sábado, 27 de febrero de 2010

La Bolsa española cae más del 13% en lo que va de año, el doble que las europeas

BARCELONA.- Pese al respiro de ayer, con una subida del 2,05% hasta los 10.333 puntos, la Bolsa española acumula, en el inicio del 2010, una caída que duplica la de los principales mercados europeos. El 13,45% de descenso del Ibex en los dos primeros meses del año está muy por delante del 6% que experimentan París y Frankfurt o del 1% de la bolsa londinense. Si el parquet español cerró el 2009 por encima de los 12.000 puntos y una revalorización del 30% (y, todo hay que decirlo, llevaba dos años ganando más que sus homólogas europeas), este año parece haber perdido el ángel de pasados ejercicios, recuerda 'La Vanguardia'.

Aparentemente, las causas del retroceso no están en las empresas cotizadas, aunque bien es cierto que el mercado español está dominado por unos cuantos valores (Telefónica, Repsol, Santander, BBVA...) que son los que más sufren los vaivenes de la inversión internacional. Las empresas del Ibex, que estos días culminan sus presentaciones de resultados del 2009, han visto caer sus beneficios algo más de un 22%, pero esta realidad ya estaba descontada y no es peor que la de otras cotizadas.

Los expertos coinciden: lo que ha zarandeado la bolsa no está en la propia realidad de las empresas, en su realidad económica (datos objetivos como la evolución de sus cifras de negocio, el endeudamiento o sus márgenes), sino en elementos exógenos. Entre los lastres que debe asumir el Ibex, dos sobresalen por encima del resto.

En primer lugar, la falta de confianza en las posibilidades de España de enderezar a corto plazo sus variables macroeconómicas –paro y déficit, por encima del resto–, claves para volver a crecer con cierta fuerza. Mientras Estados Unidos coge velocidad y Europa va saliendo, a duras penas, también es verdad, de la recesión, España todavía se encuentra en recesión.

El segundo elemento diferencial –derivado en parte del primero– es el denominado riesgo país. Los inversores apuestan estos días (véase el recuadro adjunto) contra el euro y, en esta senda, disparan contra las economías más débiles de la zona euro, con Grecia y Portugal a la cabeza y España e Irlanda a continuación.

En el caso español, además, la incertidumbre crece por méritos propios, como la dependencia de la economía de un sector inmobiliario totalmente deprimido y que va a requerir nuevos ajustes importantes en el sector bancario y a llevar a algunas entidades a las pérdidas.

Las dudas han traspasado ya este ámbito y afectan a la credibilidad de España, como se ha puesto de manifiesto con las pasadas tensiones en el mercado de la deuda pública. Aunque Moody's y Fitch, dos de las principales agencias de calificación de riesgos, ven a España como un deudor de la máxima categoría, los mercados contemplan futuras rebajas de rating.

Ayer, la tercera agencia en discordia, Standard& Poor's, confirmó que mantiene la perspectiva negativa para España. En un comunicado, la firma explicó que "la ausencia de más acciones decididas y tangibles por parte de las autoridades españolas para hacer frente a los desequilibrios económicos y fiscales de España" justifica esta opinión.

Como otros observadores, S&P duda también de algunas de las previsiones de crecimientos del Gobierno contenidas en el reciente plan de austeridad enviado a Bruselas.

La advertencia de S&P hacia España es una de las constantes de la actuación de las agencias de calificación en los últimos meses. Pese a haber sido cuestionadas por su actuación –negligente– durante la crisis de las hipotecas basura, siguen siendo la principal referencia de los mercados para dirigir sus inversiones.

Unión Europea tiene colocada la primera trinchera contra los especuladores, el BCE, el FMI y la CEreclaman al Gobierno de George Papandreu un recorte adicional de 5.000 millones de euros, según revelaba ayer el periódico Elefeterotipia. Las inquietudes sobre la evolución de la situación en Grecia alcanzaron su cenit en la mañana de ayer, cuando trascendió que importantes bancos alemanes –entre ellos, Eurohypo o Commerzbank– no acudirán a la compra de deuda griega cuando esta aparezca en emisión, a finales de marzo y primeros de abril.

En ese periodo se calcula que se renueva la mayor parte de la deuda griega y se teme por una eventual suspensión de pagos, escenario que evocan los medios anglosajones. En este contexto, el ministro de Finanzas de Luxemburgo, Luc Frieden, señaló ayer: "Los países de la UE vamos a ayudar financieramente a Grecia. Para eso estamos". Los mercados no supieron a qué atenerse ante esa declaración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario