Sin embargo, la agencia mantuvo su calificación crediticia por estimar que el coloso asiático se encontraba en una situación financiera excepcional, ante sus recientes resultados económicos y los bajos niveles de su deuda.
La compañía considera que las previsiones de crecimiento del 8,4% en China para 2009 son impresionantes dentro de un contexto de recesión mundial.
"La agencia cree que las oleadas de gastos de inversión y de crecimiento crediticio son insostenibles" y si esto no se corrige "podría conducir a serios problemas financieros a medio plazo, con repercusiones en la nota soberana", aseguró Fitch.
Según esta agencia, la política reciente de Pekín, que incluye un estímulo financiero enfocado en las infraestructuras y la vuelta a una tasa de cambio pegada al dólar, había retrasado el equilibrio económico.
Sin embargo, Fitch conserva una nota de A+ para la deuda a largo plazo en divisas y de AA- para la que tiene en moneda local, con perspectivas estables.
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