martes, 26 de enero de 2010

Las ayudas millonarias ponen a prueba el Acuerdo de Copenhague

LONDRES.- Los países ricos han prometido casi 30.000 millones de dólares (unos 21.000 millones de euros) en ayudas a partir de 2010-12 para ayudar a combatir el cambio climático, lo que supone la primera prueba para el "Acuerdo de Copenhague" alcanzado el mes pasado, que es vago en cuanto a las condiciones y a quién debe recibir dinero.

Es probable que los donantes tengan que decidir por sí mismos cómo gastan el dinero en 2010, ya que no hay un mecanismo que dirija las donaciones. El "Fondo Climático Ecológico de Copenhague" que estaba previsto en el modesto acuerdo del mes pasado, aún no existe.

"La expectativa es que los países benefactores donarán a través de canales bilaterales y multilaterales de su propia elección", indicó Elliot Diringer, del Centro Pew sobre Cambio Climático Mundial.

"Hay algunos contratiempos legales debido a que el acuerdo no es un instrumento (de la ONU)", dijo Gordon Shepherd, director de política internacional del grupo ecologista WWF. Sin embargo, señaló, la circulación de fondos podría ayudar a crear confianza entre ricos y pobres.

Los países que emiten más gases de efecto invernadero, encabezados por China y Estados Unidos, alcanzaron el mes pasado el Acuerdo de Copenhague, que pretende limitar el calentamiento global a dos grados centígrados sobre la era preindustrial.

Las naciones que apoyan el texto deben firmarlo antes del 31 de enero.

Entre las promesas de fondos para 2010 y 2012 hay 15.000 millones de dólares de Japón y de 7.300 millones de euros de la Unión Europea.

EEUU ha prometido más de 1.000 millones de dólares en ayuda para el clima en 2010 y junto con Australia, Francia, Japón, Noruega y Reino Unido es uno de los principales donantes en un plan que contempla la donación de 3.500 millones de dólares hasta 2012 para frenar la deforestación. Muchas de las ofertas incluyen condiciones específicas.

China, India, Brasil y Sudáfrica anunciaron el domingo en Nueva Delhi que la entrega de 10.000 millones de dólares en 2010 demostraría el compromiso de los países ricos para ayudar. Además, prometieron presentar ante Naciones Unidas sus propios planes climáticos el 31 de enero.

El Acuerdo señala que las donaciones rápidas deberían estar equilibradas entre ayudar a las naciones pobres a reducir sus emisiones y a adaptarse a efectos del cambio climático como inundaciones, sequías, enfermedades y subidas del nivel del mar.

La prioridad para la adaptación, indica el texto, debería ir a "los países en desarrollo más vulnerables, como los países menos desarrollados, las pequeñas islas estado en desarrollo y África".

A largo plazo, hay una gran distancia entre los 10.000 millones al año iniciales y el objetivo de 100.000 millones al año en ayudas a partir de 2020 contemplado en el acuerdo.

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