domingo, 28 de febrero de 2010

Chile puede haber perdido entre el 10% y el 15% de su PIB por los daños del terremoto



SANTIAGO DE CHILE.- Los chilenos intentan poco a poco retomar el control de sus vidas tras pasar a la intemperie la primera noche tras el asolador terremoto de 8,8 grados de intensidad que ha desatado el caos en la mayor parte del país, y en especial en Concepción, la gran ciudad más cercana al epicentro, escenario de numerosos robos. Socorristas luchaban este domingo por rescatar a personas atrapadas bajo escombros en momentos en que se desataban saqueos en varias ciudades.

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, fue la encargada de difundir la última cifra oficial de fallecidos, que alcanza ya los 708 muertos. Además, la presidenta en funciones hizo un llamamiento a todos los sectores a hacer un "gigantesco esfuerzo" para poder superar esta "emergencia sin parangón en la historia" de Chile.

Bachelet, que compareció por la tarde en La Moneda tras una reunión de coordinación, indicó que ya se han contabilizado 708 muertos, 541 de ellos en Maule y 64 en Biobío, las dos regiones más afectadas por el seísmo, mientras que otros 103 habrían muerto en otras regiones del país.

"Estos números creo que van a seguir creciendo", reconoció y apunto que "hay un número todavía creciente de personas desaparecidas".

La presidenta, que abandonará el cargo el próximo 11 de marzo, anunció asimismo que el Gobierno ha llegado a un acuerdo con las principales cadenas de supermercados del país para la "entrega gratuita" de alimentos de primera necesidad y de "forma ordenada" en las regiones de Maule, Biobío y algunos sectores de Araucanía, después de que se hayan producido algunos asaltos a establecimientos en la ciudad de Concepción.

Asimismo, indicó que se ha decretado el "estado de excepción constitucional de catástrofe" en Maule y Biobío por un plazo de 30 días con el fin de "garantizar la situación de orden público en la zona más afectada y acelerar la entrega de ayuda". En esta entrega, explicó la presidenta, participará el Ejército, que también está ayudando a retirar escombros.

En Concepción, capital de la VIII Región del Biobío, se declararon doce incendios a consecuencia del terremoto. Sin embargo, cerca de un tercio se dejaron de atender para poder destinar más efectivos a las labores de rescate. Además, se espera que más miembros de los equipos de rescate lleguen pronto a Concepción de otros lugares del país.

Por otro lado, la televisión estatal chilena informó de saqueos en una farmacia y en un supermercado de la ciudad. En las imágenes retransmitidas por TVN se podía ver por la mañana a cientos de personas saqueando los almacenes de un supermercado del centro de Concepción y la intervención de Carabineros con furgonetas blindadas con cañones de agua y gases lacrimógenos.

La alcaldesa de la ciudad, Jacqueline Van Rysselberghe, solicitó incluso la intervención del Ejército para restablecer la seguridad en Concepción. "Necesitamos que el gobierno envíe militares. Voy a hacer una llamado público al ministro de Defensa, para que nos envíen personal armado para que se hagan cargo de la seguridad", afirmó Van Rysselberghe en declaraciones a Radio Cooperativa tras los saqueos de comercios ocurridos este domingo.

La alcaldesa destacó la situación de inseguridad que se vive en la ciudad no sólo por el seísmo, sino por la acción de grupos de delincuentes que están saqueando supermercados, tiendas comerciales y viviendas particulares.

Van Rysselberghe no justificó ningún tipo de robo, incluso los de alimentación, ya que, dijo, sólo han pasado dos días desde el terremoto, por lo que no existe un desabastecimiento de alimentos, a diferencia de cuando se produce una inundación lo que sí provoca que las viviendas se quedan de inmediato sin alimentos.

El otro gran frente de preocupación, el posible tsunami en el Pacífico, quedó neutralizado después de que el Centro de Alerta de Tsunami en el Pacífico estadounidense (PTWC) levantara la alerta.

"Ya no se esperan impactos adicionales de tsunami para las zonas costeras que no se hayan visto afectadas" a estas alturas. Sin embargo, el centro advierte persiste cierto peligro para los barcos y estructuras costeras por las rápidas corrientes que todavía siguen activas en las zonas de peligro. "Ya no existe amenaza de tsunami por lo que la alerta queda cancelada", según el boletín final.

La directora de la Oficina Nacional de Emergencias de Chile (Onemi), Carmen Fernández, reconoció la existencia de un error en el sistema de detección de tsunamis de la Armada, que se equivocó al descartar la amenaza de olas gigantes inmediatamente después del terremoto.

"La primera información que recibimos es que no había tsunami. Y es más, cuando empezamos a constatar por otras fuentes que se estaban produciendo variaciones en el nivel del mar, las consultamos y nos indicaron que la variación no era superior a los 20 centímetros", aseguró Fernández a Radio Cooperativa.

En respuesta, la Armada chilena ha reconocido errores "en algunos instrumentos y concretamente en el sistema medición de la marea".

"De hecho, cuando nosotros preguntamos de un variación que se nos estaba informando localmente en la isla Juan Fernández, en la altura de la marea, se nos habló de no más allá de 18 centímetros y estábamos hablando de metros. La realidad se estaba dando en metros".

El apoyo de la comunidad internacional se mantiene por segundo día consecutivo, con mensajes de apoyo procedentes de la Unión Europea, el Vaticano y Estados Unidos, cuya secretaria de Estado, Hillary Clinton tiene previsto viajar a Chile el próximo martes si las circunstancias no lo impiden.

Varios países señalaron su intención de enviar ayuda a Chile, mientras que organismos como el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo comprometieron su apoyo para la reconstrucción del país.

La propia presidenta Bachelet hizo mención a los ofrecimientos de ayuda llegados de todo le mundo. A este respecto, dijo que están "evaluando la venida de rescatistas" que puedan dar "relevo" al personal de rescate chileno que está trabajando sin descanso. Asimismo, consideró que también podría ser de utilidad el envío de "expertos en evaluación de daño" y en potabilización de agua salada.

Por otra parte, indicó que el Ministerio del Interior abrirá en breve una cuenta en el Banco de Chile en la que "individuos u organismos internacionales" que deseen ayuda puedan "enviar recursos y dinero". También mencionó como ayuda necesaria de la que no dispone su país hospitales de campaña, material para la reconstrucción de puentes, sistemas de comunicación y equipos electrógenos.

A lo largo del país la destrucción se ve en decenas de puentes caídos, edificios derrumbados, vías cortadas por los escombros, todo lo cual dificulta la llegada de ayuda. La víspera ya se había señalado la destrucción de 1,5 millones de viviendas y 2 millones de personas damnificadas.

En Concepción, como símbolo de la tragedia, un edificio de habitación de 15 pisos y 80 departamentos colapsó dejando un centenar de personas atrapadas, según informó la alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe.

"Las horas y el tiempo es la variable crítica para salvar a las personas que están aquí dentro", dijo la alcaldesa entrevistada desde el sitio del derrumbe.

"Fue impresionante porque los pilares se movían de un lado a otro, y luego se hundió y estaba todo destrozado", contó Ewin Jiménez, que logró escapar por las ventanas del edificio.

En una ciudad con la luz y las comunicaciones cortadas, el desespero de la gente se concretó en saqueos y pillajes. Este domingo centenares de personas violentaban la entrada de un supermercado en busca de alimentos y productos de primera necesidad.

"Esto es para mis hijos, es la única forma que tengo de alimentarlos", decía un hombre con los ojos llorosos explicando su empeño en violentar una puerta metálica para ingresar al supermercado.

"No es robo, es desespero", decía una mujer de unos 30 años a la salida del supermercado Líder, en el centro de Concepción, mientras se observaba a personas corriendo con cajas de leches y otras mercaderías en sus manos, como lavadoras y televisores de plasma.

Una mujer que pedía leche dijo que "quienes tienen hijos me entienden", quejándose de que un supermercado estaba saturado de gases lacrimógenos: pocos minutos antes, la policía intentó reprimir los pillajes con tanques lanza agua y con gases.

"Si hoy no logramos solucionar el tema de alimentos nos enfrentaremos a una situación muy conflictiva", expresó la alcaldesa Van Rysselberghe.

Si el panorama era dramático en la ciudad, cunde la preocupación por la suerte de las comunidades costeras, afectadas por el tsunami. Tanto en Talcahuano (ciudad adyacente a Concepción) como en la cercana Dichato, embarcaciones fueron lanzadas tierra adentro por la fuerza de la marejada.

En Santiago, el aeropuerto internacional seguía cerrado dados los destrozos de su terminal de pasajeros, aunque este domingo ya recibió dos vuelos internacionales y se esperaban otros tres, según reporta la televisión chilena.

El sismo, uno de los más fuertes de la historia, generó alertas de tsunami en toda la cuenca del Pacífico, sin que se produjeran daños aunque sí importantes evacuaciones en el Japón y en Hawai.

En Washington la firma estadounidense EQECAT, especializada en estimaciones de riesgo calculó que los daños ocasionados por el sismo podrían ascender a entre 15.000 y 30.000 millones de dólares, lo que representa entre el 10 y el 15% del PIB de Chile.

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