domingo, 31 de enero de 2010

Davos pide a Obama no actuar de forma unilateral en la regulación bancaria

DAVOS.- El proyecto de reforma bancaria del presidente de EEUU, Barack Obama, uno de los temas más comentados en el Foro de Davos que concluyó oficialmente este domingo, provocó un llamamiento casi unánime a favor de que la nueva regulación sea coordinada a nivel mundial.

"Debemos actuar con reglas mundiales para tratar los problemas mundiales. Esto es absolutamente esencial. En caso contrario, avanzamos hacia la catástrofe", declaró el sábado el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, al resumir la sensación de los responsables presentes en la 40ª edición del Foro Económico Mundial (WEF) celebrado en los Alpes suizos.

El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, se manifestó en el mismo sentido: "Se hicieron muchas propuestas muy espectaculares y me congratulo de ver que la voluntad política sigue estando presente", dijo, en referencia al plan Obama. "Pero temo que olvidemos una lección esencial de la crisis, que es la coordinación. Tengo miedo de que no vayamos en esa dirección", agregó.

Durante la primera cumbre del G-20 de potencias industrializadas y emergentes sobre la crisis, celebrada en Londres en abril de 2009, los líderes mundiales dieron mandato a dos instituciones internacionales, el Comité de Estabilidad Financiera (FSB) y el Comité de Basilea, para que se encargasen de elaborar una reforma financiera.

El tema quedó luego relegado porque los gobiernos se concentraron en los planes de reactivación de sus economías, en plena recesión. La cumbre del G-20 de Pittsburgh (EEUU) de septiembre volvió a poner la cuestión sobre la mesa, y poco después Francia y el Reino Unido pidieron un "pacto mundial a largo plazo" de regulación bancaria.

Esto antes de que el presidente Obama fuese mucho más lejos el 21 de enero al anunciar su proyecto de limitar el tamaño de los bancos y prohibirles ciertas actividades en los mercados para frenar la excesiva toma de riesgos.

Esta iniciativa desagradó a los europeos, que ven en ella una violación de los principios afirmados en el seno del G-20, en primer lugar la coordinación. El miércoles, en la apertura del Foro, el presidente francés Nicolas Sarkozy dijo estar "de acuerdo" con Obama pero advirtió del riesgo de una acción aislada de Estados Unidos.

El ministro alemán de Economía, Rainer Brüderle, fue en la misma dirección: "A raíz de la competencia entre plazas financieras, no habría que aplicar (las reformas) de manera aislada a nivel nacional o europeo", indicó.

Del lado del sector privado, varios grandes banqueros y empresarios criticaron las propuestas norteamericanas, pero a medida que avanzaba el Foro prefirieron aceptar la idea de una regulación reforzada con la condición de que sea armonizada a nivel internacional.

"Reconocemos la necesidad de cambio, pero si la regulación no puede ser idéntica en todos los países es necesaria una coordinación internacional. Necesitamos consistencia", declaró el presidente de la gran compañía de seguros británica Tidjane Thiam.

Josef Ackermann, presidente de Deutsche Bank, se sumó a este pedido: "Todos sabemos que hay que hacer algo para restaurar la confianza, pero es absolutamente necesaria una armonización a nivel mundial de las reglamentaciones y la fiscalidad", dijo.

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