jueves, 11 de febrero de 2010

El presidente de la Unión Europea propone cumbres mensuales para dirigir la nueva estrategia económica

BRUSELAS.- El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, propuso hoy celebrar cumbres mensuales de jefes de Estado y de Gobierno, que actúen como un órgano de gobierno económico de la UE. Estas reuniones deben servir para dirigir la nueva estrategia de crecimiento y empleo para los próximos 10 años y garantizar que se cumplan los objetivos fijados de reformas estructurales, a diferencia de lo ocurrido con la fallida estrategia de Lisboa.

"He propuesto, no para los próximos meses sino a partir de finales de año, que el Consejo se reúna regularmente, si depende de mi una vez al mes", dijo Van Rompuy al término de la reunión informal de líderes europeos celebrada en Bruselas. El hecho de que los líderes europeos asuman las riendas de la estrategia económica demostrará la "ambición" de la UE, resaltó.

Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que España comparte "plenamente" el objetivo de "convertir al Consejo Europeo, cada día más, en el gran organismo que garantice la gobernabilidad económica de la UE". "Existe un clarísimo clima a favor de esa posición", afirmó.

Este gobierno económico, insistió, no debe actuar sólo de cara a los 27 sino también adoptar posiciones comunes para dialogar con otras grandes potencias económicas o para participar en foros como el G-20.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, que volvió a exhibir el buen estado del eje franco-alemán compareciendo ante la prensa junto a la canciller Angela Merkel, dijo no haber escuchado un sólo país poner en duda la necesidad de un gobierno económico de Europa durante la reunión de este jueves.

"Todo el mundo estuvo de acuerdo. Es una de las lecciones de la crisis: Se necesita un gobierno económico europeo", resaltó. El Consejo, dijo, evaluará la situación, coordinará las políticas y organizará las iniciativas.

Por su parte, la canciller alemana, puso de relieve que Europa tiene que aprender la lección de la crisis y coordinar sus políticas económicas para tener una posición "más homogénea y eficaz" frente al exterior.

"La credibilidad es lo más importante para un gobierno económico europeo", subrayó. Merkel apuntó también que Alemania y Francia tienen el "deber" de contribuir a una coordinación europea "más estrecha" en áreas que van desde el precio de las materias primas hasta la lucha contra el cambio climático.

Van Rompuy destacó que, tras dos años en los que la UE ha vivido la peor crisis económica de los años 30, la recuperación "todavía es frágil" y "nuestro crecimiento económico es demasiado bajo para crear puestos de trabajo y sostener nuestro modelo social". "Tenemos que actuar juntos para no perder terreno respecto a las economías más importantes del mundo. Nuestra forma de vida europea está en juego. Las reformas estructurales son necesarias", indicó.

A su juicio, la nueva estrategia económica debe basarse en "menos objetivos" que sean "cuantificables" y que estén "diferenciados" teniendo en cuenta la situación particular de cada país. Además, estos objetivos deben poder controlarse mediante "una estructura de vigilancia para que todo el mundo se sienta implicado y se puedan medir los progresos". No obstante, Van Rompuy dejó claro que durante la cumbre de este jueves no se habló de "sanciones" para los países incumplidores.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo que la nueva estrategia económica debe basarse en tres pilares: la investigación y desarrollo, la creación de empleo y la apuesta por un crecimiento más verde. "La prioridad debe ser acelerar la salida de la crisis y construir un nuevo modelo económico sostenible, inclusivo y competitivo", señaló.

La nueva estrategia económica se volverá a discutir en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de marzo y se aprobará en junio, antes de que termine la presidencia española de la UE.

Zapatero ha repetido en las últimas semanas que el fracaso de la estrategia de Lisboa se debe a que los objetivos que se fijaron (como aumentar la tasa de empleo al 70% de la población o incrementar la inversión en I+D hasta el 3% del PIB) no se han cumplido porque eran sólo indicativos y no vinculantes. Por ello, Zapatero defendió que los nuevos objetivos económicos deben ser vinculantes y que tienen que introducirse "medidas correctivas" para los países incumplidores.

Las propuestas de Zapatero fueron mal acogidas por Alemania y Reino Unido, que han manifestado su rechazo a cualquier tipo de sanción. Pero en su discurso ante el pleno de la Eurocámara el pasado 20 de enero, el presidente del Gobierno defendió de nuevo la posibilidad de imponer sanciones porque es una posibilidad que ya existe en la legislación de la UE, por ejemplo en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) y "funciona".

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