"Serán necesarios cambios en las perspectivas financieras si queremos cumplir los objetivos fijados para 2020", admitió el ministro de Industria y Energía, Miguel Sebastián, tras una reunión informal con sus colegas de la Unión Europea (UE) en Sevilla.
La UE se ha embarcado en un ambicioso plan sobre el clima con un triple objetivo para 2020: reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en un 20% respecto a 1990, elevar a un 20% del consumo la cuota de las energías renovables y conseguir un 20% de ahorro de energía.
También será necesaria una financiación para las interconexiones en el sector de la energía (gas, electricidad) con el fin de mejorar la seguridad del suministro y reducir su coste, añadió Sebastián. "El mercado no basta. Necesita un impulso de los poderes públicos y de la UE para realizar sus proyectos", subrayó.
Los dirigentes de la UE deben pronunciarse sobre un plan de acción en el sector de la energía para el periodo 2010-2014. "Esperamos estar en medida de lograr que se apruebe en el Consejo de primavera, en marzo, en Bruselas", anunció Sebastián.
Las tecnologías bajas en carbono necesitan importantes inversiones en investigación y desarrollo y la idea de modificar las prioridades en el presupuesto europeo progresa en el seno de la UE. Un 40% de los gastos se destinan actualmente a la política agrícola común. El comisario de Energía saliente, Andris Piebalgs, descartó esta hipótesis.
"Es prematuro que la agricultura u otras políticas se verán afectadas. Tomar de aquí o de allí no es la solución adecuada", afirmó. Piebalgs será sustituido en la cartera de Energía por el alemán Günther Oettinger y se ocupará de Desarrollo, una cartera que también busca fondos del presupuesto común de la UE.
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