viernes, 12 de febrero de 2010

España no corre el riesgo de Grecia, pero necesita reformas, según los expertos

MADRID.- La economía española no corre el riesgo de afrontar una deuda como la de Grecia ni de llegar a la situación de Argentina en 2001, pero necesita acometer importantes reformas para estimular el crecimiento que afectarán al nivel de vida de la población, estimaron varios expertos.

"No creo en absoluto que podamos llegar a los niveles de Grecia" ni que en la Unión Europea (UE) alguien suspenda pagos, como en Argentina, "ni siquiera Grecia", estimó Jordi Fabregat, director del máster de Finanzas de ESADE.

En las últimas semanas "los mercados han sobrerreaccionado" con la alarma generada por la debilidad de la economía española, estimó por su parte Juncal Cuñado, profesora de Economía de la Universidad de Navarra.

Cuñado considera "prácticamente nulo" el riesgo de que España llegue a la situación griega, recordando que la deuda griega es del 113% del PIB y la española, del 55%. De hecho, esta semana las agencias de calificación Moody's y Fitch estimaron que hay que diferenciar ambos países, después que Standard and Poor's bajó la perspectiva de España.

Pero ello no esconde que España necesita hacer reformas urgentes para salir de la recesión, coinciden varios expertos consultados. "España emite deuda a diez, 15 y 30 años, y la duda es" saber si "dentro de diez años no podrá pagar la deuda porque tiene un sistema de pensiones que estará en quiebra", según Fabregat.

"Nuestra 'subprime' es el ladrillo y tenía que explotar", estimó. Reconoce que España tiene un déficit "elevado" (11,4%) y una deuda regularcilla", pero menor que la media de la UE. "Las incertidumbres que hay en el mercado son sobre el crecimiento de España en los próximos años": "¿España generará recursos en el futuro para pagar esa deuda?", expone.

El Gobierno calcula que el país seguirá en recesión en 2010 y no se recuperará hasta 2011.

Esto le ha llevado a decidir un plan de ahorro de 50.000 millones de euros en tres años para bajar el déficit, además de la anunciada subida de impuestos, y a presentar propuestas para retrasar la edad de la jubilación de los 65 a los 67 años y garantizar el pago de las pensiones dentro de 20 años teniendo en cuenta el envejecimiento demográfico.

También estudia reformar el mercado laboral reduciendo los contratos temporales (30% del total) y recortando las indemnizaciones por despido para crear más empleo (ante un paro actual del 19% de la población activa). "Las medidas van en buena dirección, aunque llegan demasiado tarde", según Cuñado.

Para garantizar las pensiones, Fabregat propone reducirlas, no incentivar las jubilaciones anticipadas y fomentar planes de pensiones de las empresas. Los expertos coinciden en que fomentar el crecimiento conllevará menos poder adquisitivo.

"Somos más pobres de lo que creíamos" y "no podemos mantener el nivel de vida que tenemos", señala Fabregat. Cuñado coincide en que se va a "perjudicar el bienestar de las generaciones actuales para que generaciones futuras puedan vivir mejor".

"O volvemos a tasas de crecimiento relativamente altas y al crecimiento de la productividad o esto nos conduce a una pérdida de nivel de vida", según Antonio Argandoña, profesor de economía del IESE. Se trabajaría más y los sueldos, pensiones e indemnizaciones por despido bajarían, se contraería el consumo y la población se endeudaría menos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) aconsejó bajar los sueldos en España. Durante el "boom" de la construcción "nuestra remuneración ha crecido más que nuestra capacidad productiva" debido a que se crearon muchos empleos de baja cualificación, explica Argandoña.

"A la larga, todo el endeudamiento en el que se ha incurrido para paliar los efectos de la crisis lo pagarán los ciudadanos", resume Cuñado.

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