Los diálogos previos entre Rusia y Bielorrusia fracasaron en víspera de Año Nuevo, generando preocupaciones en Alemania y Polonia ante la posibilidad de que se pudiera repetir el corte en el suministro ocurrido en enero del 2007, tras una disputa similar.
Funcionarios de Gobierno de ambos países se reunieron en Moscú el sábado por primera vez desde el jueves, informó Mijail Barkov, vicepresidente del monopolio de oleoductos petroleros Transneft. "Esperamos concluir las negociaciones lo más pronto posible", comentó.
Barkov rechazó comentar sobre las exigencias de precios de Rusia, pero dijo que el suministro de petróleo a Europa es seguro. "No hay riesgo del tránsito de suministros de petróleo a Europa a través de Bielorrusia", aseguró.
Bielorrusia criticó el viernes por las tácticas de negociación de Moscú durante los diálogos de fin de año y aseguró que los altos precios propuestos por Rusia violarían los términos de una unión aduanera en ciernes entre dichas naciones.
La ex república soviética recibe cerca de 400.000 barriles por día de parte de Rusia a través del oleoducto Druzhba, material procesado en dos refinerías y exporta la mayor parte de él en productos refinados a Occidente, consumiendo internamente una porción mucho menor.
La maniobra para eludir un corte del suministro será recibida, según los expertos, con alivio en Alemania y Polonia, tras las interrupciones tres años atrás. Pero mientras no se alcance el acuerdo, la amenaza persiste. Políticos europeos han acusado en repetidas ocasiones al Kremlin de utilizar su poder energético para intimidar a sus vecinos, tanto en acuerdos petroleros como gasíferos con Bielorrusia o Ucrania.
Rusia asegura que simplemente está adecuándose gradualmente a las condiciones del mercado después de subsidiar durante años a sus vecinos con precios energéticos económicos.
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