"En marzo vienen a Bolivia dos grandes complejos industriales con la idea de industrializar el gas y explorar la posibilidad de industrialización de los recursos evaporíticos del salar de Uyuni (al suroeste)", dijo Araujo según reporta la Agencia Boliviana de Información, ABI.
"Lo que estamos por proponer a Bolivia es la prorrogación de este acuerdo de fortalecimiento del gas porque es útil a los dos países", agregó.
Los pasados días Araujo también anunció la llegada en febrero de Marco Aurelio, quien es uno de los principales asesores del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.
Brasil compra gas a Bolivia desde 1999 con base en un contrato que vence en el 2019. El acuerdo estipula la venta de hasta 30 millones de metros cúbicos diarios, pero desde principios del año pasado, Brasil bajó sus compras a un promedio de 24 millones de metros cúbicos diarios, equivalentes a casi la mitad de la demanda del gigante sudamericano.
El embajador brasileño expresó la semana pasada que la privada Brasken presentará un proyecto para instalar una planta procesadora de gas en Bolivia, en la localidad fronteriza de Puerto Suárez con una inversión de entre 1.500 y 2.000 millones de dólares.
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