martes, 12 de enero de 2010

Brasil puede erradicar la pobreza extrema para 2016 al ritmo actual

RÍO DE JANEIRO.- Brasil puede erradicar la miseria y acercarse a los países desarrollados en cuanto a niveles de pobreza para 2016 si mantiene el actual ritmo de reducción de las desigualdades, según un estudio divulgado hoy por el estatal Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA).

De acuerdo con el informe "Pobreza, desigualdad y políticas públicas", al ritmo de combate a la pobreza alcanzado por el país entre 2003 y 2008 es posible reducir a cero la pobreza extrema en 2016.

El IPEA también considera posible reducir la tasa nacional de pobreza absoluta desde el actual 28,8% de la población hasta un 4% en 2016.

El estudio considera como pobreza extrema o miseria a las familias con una renta per cápita mensual de menos de 127,50 reales (unos 72,9 dólares), lo que equivale a un cuarto del salario mínimo legal en Brasil.

El nivel de pobreza absoluta, por su parte, incluye a las familias con una renta per cápita mensual de menos de 255 reales (unos 145,7 dólares), es decir, la mitad del salario mínimo.

Según el IPEA, entre 1995 y 2008 Brasil consiguió reducir la tasa de pobreza absoluta a un ritmo del 0,9% anual y la de la pobreza extrema a uno del 0,8%.

Esos porcentajes saltaron en el período entre 2003 y 2008 a una marcha del 3,1% al año para la pobreza absoluta y del 2,1% para la extrema.

El actual presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, inició su primer mandato, que arrancó en 2003, cuando puso en marcha diferentes iniciativas de combate a la pobreza basadas en la distribución de subsidios para las familias más pobres del país.

La principal, el programa "Bolsa Familia", permitió la entrega el año pasado de subsidios por un récord de 12.454 millones de reales (unos 7.116,6 millones de dólares) y atendió a cerca de 12,3 millones de familias, que recibieron cuantías mensuales de entre 22 y 200 reales (de 12 a 114 dólares).

El programa es considerado por la Organización de Naciones Unidas y otros organismos internacionales como "el mayor plan de transferencia de renta del mundo".

El Instituto de Pesquisa Económica Aplicada calcula que el gasto social brasileño creció desde el equivalente al 19% del PIB en 1990 a cerca del 21,9% en 2005.

De acuerdo con el IPEA, la reducción de la pobreza ha sido posible no sólo por los programas de transferencia de renta sino también por la estabilidad económica, el crecimiento del país y el refuerzo de políticas públicas como la elevación del salario mínimo y la ampliación del acceso al crédito.

El organismo estima que Brasil podrá reducir su índice de Gini (utilizado por la ONU para medir la desigualdad social) desde el 0,544 en 2008 a un 0,488 en 2016, cerca a la medida de Estados Unidos en 2005 (0,46), aunque todavía superior a la de países como Italia (0,33) y España (0,32).

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