El FMI considera que los países emergentes que tienen controles fiscales y regulatorios para frenar la entrada masiva de capitales han lidiado mejor con esos problemas que los que han mantenido la postura de la liberalización, aunque en ocasiones su eficacia es discutible, publica 'El País'.
El informe del Fondo aboga por ese tipo de controles en países en que la economía opera cerca de su potencial, que cuentan con amplias reservas de divisas y cuyo tipo de cambio no está infravalorado.
Brasil anunció en octubre la imposición de esos controles, con la aplicación de un impuesto del 2% a las inversiones extranjeras en renta fija o variable tras una brusca apreciación del real. Varios países asiáticos estudian imponer controles.
Sin embargo, el FMI advierte que la aplicación generalizada de controles podría perjudicar al crecimiento mundial y redirigir los fondos externos a países que no son capaces de absorberlos.
Además, podrían ampliar los desequilibrios, especialmente si algunos países con divisas infravaloradas establecen las restricciones para impedir la apreciación de su moneda. El FMI considera específicamente que el yuan chino está "sustancialmente" infravalorado.
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