viernes, 22 de enero de 2010

Tras un año en poder, Obama encara duras alternativas económicas

WASHINGTON.- Un año después de llegar a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama encara una peligrosa alternativa económica, ante el lento repunte del mercado laboral, el ingente endeudamiento del gobierno y mayores impuestos para pagar los gastos públicos.

Obama no puede concluir con premura excesiva los planes de gastos extraordinarios pese a los temores de los contribuyentes ante el creciente déficit, porque ello podría dar al traste con la naciente recuperación.

Si gasta más dinero a crédito para crear empleos, otro imperativo del electorado, podría desatar la inflación y reanudar un peligroso ciclo.

La victoria republicana de esta semana en una de las bancas del Senado federal por Massachusetts demuestra que los riesgos políticos de toda maniobra audaz son enormes.

"Sin cambios significativos en la política fiscal y los gastos gubernamentales, el panorama presupuestario se deteriorará rápidamente incluso cuando disminuyan los costes asociados con la crisis financiera", opinó el economista Mark Zandi, de Moody's Economy.com y ex asesor del senador republicano John McCain, que aconseja ahora a los legisladores demócratas.

Cuando Obama llegó a la Casa Blanca en enero de 2009, los mercados financieros estaban en crisis, el desempleo iba en aumento y había caído en picado la actividad económica global. Algunos creían que una depresión parecía inminente.

Ahora la economía ha comenzado a recuperarse, gracias en parte a los planes de gastos extraordinarios del gobierno.

"La economía crece, aunque a un ritmo insatisfactorio", comentó Lawrence Summers, director del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca. Aunque las posibilidades de una depresión son "remotas", queda todavía "mucho, mucho por hacer", reconoció Summers.

Agregó que la creación de empleo será la prioridad del gobierno en los próximos meses, como quedará reflejado en el discurso presidencial sobre el estado del país que pronunciará el miércoles por la noche y sus propuestas presupuestarias para el próximo año fiscal que dará a conocer en febrero.

Incluso antes que los demócratas perdieran la bancada senatorial que ocupara el fallecido Edward Kennedy, el énfasis del partido gobernante había comenzado a pasar de la reforma del plan de salud a la creación de empleos. Esa reforma ha sido disminuida o arrinconada, al menos por ahora.

Los funcionarios de la Casa Blanca siguen insistiendo que heredaron una economía en quiebra del presidente George W. Bush, pero no hay duda alguna que el electorado considera que el problema económico es algo que compete enteramente a Obama y esperan que dedique todos sus esfuerzos a solucionarlo.

Más de la mitad de los más de siete millones de empleos eliminados desde que comenzó la recesión en diciembre de 2007 desaparecieron desde que Obama firmó el plan de gastos extraordinarios de 787.000 millones de dólares el 17 de febrero. Esa ayuda debía haber combatido la pérdida de empleos.

En aquel entonces el desempleo era del 7,6%. Ahora es del 10%.

"Si como país no logramos establecer la creación de empleo y el crecimiento económico, no alcanzaremos ninguno de nuestros objetivos", dijo Summers.

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