jueves, 4 de febrero de 2010

El riesgo de impago de la deuda española se dispara

MADRID.- Las advertencias sobre el riesgo de España no son solamente cosa del Financial Times. Otras instituciones, como la agencia de rating Fitch, consideran que España es el país de la zona euro con más riesgo de sufrir un shock y menos flexibilidad para evitarlo. Y el propio mercado está disparando la prima de riesgo de España, que se refleja en que el diferencial con el bono alemán y en el precio del CDS (seguro contra impago) de nuestro país, ambos en máximos desde marzo del año pasado, en lo más duro de la crisis, se escribe en El Confidencial.com.

En efecto, el diferencial del bono español con el alemán rozó el punto porcentual (100 puntos básicos) el jueves pasado; es decir, un bono español a 10 años tenía que pagar un 1% más que la deuda del Estado alemán para que lo compraran los inversores. El viernes y el lunes se relajó un poco, pero el lunes volvió a repuntar y ayer acabó en 0,89 puntos.

En todo caso, no se encontraba en estos niveles desde febrero de 2009. El diferencial es la medida tradicional de la prima de riesgo de un país, pues mide el sobreprecio que pide el mercado a la deuda de un país respecto al considerado más seguro, que es Alemania.

Una medida más en vogue de la prima de riesgo es el CDS (credit default swap), que es un seguro que cubre a un inversor del riesgo de que España no pueda pagar su deuda a cambio de una prima. Cuanto mayor sea esta prima, mayor es el peligro que percibe el mercado. Pues bien, ayer el CDS de España alcanzó los 146,7 puntos básicos, un nivel que no se veía desde el 9 de marzo del año pasado, y supone un espectacular repunte desde los mínimos de 53,23 de agosto, que se ha acelerado desde que se superaron los 100 a finales de diciembre.

Esos 146 puntos significan que asegurar 10 millones de euros en bonos a cinco años tendría un coste de 146.000 euros. El máximo histórico se alcanzó el 17 de febrero de 2009 en 170 puntos básicos.

Este deterioro constante de la percepción del riesgo de España se ha agravado con los últimos datos conocidos de nuestra economía, que no han podido ser peores: el nuevo aumento del desempleo, medido tanto por la EPA como por el INEM, o la abultadísima cifra de déficit público con que hemos cerrado 2009, el 11,4% del PIB.

Además, la reciente aparición de Zapatero en el Foro de Davos junto con los presidente de los países con mayores dificultades (Grecia y Letonia), donde evidenció su falta de ideas para frenar la crisis, ha minado aún más la confianza en la capacidad de España para salir adelante.

En una presentación celebrada la semana pasada en Madrid, la agencia de rating Fitch mostró también unas sombrías perspectivas para nuestra economía. A su juicio, somos el país de la zona euro con mayor probabilidad de sufrir un shock, que se mide por el tamaño del sector bancario y su exposición a los activos problemáticos (aquí inmobiliarios y crédito promotor), necesidad de desapalancamiento (reducción del exceso de deuda) de la economía y escala del deterioro de las cuentas públicas. Tres factores en los que España se sitúa en cabeza del mundo desarrollado, honor que compartimos con Estados Unidos, Gran Bretaña e Irlanda.

A diferencia de estos dos países, el nuestro se encuentra entre los que menos capacidad tienen de ajuste a la crisis, capacidad que se basa en la flexibilidad económica, financiera y fiscal. En cuanto a la financiera, España tiene en su contra nuestro pequeño tamaño como mercado y la escasa visibilidad de nuestras respuestas políticas contra la crisis; a favor, su pertenencia al euro.

Pero donde peor parados salimos es en las cuestiones fiscales: a juicio de Fitch, España, Francia y Reino Unido son los países donde más urgente resulta tomar medidas para equilibrar las cuentas públicas y devolver así la confianza en la sostenibilidad de nuestra deuda pública.

Algo que no resulta nada fácil y lleva tiempo, porque la recuperación económica y la retirada de los estímulos "no será suficiente para estabilizar y reducir los ratios de deuda pública", afirma. Además, el desplome de los ingresos ha revelado enormes déficits estructurales -que no dependen del ciclo económico- en varios países, incluyendo España. Nuestro país es el que ha sufrido una mayor caída de ingresos públicos provenientes de la vivienda y el consumo, muy superior a la contracción del PIB. Pese a todo esto, Fitch mantiene el rating de España en AAA con perspectiva estable.

El analista Yosi Truzman, colaborador de Cotizalia.com, cree que "los diferenciales de tipos de España se tienen que ir mucho más arriba porque es inevitable que, con un déficit superior al 10%, los inversores te exijan una mayor rentabilidad. Mientras no se empiecen a hacer los deberes de reducir el gasto público y no se vea la salida del túnel, es inevitable que se traslade aquí la situación de Grecia".

Truzman recuerda que las cifras de deuda pública son engañosas porque, si se suma la deuda privada de nuestro país, alcanza el 250% del PIB. Y con una emisión del 10% adicional cada año, "el riesgo país tiene que dispararse".

Por último, recuerda que los principales tenedores de esa deuda privada -en especial las cédulas y titulizaciones hipotecarias- son los bancos alemanes, por lo que confía en que Alemania nos rescate por la cuenta que le tiene. Un rescate que podría hacerse a través del FMI, que obligaría al Gobierno a adoptar los grandes sacrificios que se niega a acometer ahora mismo, como una reducción drástica del gasto público o el despido masivo de funcionarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario