jueves, 4 de febrero de 2010

Indignación en EEUU y enfado de Obama por los 100 millones en primas de AIG

WASHINGTON.- La aseguradora estadounidense AIG, que ahora pertenece en un 80% al Estado tras ser salvada de la quiebra, distribuirá 100 millones de dólares en primas a sus empleados, una decisión que provocó indignación en Washington y el enfado del presidente Barack Obama.

AIG indicó que haría pagos según un acuerdo bajo el cual los empleados aceptan menos de que lo se les debe a cambio de que se les pague antes de la fecha.

"Obviamente el presidente está frustrado y enojado porque Wall Street continúa teniendo la impresión de que las remuneraciones excesivas deben recompensar las tomas de riesgos excesivos que hemos visto estos dos últimos años, cosas que nos llevaron al borde del abismo", dijo el portavoz de la Casa Blanca Bill Burton.

AIG pagará "100 millones de dólares el miércoles", había dicho a el martes una fuente cercana al caso, sin dar más detalles. En total, American International Group, rescatada de la quiebra en 2008 gracias a miles de millones de dólares de fondos públicos, prevé dar 195 millones de dólares en primas en 2010.

Estas primas pagadas por AIG tienen particular repercusión porque están destinadas en particular a empleados de la división de mercados que estuvo en el origen de los problemas financieros de la firma. Kenneth Feinberg, el responsable del Tesoro estadounidense sobre remuneraciones de las empresas reflotadas por el Estado, dijo sentir "indignación" en torno al pago de estos bonos por parte de AIG.

Feinberg recordó no obstante, entrevistado en la televisión ABC, que estas bonificaciones responden a los términos "de los contratos previos al plan de rescate" financiero del gobierno, que actualmente posee 80% de AIG, y que es necesario "respetar la ley". "Debemos trabajar para recuperar en lo posible los rescates públicos que se han otorgado", agregó.

La Casa Blanca recordó en ese sentido que el gobierno impuso un impuesto a los bancos "para asegurarse de que el dinero de los contribuyentes vuelva al gobierno". El senador republicano Charles Grassley, número dos de la comisión de finanzas del Senado, estimó por su lado en un comunicado que AIG había "manipulado al gobierno de Obama" y "tiene los contribuyentes a su merced".

No obstante, AIG hizo saber en un comunicado que cerca del 97% de sus empleados en su división de productos financieros "se ofrecieron voluntariamente a reducir sus próximos pagos de 2010". Estas reducciones ascienden a cerca de 20 millones de dólares, indicó la compañía.

Esta medida fue parte de un acuerdo con el Tesoro estadounidense, destinado a reembolsar parte de un estimado de 165 millones de dólares en bonificaciones que se pagaron el año pasado y que desencadenaron la furia de los contribuyentes. El Gobierno de EEUU inyectó más de 180.000 millones de dólares de ayudas públicas a la aseguradora para evitar su quiebra.

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