miércoles, 17 de febrero de 2010

El cacao centroamericano recurre a la genética para intentar recobrar su esplendor

SAN JOSÉ.- Un hongo que se esparció por Centroamérica diezmó los cultivos de cacao, materia prima del chocolate, pero los científicos han creado 'clones' resistentes a la plaga para intentar que el fruto recupere el esplendor que tuvo en la época prehispánica y la colonia.

Los bajos precios y las plagas acabaron con miles de hectáreas de cacaotales centroamericanos, pero el negocio ha repuntado, a pesar de la crisis económicainternacional, gracias a un crecimiento de la demanda por chocolates, que junto con ser sabrosos poseen beneficios medicinales, pues mejoran la circulación.

El cacao es originario de América y sus semillas fueron el primer dinero usado en algunas colonias (en Nicaragua se emplearon hasta el siglo XIX), pero luego perdió importancia económica y desde hace unos 100 años su mayor productor es Africa, que aporta el 80% de la producción global.

"Desgraciadamente el cacao es un cultivo muy marginal en Centroamérica, a diferencia del café", dice el científico costarricense Wilbert Phillips, mientras inspecciona unos clones de plantas de cacao que pueden permitir al fruto recuperar la gloria que tuvo en el pasado en esta región.

Phillips es el jefe de un Programa de Mejoramiento Genético del Cacao, que ha creado variedades híbridas para competir con el fruto africano y ayudar a millares de familias del istmo, que viven de cultivos de subsistencia, a salir de la pobreza.

El Proyecto Cacao Centroamericano es llevado adelante por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en un predio del verde valle de Turrialba, unos 40 km al sureste de San José.

CATIE es un centro especializado internacional creado en 1973, que maneja diversos proyectos para asegurar la sustentabilidad de cultivos como el café y cacao, entre otros.

Phillips y otros científicos del CATIE se propusieron crear variedades híbridas de cacao que fueran resistentes a dos plagas que diezmaron los cultivos centroamericanos de esta fruta ancestral: la 'moniliasis' (Moniliophthora roreri) y la 'escoba de bruja' (Moniliophthora perniciosa).

"La más dañina es la moniliasis, que llegó en 1978 a Costa Rica y en cinco años redujo en 80% la producción y en 92% la exportación" de cacao, explica Phillips.

"La moniliasis no destruye la planta, sino el fruto, y por su culpa se abandonaron 10.000 hectáreas (de cultivos) en la costa atlántica y no nos hemos logrado recuperar de la enfermedad", agrega.

Con ejemplares de plantas de unas 1.100 variedades de cacao recolectadas en diferentes países, los científicos del CATIE hicieron 'cruzas' (injertos) de plantas en busca de crear clones resistentes a estas plagas.

Phillips cuenta que han desarrollado ejemplares altamente resistentes a la 'moniliasis', que empezaron a ser distribuidos a 'jardines clonales' de todos los países centroamericanos (excepto El Salvador) para reintroducir el cultivo.

El Proyecto Cacao busca además "aliviar la pobreza en el atlántico centroamericano, donde su importancia económica es insignificante", pese a ser el primer eslabón de la próspera industria mundial del chocolate, dice Eduardo Somarriba, otro científico del programa.

Además de ser materia prima del chocolate, el fruto es usado hasta ahora con fines rituales por etnias mesoamericanas, como los Kuna de Panamá, y sus principales exportadores latinoamericanos son Brasil, Ecuador y República Dominicana.

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