sábado, 27 de febrero de 2010

El premier griego aborda la crisis con un prominente banquero alemán

ATENAS.- El primer ministro George Papandreou conversó en Atenas con el responsable del mayor banco alemán sobre la profunda crisis crediticia de Grecia, entre la presión de la Unión Europea para que el país tienda pronto a la recuperación o recorte más el gasto.

Mientras, la Casa Blanca informó que el presidente Barack Obama habló de Grecia el viernes con la Canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro británico Gordon Brown durante una teleconferencia. Papandreou tiene previsto reunirse con Merkel en Berlín el 5 de marzo y con Obama en Washington cuatro días después.

El gobierno griego declinó suministrar detalles de la conversación con el director del Deutsche Bank, Josef Ackermann.

"Hubo una reunión de media hora, una de varias que el primer ministro ha tenido con titulares de organizaciones similares sobre la crisis internacional y Grecia", dijo un asistente de Papandreou, George Elenopoulos.

El vocero del Deutsche Bank, Ronald Weichert, afirmó que sólo podía confirmar que Ackermann está en Grecia "en un viaje normal de negocios" que incluye reuniones con autoridades del gobierno.

Después del encuentro, Ackermann se negó a comentar sobre la perspectiva de que su banco participe en ayudar a Grecia, cuyos aprietos fiscales han sacudido la confianza de los mercados mundiales en la moneda común europea.

Existe la noción generalizada de que Grecia podría emitir bonos gubernamentales la semana próxima, mientras según especialistas podría venderlos directamente a unos cuantos grandes clientes institucionales en lugar de subastarlos en los mercados de capital, con una prima sobre las tasas de interés tan alta que hace temer una suspensión de pagos de Grecia.

En Washington, el vocero de Obama, Robert Gibbs, reiteró que la convicción de la Casa Blanca de que la Unión Europea "puede actuar y actuará adecuadamente" para darle una respuesta eficaz a la crisis en Grecia.

Apoyado por las encuestas que -pese a la ira de sindicatos- muestran un apoyo mayoritario de los griegos a las medidas de austeridad, Papandreou advirtió el viernes que su gobierno de centro-izquierda enfrenta un dilema penoso: "Dejar que el país caiga en bancarrota o reaccionar".

"Estamos siendo llevados a realizar cambios abruptos", dijo.

El ministro del Trabajo, Andreas Loverdos, aseguró que la UE apremiaba reducciones adicionales en el gasto por 1.400 millones de euros (1.900 millones de dólares).

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