se suma que el mercado laboral español "tiene singularidades".

Otro factor de extrañeza es que sólo 28.000 personas hayan pedido la ayuda de 420 euros cuando son muchos más los que han perdido su prestación por desempleo sólo desde el 1 de agosto.

Y en el mismo sentido, dijo que nunca entendió cuando, con un 8% de desempleo, parecía que nadie encontraba trabajadores. En concreto, se refirió al presidente de la constructora ACS, Florentino Pérez, cuando le decía que no encontraba trabajadores y que tenía que recurrir a "los que vienen en los cayucos que deben trabajar bien en la construcción".

"Había trabajo y no había trabajadores", rememoró Zapatero.

Zapatero dio pocas pistas sobre la subida de impuestos e insistió en que pagarán más quienes más tienen porque los datos, que consideró escandalosos, apuntan que los trabajadores tributan más que muchos empresarios.

Además, aseguró tener "claro" cómo hacer para recaudar de verdad dinero de las rentas altas e insistió en que no modificará el IRPF porque hacerlo sería penalizar el trabajo.

Insistió en que el objetivo de la reforma es "amortiguar el déficit, vigilando la evolución de la deuda y pensando en el futuro" y se mostró convencido de que mucha gente estará dispuesta a pagar más impuestos si el país tiene una política seria de servicios públicos.

El jefe del Ejecutivo admitió que la crisis le genera además otras preocupaciones, empezando por que haya una "crisis de confianza" que 'cale' en la ciudadanía y la haga dudar de sí misma. Lamentó además especialmente las críticas al sistema educativo --y recordó que por eso ha pedido un pacto al PP-- porque el sistema español es uno de los más equitativos de la OCDE.

Obama cree que la economía de EEUU está volviendo a crecer

WASHINGTON.- El presidente estadounidense Barack Obama manifestó este domingo que todo apunta a que la economía de Estados Unidos está volviendo a registrar indicios de crecimiento, pero advirtió de que es muy posible que sigan faltando empleos hasta el año próximo, experimentando incluso un aumento en las cifras de paro antes de remontar la situación.

"Quiero ser claro al respecto: la cuestión de los empleos no va a registrar una mejora considerable en los próximos meses. Podría empeorar, incluso", señaló el presidente en una entrevista a la cadena CNN.

"Es muy posible que la cifra de creación de empleo no se pondrá a la altura del crecimiento poblacional por lo menos hasta el próximo año". Según las cifras que maneja la Casa Blanca, sería necesario crear al menos 150.000 nuevos empleos al mes para llegar al equilibrio deseado.

Sobre el crecimiento económico de EEUU, Obama apuntó que la vuelta a la normalidad de los mercados financieros y la subida de las producción manufacturera son "indicios de que la economía está volviendo a crecer", aunque dejó en manos del presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, declarar oficialmente el fin de la recesión económica.

El presidente estadounidense intentará que el desequilibrio económico sea uno de los temas centrales de la inminente cumbre del G-20, que tendrá lugar la próxima semana en la ciudad estadounidense de Pittsburgh.

"No podemos regresar a aquella época en la que los chinos o los alemanes nos vendían absolutamente todo sin que nosotros les vendiéramos nada, lo que repercutía en una enorme deuda de crédito en nuestra contra", indicó.

"Hay que asegurarse de que la economía se desarrolle de una manera equilibrada, es un tema que formará parte de la próxima cumbre", aseveró.

La justicia social como fundamento de un de un nuevo paradigma productivo / José María Zufiaur *

A la hora de ponerse a la tarea de cambiar el modelo productivo, dos son los caminos posibles. Por un lado el de quienes pretenden realizar ciertos afeites en la autorregulación de los mercados y tomar algunas medidas, moduladas y temporales, de intervención del Estado, de inyección de liquidez en el sector privado y de aumento de los déficits públicos, pero sin modificar para nada el paradigma neoliberal que ha conducido a la crisis que estamos sufriendo.

Y, por supuesto, pasando la factura del endeudamiento público que ha sido necesario realizar para salvar a los capitalistas de su propia avaricia a los sufridos contribuyentes que fueron sus salvadores.

Estos siempre respetables señores, por muy incendiarias que sean sus opiniones, quieren, incluso, echar la culpa de lo que ha pasado a los vigilantes (a los que no hacían más que pedir que no vigilaran) y no a los mercados y que exigen que la lógica neoliberal se expanda sin ningún tipo de cortapisas. Son los mismos que consideran, o bien que todo esto del cambio climático y del desafío ecológico es una filfa propia de románticos y pequeño burgueses defensores de la foca monge y del águila negra, o bien que todo ello se puede frenar y arreglar con unas cuantas nuevas tecnologías, tiñendo un poco de verde el mismo tipo de capitalismo.

No es de extrañar que quienes defienden todo lo anterior sean también quienes consideren que los males endémicos del modelo productivo español se arreglan con una reforma laboral que, de una vez por todas, abarate el despido, lo sustraiga de la intervención judicial y de la autorización administrativa.

De otro lado, están quienes consideran que la crisis financiera no es sólo financiera, sino que en su raíz se halla el aumento de la desigualdad en el mundo. Una desigualdad que tiene su origen en una globalización dominada por el capitalismo financiero, en el debilitamiento de la protección del trabajo, en una distribución de la riqueza en contra de los salarios y a favor de la rentas del capital.


Y en el debilitamiento del Estado y de las políticas públicas y de la economía mixta, mediante las privatizaciones, reducciones fiscales a las rentas del capital, a las empresas, a los patrimonios y sucesiones, a los contribuyentes con mayores ingresos y el recorte de los servicios públicos.


Para los que defienden esta interpretación, la crisis no se va a arreglar una vez “saneado” el sistema financiero. Si sólo se hace eso, estaremos gestando una próxima crisis aún más grave y demoledora que la actual. Es el paradigma neoliberal el que está en cuestión. Tampoco es la pura competitividad económica – como ha pretendido hacernos creer la Estrategia de Lisboa, sobre todo tras su viraje de 2004 – la que nos va a solucionar el desafío ecológico y de la que se va a desprender el desarrollo social y medioambiental.


Ese pretendido círculo virtuoso ya se ha demostrado que no funciona. Como han puesto de manifiesto ya suficientes autores (desde Reich hasta Stiglitz) es equivocado pensar que el crecimiento económico va a alimentar espontáneamente los avances sociales y las mejoras medioambientales.


Es ya muy evidente que ese tipo de crecimiento, basado en los incrementos de la productividad, la concurrencia entre empresas y en el seno de éstas, entre regiones, países y continentes, en la desregulación y la precariedad de una mano de obra cada vez más barata, en la ingeniería financiera y la concurrencia fiscal, no puede constituir el fundamento de un modelo productivo orientado hacia el desarrollo sostenible.


Como ya habrán ustedes adivinado esta corriente de opinión es también la que no cree que los atrasos españoles tengan su origen y su remedio en el mercado laboral – lo que no puede querer decir que no haya que mejorarlo y racionalizarlo - sino en la escasez de capital, la vetustez de la organización de la mayoría de nuestras empresas, en el inmenso porcentaje (el 63%, según una asociación de economistas del Banco de España) de salarios e ingresos por debajo de los mil euros brutos, el 34% de abandono y fracaso escolar, un umbral de una media de edad superior a los 30 años de edad que marca el abandono de los hijos del hogar familiar, el relativamente bajo porcentaje de gasto social sobre el PIB, la escasa inversión en formación, educación, investigación e innovación, en el retraso de nuestras administraciones públicas o en las escandalosas retribuciones salariales de los ejecutivos de nuestras empresas, las más altas con gran diferencia de Europa (Alpha Value, cabinet d’analyses financières, media de 2008. Le Nouvel Observateur, septiembre 2009).


Uno de los riesgos a los que nos enfrentamos, pues, al pensar el cambio del modelo productivo es el de disociar lo económico, de lo social y de lo medioambiental. Es necesario cambiar el orden del paradigma: no va a ser el crecimiento el que cree la dimensión medioambiental y social, sino que será la protección medioambiental en su sentido más amplio y la promoción de la cohesión social las que hagan posible una sociedad sostenible.

El nuevo modelo productivo ha de implicar, igualmente, otra manera de pensar y de evaluar la riqueza. Por ejemplo, son necesarios otros indicadores otro tipo de indicadores que reflejen esta otra manera de pensar. El PIB, por ejemplo, no es un indicador pertinente del desarrollo sostenible. Un país que elimina sus bosques, que pone a trabajar a sus infantes en lugar de llevarlos a la escuela, una catástrofe como la del Prestige, el aumento del consumo de tabaco hacer aumentar el PIB. Pero el PIB no tiene en cuenta la reducción de la contaminación, la preservación de la biodiversidad, la utilización racional de los recursos, la cohesión social.


Este nuevo paradigma exige, así mismo, cambiar un enfoque competitivo por otro cooperativo. La estrategia de Lisboa se ha basado en un programa desregulador de puesta en competencia de las economías y las legislaciones nacionales. Sosteniendo que, con ello, se acrecentaba la eficacia global del sistema económico. Cuando lo que demandan los desafíos ecológicos y sociales a los que nos enfrentamos – como el cambio climático, la crisis alimentaria o los flujos migratorios – son planteamientos económicos cooperativos a nivel, nacional, internacional y mundial.


Las prioridades que exigen el nuevo paradigma con la cooperación y el largo plazo, frente a la competición y el corto plazo. Actualmente, los principios que prevalecen son los de la competición, el incremento de las desigualdades, el despilfarro de recursos y una visión a corto plazo de la acción política. Cambiar de paradigma económico implica cambiar también tales principios fundamentales.


Por otra parte, si el cambio de modelo productivo reclama una planificación de medidas a medio y a largo plazo, el Estado habrá de recuperar su papel de garante y de regulador, mucho más allá de sus misiones para asegurar a todos la capacidad de hacer frente a los riesgos del mercado.


Sobre todo tendrá que recuperar papel de regulación, de fijación de normas y de objetivos; su función de provisor de bienes públicos esenciales, como la educación pública; su capacidad, mediante la fiscalidad progresiva, para redistribuir la riqueza, modificar los precios relativos y contribuir a cambiar los comportamientos (permisos de emisión, fiscalidad verde); y finalmente, actuar mediante las inversiones en investigación, infraestructuras, la promoción de tecnologías limpias y las transferencias de tecnología.


Modificar el modelo productivo, integrando para ello las tres dimensiones que aquí estamos entremezclando – las bases del modelo español de crecimiento, las exigencias derivadas de los desafíos ecológicos y las consecuencias que es necesario extraer de la crisis económico-financiera – implica, igualmente, un gran cambio cultural y una necesaria aceptación social del cambio. Es decir, profundos consensos sociales.


Tengamos en cuenta al respecto que, según la Comisión Europea los deciles de población más ricos contribuyen en mayor medida a las emisiones de CO2, los deciles de los menos favorecidos son los más afectados por la degradación medioambiental, mientras que las tasas destinadas a estos menesteres son generalmente regresivas, afectando más a las familias o personas más pobres.


Por otro lado, actualmente más de 72 millones de ciudadanos europeos viven por debajo de umbral de pobreza y la distancia entre ricos y pobres sigue agrandándose; el 17% de los trabajadores europeos alcanzan un salario mensual inferior al 60% del salario medio nacional, es decir son trabajadores pobres.


En todos los países de la UE, la distancia en la remuneración entre los dirigentes de las grandes sociedades y la de los asalariados medios se han agrandado, justamente en un periodo en el que los salarios representan un porcentaje decreciente del producto interior bruto en la mayor parte de los países de la UE. Y cuando los salarios apenas si llegan a alcanzar el incremento de los precios, muy alejados del ritmo del crecimiento de la productividad de la economía. Por todo ello, las medidas sobre la justicia social y sobre el desarrollo sostenible han de ir íntimamente unidas.


En fin, si se quiere situar la justicia social en el centro del nuevo modelo productivo habrá que cambiar y poner en cuestión muchos dogmas. Por ejemplo, adaptar el Pacto de Estabilidad a una perspectiva de lucha contra el cambio climático y de sostenibilidad social, como el que afecta a las pensiones. O a la progresiva sustitución de las cargas que pesan sobre el trabajo por una fiscalidad verde.

Y, por qué no, el tener en cuenta los “costes externos” del transporte: unas fresas chinas super-competitivas vendidas en Europa requieren veinte veces más de consumo en petróleo que las producidas en Francia o en España. En general, situar la producción, la distribución y el consumo en una lógica de desarrollo sostenible requiere poner en cuestión muchos criterios de rentabilidad que no tienen en cuenta los costes externos de tales formas de producir, consumir o distribuir.

Probablemente será también oportuno poner en cuestión la lógica de algunas deslocalizaciones empresariales a países de bajo costo para volver a vender en sus países de origen lo allá producido. Para esos casos, la Confederación Europea de Sindicatos está reclamando una tasa en frontera que resarza de los costes fiscales eludidos. De igual manera sería necesario – otra iniciativa de la CES – establecer un Fondo para acompañar y compensar los trasvases de empleo que se van a producir como consecuencia de los cambios en el modelo productivo.

Para ser creíble, el discurso sobre el cambio del modelo productivo en un sentido de desarrollo sostenible deberá ser coherente entre sus diferentes políticas: económica, presupuestaria, fiscal, de transporte, de energía, de agricultura, social, de cooperación al desarrollo, de educación y formación, de empleo de investigación, etc... Todo ello no parece viable sin colocar en el frontispicio un profundo debate sobre la justicia social como soporte de este cambio de paradigma.


* Sindicalista

Javier Gomá, director de la Fundación 'Juan March': "No existe una tabla de ejemplaridad eterna"

MADRID.- «Todas las personas han de ser ejemplares, pero los políticos tienen un deber de ejemplaridad acentuado. Al desplegar especial influencia por la posición que ocupan, pesa sobre ellos un plus de responsabilidad, se les exige que respeten al máximo los valores y bienes estimados de la sociedad», dice hoy el ensayista Javier Gomá en la cadena de diarios de 'Vocento'.

Es la seria y contundente conclusión a la que ha llegado después de treinta años de reflexión y estudio Javier Gomá, que tampoco es cómico, aún menos ingenuo, pero sí un montón de cosas. Entre otras, filólogo, periodista, ensayista, jurista, letrado del Consejo de Estado, director de la Fundación Juan March, bilbaíno de 44 años, padre de cuatro hijos, dueño de una inteligencia inusual, Premio Nacional de Literatura, Premio FIES de Periodismo, miembro del Internacional Visitors Program del departamento de Estado de EE UU... Y filósofo.

Valedor de la figura de Ortega y Gasset, publica ya 'Ejemplaridad Pública' (Taurus), el tercero de los cuatro libros en los que pretende desarrollar su 'Teorema de la Experiencia y la Esperanza'.

Con asombrosa lucidez y máxima actualidad, aborda «por vez primera con criterios filosóficos» la ejemplaridad, propone soluciones para el hombre de hoy, «provisto de las máximas cotas de libertad pero falto de instrumentos para saber utilizarla», y urge a la clase política a demostrar eso, su clase.

-¿De verdad cree ejemplares las conductas de los políticos de hoy?
-Muchos ejercen con normal responsabilidad. De hecho, los casos de mayor contraejemplaridad son los más sonoros, precisamente, porque son excepcionales. Si no tuviéramos una expectativa de comportamiento ejemplar con nuestros políticos, no nos escandalizarían sus corrupciones.

-Pues los ciudadanos no aprueban a ningún líder español de primera línea en las encuestas del CIS...
-Cierta desafección de la política es hasta sana y un signo de madurez, porque indica que el ciudadano ya no ve en sus gobernantes a un redentor del que espera todas las cosas. Dicho esto, creo que hay un divorcio entre el discurso de la clase política, que se presenta a sí misma como ejemplar, y la percepción que todo el mundo tiene de que no encarnan la ejemplaridad que predican. Parece que el político trabaja excesivamente su imagen y no su vida, y esa tibieza produce incomodidad y desafección.

-Porque, para usted, la ejemplaridad no es baladí. Sostiene que todos somos ejemplo para los demás y emulamos las conductas de otros.
-Aunque soñemos que disfrutamos de una individualidad autónoma, en la que cada uno se da a sí mismo una ley moral, estamos expuestos siempre y en todos los terrenos a una mutua influencia. Nos guste o no, todos tenemos una esfera pública y nuestro ejemplo es influencia para quien nos rodea. Al mismo tiempo, desde niños, estamos expuestos al ejemplo de los demás, y llevamos su marca.

-Sin embargo, pongo la tele y me cuesta ver conductas ejemplares...
-En efecto, hay que distinguir entre ejemplo y ejemplaridad. Lo que vemos por la tele es, indudablemente, la extraordinaria influencia del ejemplo. Aparecen políticos y 'celebrities' muy influyentes de los que, por el hecho de serlo, debería nacer un deber de responsabilidad. Sin embargo, desconocen, o quieren ignorar, ese deber de ejemplaridad que pesa sobre ellos. Y así, los medios muestran un mundo entero de gente sin ejemplaridad.

-Y esa falta de ejemplos ejemplares explica que se produzcan desórdenes...
-Existe un deber de socialización muy importante, que durante milenios ha estado bastante bien resuelto. Había muchos instrumentos para llevarlo a cabo: fuertes creencias religiosas colectivas, la tradición, el patriotismo, costumbres... La sociedad estaba, además, muy jerarquizada: las clases superiores, mediante la autoridad y la coacción legítima, obligaban a las inferiores y a los jóvenes a socializarse, a integrarse en una sociedad productiva y serlo también ellos mismos.

-¿Eso ya no sucede ahora?
-A partir del siglo XVIII, se inicia un proceso de liberación y el individuo amplía enormemente su libertad. Sin embargo, al mismo tiempo, la sociedad renuncia a los instrumentos clásicos de socialización y no los sustituye por otros nuevos. Las creencias o los relatos únicos ya no funcionan. Las costumbres colectivas también han desaparecido frente a un abigarrado caleidoscopio de personalidades individuales, incluso ofensivas. Ya no vivimos en sociedades jerarquizadas, no existen principio de autoridad ni coactivo...

-Y la consecuencia...
-Es una juventud que goza de la libertad en límites extremos sin haberla conquistado, pero que está enormemente desorientada para ejercerla. Aprendemos desde niños a decir 'yo hago con mi vida y con mi cuerpo lo que me da la gana', pero postergamos el otro discurso: ¿qué uso haces de esa libertad?

-¿Cómo conseguimos que el joven se plantee esta pregunta?
-Yo propongo una teoría de la ejemplaridad. Aunque el discurso de la liberación sigue vigente en politicos y creadores de opinión, para mí es anacrónico y anticuado. Debemos tomar conciencia de que la libertad es un bien ya conquistado y sustituir ese discurso caduco de la liberación por el de la emancipación: es hora de hacer un uso cívico de la libertad. No se trata de que cada uno elija su estilo de vida, sino de ponernos de acuerdo en cuál es el ejemplar.

-¿Usted ya sabe cuál es?
-No existe una tabla de ejemplaridad eterna que valga para todas las épocas, naciones o países. Pero siempre habrá de tener un componente generalizable. Sólo podrán ser ejemplares aquellos comportamientos que, si se generalizan, pueden considerarse cívicos.

-¿Ese proceso de emancipación responsable y ejemplar es posible en una democracía como la actual? La califica de vulgar y de experimento.
-Es que lo es. Vivimos una época sin precedentes. La cultura siempre ha tenido un fundamento absoluto en mitos, religiones y creencias fuertes. Nosotros somos la primera civilización que quiere crearse con fundamentos relativos, secularizados e igualitarios. Lo cual es un experimento cuyo éxito dependerá de nosotros. Debemos participar en la construcción de la civilización. Y eso tiene que ver con la vulgaridad.

-¿En qué sentido?
-Hoy en día, se considera que el verdadero yo es el excéntrico, el extravagante, el original, el irrepetible. Uno cree que su identidad la definen aquellos rasgos que le hacen distinto y singular. Sin embargo, esos individuos que se ven diferentes, aunque no lo crean, son en realidad todos iguales, se consideran excéntricos de la misma manera. La liberación, pues, conduce básicamente a la vulgaridad.

-Y la vulgaridad se combate con la ejemplaridad...
-Sí. La vulgaridad merece un respeto como expresión del igualitarismo, pero no es la llegada, sino la salida. La sociedad liberada ha producido vulgaridad, y ahora tenemos que encontrar los instrumentos para socializar esa individualidad, emanciparla y aspirar a cierto estilo de vida ejemplar.

-¿Cree que el verdadero anhelo del hombre llegará a ser algún día volver a llevar una vida ejemplar?
-Sí, por pura adaptación de las especies. ¿Es gobernable un país como España con 45 millones de excéntricos? No. Una sociedad igualitaria y secularizada de excéntricos es inviable y, en la medida en que lo sea, irá calando poco a poco cierta ejemplaridad de vida. No es que conciba en absoluto una sociedad utópica de individuos ejemplares. En el futuro inmediato, la ejemplaridad se convertirá en un valor positivo, la sociedad creará instrumentos de socialización y aplaudirá las individualidades ejemplares, que hagan más cívico y habitable este mundo.

-Dice que sucederá pronto...
-Pronto son milenios, no el lunes.

-Aún no ve signos de ese cambio, entonces...
-Sí percibo algo. Noto el hastío de la liberación, que es el primer síntoma. Los excesos de la liberación están generando poco a poco un apetito por otra cosa que todavía no se sabe qué es. En mi opinión, es ese estilo de vida ejemplar que la sociedad va a empezar a aplicar. Aunque parezca contradictorio, los excesos de la liberación son el primer indicio de recuperación.

-Es usted optimista...
-Sí... Mi libro carece de nostalgia de épocas pasadas, no pretende volver a una ejemplaridad romana o medieval, es antielitista y antiaristocrático, se considera gozoso de la situación democrática en la que vive. Al contrario, ve en nuestra época una inmensa oportunidad para la cultura, para la ética, para la ciudadanía. Trata de demostrar hasta qué punto esta época es apasionante, porque ha de construir los fundamentos de la cultura que debe prevalecer y que está por acordar entre nosotros.